lunes, 27 de enero de 2014

José Emilio Pacheco


Ayer, 26 de enero de 2014, falleció José Emilio Pacheco y para el mundo de las Letras y de la Cultura es una gran pérdida, irreparable como se dice siempre. Pero José Emilio Pacheco era poeta y ensayista y nos deja una amplia obra para leer y releer. Descanse en paz. En 1995 tuve el privilegio de participar en el homenaje que se le rindió en la Feria Internacional del Libro, como parte de las actividades del Premio de Periodismo Cultural "Fernando Benítez". Ese fue el momento más cercano con José Emilio y la impresión que me quedó de él y persiste, es que era un hombre generoso y muy humano, muy preocupado por el mundo y sus habitantes, cálido y amable. Aquí el texto que preparé para aquella ocasión:


El mundo podría acabarse mañana

El mundo podría acabarse mañana ¿y qué hacemos aquí? ¿Nos contentaremos con ser testigos del fin de los tiempos? Tal vez hasta consideremos como un privilegio cómo acaba todo, como acaba el hombre con el hombre, como acaba el hombre con la Tierra…



De algún tiempo a esta parte me siento pesimista y normalmente no lo soy ¿estaré acaso perdiendo la partida? Las noticias son terribles. No es para menos.



El fin de siglo se nos viene encima ¿y por qué ver todo tan negro? Tal vez sea un mal que padecemos los que nos toca en suerte vivir la conclusión de cien años, quién sabe; la situación es que ahora no sólo se acaba un siglo, sino que termina además un milenio, pero bueno, esto sí que es ver con pesimismo las cosas. ¿Por qué no pensar que habrá renovación y cambio? Vamos a estrenar –si es que la muerte no dispone otra cosa— el inicio de otros cien años, otros mil años ¿no es eso maravilloso?



He leído a José Emilio Pacheco como nunca… y me gustó y es extraño. Huyo del pensamiento negativo y, sin embargo, no pude desprenderme de la lectura de poemas y narraciones que son catástrofes, holocaustos y tormentas, apocalipsis y muertes grandes y pequeñas, muertes temporales y definitivas. La lectura de sus poemas de Fin de siglo me envolvió y encontré que me gustaron, y me pregunté por qué me gustaron. Tal vez porque soy amante de la verdad ¿será eso? ¿Serán verdades o mejor dicho, predicciones las que escribe José Emilio en sus poemas de hace más de 30 años? Aún no nacía y leer ahora "Jardín de Niños" por ejemplo (que es de hace menos), me transporta a lugares comunes, basta con encender la televisión o leer cualquier periódico para saber que se perfecciona el exterminio; para estar de acuerdo en que



Somos los peces de este ahora
que velozmente se transforma en entonces.
Los prisioneros, los reducidos a soñar un futuro
que otros muchos soñaron y ya es este
presente miserable

(1)

¿Cuándo escribiste ese poema José Emilio? (no es entrevista, aclaro) fue ayer ¿verdad? Años, no, no puede ser, es que es lo mismo. O de qué otra manera podría ser el presente hoy sino miserable, cuando, maldita sea, atendemos más la evolución de la paridad, cuando aprendemos términos como banda de flotación, devaluación y tipo de cambio o será ¿cambio de tipo? (¿habían pensado antes en lo extraño del término TIPO DE CAMBIO?); cuando hacemos más caso del nerviosismo de los mercados que del nuestro propio, que de nuestras propias inestabilidades, que de nuestros constantes y cotidianos tipos de cambio… de humor.

De qué otra manera podría ser nuestro presente, si en cualquier momento las pruebas nucleares podrían fallar. Nadie es perfecto y el mundo podría acabarse mañana para todos o simplemente para la babosa, sin ánimo de ofender, que todos o casi todos llevamos dentro, el paralelismo es increíble, es esa babosa que



En su moroso edén de baba
proclama
que andar por este mundo
significa
ir dejando
pedazos de uno mismo
en el viaje…
Pobrecita
Es tan supersticiosa
Teme
(justificadamente)
que alguien
venga y le eche sal

(2)

¿Qué hacemos aquí entonces? Muy sencillo.
Evadimos un fin inminente que quién sabe cómo será, pero será fin de todas maneras y ¿Qué hacemos mientras? Muchos hacemos cosas buenas y agradables, y aquí pueden echar a volar la imaginación, hay muchas cosas que son buenas y agradables, como estar aquí, y concentrar nuestra energía y nuestra atención en algo que sí vale la pena, en algo que no hará sino enriquecernos en este mar de pobrezas: rendir homenaje a un hombre que con todo y el pesimismo de años, no sé si de toda su vida, está aquí. José Emilio Pacheco está aquí y sigue en pie y, estoy segura, no ha dejado de creer, no ha dejado de tener esperanzas ni de pensar un futuro y un mundo mejor, uno no tan negro, ni tan denso, ni tan asfixiante. Y que quizá no sea éste, pero creer es lo importante. Tal vez todo sea una treta para atenuar un optimismo que por exagerado, debe ser reprimido. O a lo mejor es resultado de un altruismo inusitado: medicina para enfermos de optimismo, para obligarnos a pensar que lo que nunca imaginamos o que no queríamos imaginar, puede ser verdad.

El caos es una presencia constante en la obra poética y aun en la narrativa de José Emilio, es cierto, y también el mar. Eso me gustó mucho más. La tierra y el agua se compenetran siempre, la tierra la absorbe, el agua la nutre. Yo soy tierra y no sé qué tipo de relación tengo con el mar pero sé que es eso que los psicólogos definen como obsesión. Sí, la tengo. 

Y no sé si él la identifique de la misma manera, pero la encontré en sus libros. Encontré playas, arenas, conchas pulpos, olas, tormentas y un cangrejo inmortal. Agua. Tierra y Agua; Agua y Tierra, paisajes. Tierra inventada por el mar…

Alta mar que se inclina cuando ofrece a la tierra
el sacrificio de su oleaje
Verde y azul y color de arena
es la ola al romperse
En su insaciedad
¿qué palabra muda dice a la playa eternamente la espuma?

Podría ser amor, por qué no, todavía creo que el amor está vigente y que no ha pasado al terreno de lo cursi, como para muchos… lamentablemente. Esto no es tan negro, es hermoso.

Encontré el mar como un Idilio de Irás y no volverás, con lo que no tienen nada que ver las olas, que siempre vuelven.
Pero de pronto me sentí en la playa, cubierta por una fina brisa, tenía los ojos cerrados y cuando desperté y con mis manos traté de limpiar lo que creí que era sudor y agua salada, me encontré con las palmas rojas. Era el mar de sangre que ni José Emilio ni nadie ha podido vaciar; era el infierno del mar…

Cuando haya muerto el mar no tendremos oxígeno… el infierno del mar se adueñará de nosotros y… moriremos boqueando como peces fuera del agua.

(3)
Prefiero el mar de las Costas que no son mías:



Lo que dice la arena al mar es acaso:
No te serenes nunca. Tu belleza
es tu absoluto desconsuelo
Si alguna vez
encontraras sosiego perderías
tu condición de mar.
Si te calmas
dejará de fluir el tiempo

Escribo esto ante la imposibilidad de relatar alguna anécdota, pero no, no es cierto, ahora que me acuerdo sí hay una: una breve llamada por teléfono cuando José Emilio vino al homenaje a Enrique González Martínez; fue una llamada para confirmar que no da entrevistas y para saber que la razón era que hasta a su propia hija se la había negado. Ni hablar. Fue en esa misma llamada cuando, sin ánimo de ser indiscreta lo juro, le di la primera noticia de que su nombre sonaba como uno de los que podría recibir el homenaje del Premio Fernando Benítez. Le dio mucho gusto por supuesto y yo fui la primera sorprendida al saber que él no sabía.
Intenté otra llamada, ahora a México, quería platicar con él sobre su discurso apocalíptico con los mexicanistas en el Franz Mayer, pero me encontré con el muro infranqueable de una voz femenina y, les aseguro, fue muy efectiva, no he vuelto a intentarlo.

Además del caos y el mar, hay otra constante en José Emilio Pacheco: su labor incansable en pro del periodismo cultural, su trabajo de lustros por ampliar sus espacios, por defenderlo, por ejercerlo dignamente. Más que el mar, esa tarea me acerca mucho a José Emilio, la comprensión es inmediata porque todos los días, contra viento y marea, ejerzo el periodismo cultural y es difícil; es difícil porque es preciso luchar contra quienes lo menosprecian, contra los indiferentes que no sé si es peor; contra los y las vedettes del arte y la cultura; contra los prepotentes y contra los que quieren cortar a todos los periodistas con la misma tijera. Es difícil sí, porque aquí la cultura y sus espacios y manifestaciones son constantemente atacados desde distintos frentes. Es difícil, pero vale la pena. Es cosa de insistir, como el mar, que no deja de buscar a la tierra enemiga.

Creo en que el periodismo cultural nos puede acercar a una mejor comprensión de nuestra realidad, de nuestro entorno. El periodismo cultural, como especialidad periodística –sin entrar en polémicas con el significado de cultura—puede ser el vehículo que nos ayude a interpretar mejor los acontecimientos que nos agobian, que nos sofocan, porque implica aprendizaje, alimento espiritual e intelectual, es reflejo de identidades y de la diversidad de quienes formamos parte de este maravilloso país; y es ahora el gran pretexto para estar aquí.
El mundo podría acabarse mañana, es cierto, pero antes… felicidades José Emilio y gracias.

Texto de Laura Castro Golarte en el homenaje al escritor, poeta y periodista cultural José Emilio Pacheco, en el marco del Premio de Periodismo Cultural “Fernando Benítez” el 3 de diciembre de 1995 en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

sábado, 25 de enero de 2014

La perfección

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

México está inmerso en una revolución silenciosa porque ha llevado adelante, con el concurso de todas las fuerzas políticas, las reformas estructurales en materia de telecomunicaciones y educación, más las reformas energética, fiscal y financiera. Y México está captando grandes capitales de inversión extranjera directa; ahí están los números.
El país está casi, casi en los cuernos de la luna y la inseguridad bajo control porque, por ejemplo, el Gobierno federal nunca alentó la formación de los grupos de autodefensa en Michoacán, al contrario, desde el 13 de enero pasado envío fuerzas para que se hagan cargo de la seguridad en esa Entidad, además de que se han abatido en 30% los índices delictivos, especialmente en Monterrey y Ciudad Juárez (¿se acuerdan de la “medición” con notas negativas que exaltó Osorio Chong?).
Por si fuera poco, también en el marco del Foro Económico Mundial de Davos, Peña Nieto ¡firmó un acuerdo! --quién sabe de qué porque las notas publicadas no lo precisan-- con la OCDE (¿O será la OSD? Con eso de que se le perdona todo y hasta chistoso resulta) que encabeza el mexicano que fuera funcionario federal en administraciones priistas, José Ángel Gurría.
La perfección. A lo que sin duda se suma la omisión de la secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, quien no se refirió ni por un momento (al menos la información difundida a través de internet no indica lo contrario) a los datos que esa organización, la Comisión  Económica para América Latina, acababa de dar a conocer en el sentido que México es el único país de la región en donde se ha incrementado el número de personas en pobreza extrema y en la indigencia ¿cómo no dijo eso? ¿Para qué sirve entonces?
Creo que mínimamente, la CEPAL y sus estudios deberían servir para que los países señalados pongan cartas en el asunto, que diseñen políticas públicas para resolver, para reducir los índices de pobreza… Además de todo, suerte. Seguramente la funcionaria de la CEPAL no tuvo corazón para aguarle la fiesta al mandatario mexicano con los datos más recientes de la pobreza en el país.
Fuera sarcasmos y jiribilla, me parece sumamente grave que mientras en México el índice inflacionario galopa y la inconformidad crece por varias cuestiones, al otro lado del Atlántico se pretenda aparentar que todo es perfecto.
La inconformidad crece no sólo en Michoacán por la inacción del Estado contra la delincuencia; o por el mal manejo que se hizo recientemente al intentar desarmar a las autodefensas cuando no se habían hecho detenciones del grupo criminal conocido como los Templarios.
La inconformidad crece porque las reformas estructurales que Peña Nieto fue a presumir a Davos no lograron el consenso de la población, al contrario; y en lo que se implementan (si es que se cumple con lo prometido) las tarifas de gas y gasolina siguen en aumento. La carga es cada día más pesada para quienes viven en pobreza y pobreza extrema (más de 50 millones de mexicanos) y, sobre todo, para los más humildes, pero eso sí, cautivos contribuyentes. Las nuevas facturas y la venta de los programas necesarios para su envío y/o impresión, la necesidad de contratar a un contador y los incrementos en todos los servicios, desde los municipales hasta los federales, están dando como resultado falta de liquidez y un acumulamiento incontenible de molestias, más los rezagos que venimos arrastrando desde hace décadas en servicios sanitarios, educativos y otros.

Pero allá en Davos, México es perfecto.

Columna publicada en El Informador el sábado 25 de enero de 2014.

sábado, 18 de enero de 2014

Michoacán... ahora resulta

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

La situación en Michoacán es cada vez más compleja, con todo y que fuerzas del Estado mexicano han tomado varios municipios que estaban bajo el control de los grupos de autodefensa. El reclamo de estas policías comunitarias (como también se les conoce), es que precisamente los gobiernos, federal y estatal asuman sus responsabilidades de frente al avance y poder del crimen organizado, especialmente en Tierra Caliente.
El mal manejo que ha hecho el Gobierno de la República con relación al líder Mireles, el asunto del desarme, las evidentes contradicciones en las posturas y la ausencia de resultados contra los criminales en Michoacán, los Templarios pues, han llevado a las autodefensas al incremento de la radicalización y en este punto no puedo dejar de pensar en Colombia y los paramilitares, como lo he mencionado en varias ocasiones en este mismo espacio.
¿Qué está haciendo el Gobierno pues? Perdón, sí. Ahora resulta que será a través de programas culturales que se incentive la restitución del tejido social en Michoacán. Es increíble como el Presidente Enrique Peña Nieto (él o su equipo, para el caso es lo mismo) está manejando mediáticamente el asunto y lo peor es que falta información, en general, para saber que todo es falso.
Pocos saben que desde que llegó a la Presidencia de la República en 2012, el presupuesto para cultura, arte, deporte y cine se ha ido reduciendo en proporciones muy altas. De 2012 a 2013, el recorte en estos rubros fue de 21% y de 2013 a 2014, de ¡35 por ciento! Y ahora quiere que creamos que la cultura le importa y que además le concede el valor que sí tiene para restituir el tejido social, por lo pronto en Michoacán.
La incongruencia es evidente y descomunal pero además indignante, porque seguramente quedará muy bien ante los ojos de intelectuales y extranjeros, qué bárbaro; digo, de ser auténtico sí, suena muy bien: “El Presidente de la República instruyó a Rafael Tovar y de Teresa a que inicie operaciones, de inmediato, el programa Cultura para la Armonía, en Michoacán”, decían los encabezados ayer.
Difícil de creer (nada más para cerrar la pinza) que se pondere la cultura de esa manera mientras se hacen recortes estratosféricos en el área. Esto por un lado, y por el otro, está el hecho que seguramente el jefe del Ejecutivo federal ignora, de que Michoacán es uno de los estados de la República con más actividad cultural y de los que tienen más declaratorias de Patrimonio de la Humanidad histórico e intangible ¿será cultura lo que falta para promover la cohesión social en el Estado vecino?
Un anuncio oportunista sin duda alguna y taquillero, eso que ni qué, ojalá en la información que se procese, se ponderen los valores y se dé cuenta del contexto y los antecedentes para entonces formar un juicio apegado a la verdad y no manipulado con declaraciones pomposas y pegadoras. Ah, porque también dijo: “Mientras países emergentes están destinando importantes recursos económicos para crearse una identidad, México ya es potencia cultural, así lo confirman artistas, cineastas, escritores, músicos, pintores, así como académicos e intelectuales”. Todo esto lo dijo  ayer en la ceremonia por los 25 años de existencia del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Conaculta.

Esto es por lo que respecta a México porque, ahora resulta, que el Gobierno de Estados Unidos está “muy” preocupado por lo que sucede en Michoacán y “muy” dispuesto, como el gran vecino que es, a “ayudarnos” para resolver el problema. Ahora sí que ¡ay Dios!

Columna publicada en El Informador el sábado 18 de enero de 2014.

domingo, 12 de enero de 2014

Notas negativas

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Me acuerdo casi como si fuera ayer cuando el entonces Presidente de México, Felipe Calderón, a 10 días de haber tomado posesión como tal, anunciara con bombo y platillo, vestido de militar, que se iniciaría un combate frontal contra el narcotráfico y el crimen organizado con la participación del Ejército mexicano y, para empezar, en Michoacán.
Ese día empezó una guerra que aún ahora lamentamos porque los efectos perversos nos siguen afectando, nos persiguen y empeoran. En estos tiempos, en los que se supone que vivimos en un estado de Derecho y que la justicia es pronta y expedita, todas las acciones dirigidas a hacer justicia por la propia mano, son reprobadas porque a los ciudadanos no les toca y si lo hacen, están fuera de la ley.
¿Pero qué pasa cuando la autoridad no tiene capacidad para que esa ley se cumpla? ¿Cuándo no quiere o no puede? Varias veces en este mismo espacio he hablado de los riesgos de que el Estado no cumpla con su responsabilidad en materia de seguridad. Recuerdo –y las referencias van más allá del sexenio de Calderón— varios linchamientos especial y curiosamente en el Estado de México.
Y en cuanto al surgimiento de los grupos de autodefensa, también escribí aquí lo peligrosos que son, nada más al considerar la posibilidad de que se convirtieran en grupos de paramilitares tipo Colombia.
Lejos de atenuar la gravedad de la situación, en Michoacán las cosas se han complicado dramáticamente y ahora, las tibias manifestaciones de Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, aun cuando sostiene que se devolverá la paz a esa Entidad federativa, son más un signo de alerta que de alivio.
Los grupos de autodefensa se han ido integrando con habitantes de las mismas localidades asoladas por los grupos criminales como, en el caso de Michoacán, los Templarios o la Familia y la manera de enfrentar este conflicto que afecta a cientos de inocentes es combatir de manera efectiva a los delincuentes. Si no fuera por la actuación del crimen organizado en el Estado vecino, especialmente en la zona de Tierra Caliente, las llamadas autodefensas no se hubieran formado.
Por si fuera poco, el contexto se complica con la protección que el Gobierno federal está otorgando a uno de los líderes de esas autodefensas, José Manuel Mireles. Analistas y periodistas sostienen que el Presidente Peña Nieto está jugando con fuego.
Michoacán está mal y las expectativas de una solución en el corto plazo, lejanas. Y regreso a las recientes declaraciones de Osorio Chong: el funcionario pone como ejemplo (de que se devolverá la paz a Michoacán) otros estados de la República en donde, dice, se ha abatido el crimen organizado y la “prueba” que ofrece es que antes la información periodística en Veracruz, Nuevo León, Chihuahua y Tamaulipas, era de dos o tres notas negativas a la semana (se me hacen pocas de por sí y hay que ver qué son “notas negativas” para Osorio) y que ahora, si acaso, ¡sólo es una!
Si este es el parámetro con el que se mide en el gobierno la incidencia del crimen organizado, estamos mal, sobre todo en un régimen en donde varios medios de comunicación empiezan a ceder ante la insistencia, relaciones públicas, publicidad, sugerencias, recomendaciones y otras herramientas persuasivas del estilo priista, enemigo acérrimo de las notas negativas.

Publicada en El Informador el sábado 11 de enero de 2014.



sábado, 4 de enero de 2014

Impotencia y desesperación

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Todavía no terminamos bien, bien 2013 y las quejas y manifestaciones (no necesariamente marchas) contra los nuevos impuestos y otras medidas no se han hecho esperar. Hay noticias de desobediencia civil por lo menos en Baja California y en Chihuahua, en ciudades fronterizas, porque el 16% de IVA se empezó a aplicar antes de que iniciara 2014. Y las acciones consisten en pagar el precio “exacto”, es decir, sin el cargo del Impuesto al Valor Agregado.
A ver cómo se ponen las cosas y, sobre todo, a ver cuánto dura la inconformidad y las quejas, pero esto tendrá repercusiones en uno o en otro sentido, o en varios. Por ejemplo, supongo que mucha gente reducirá drásticamente el consumo de refrescos, otras bebidas endulzadas y botanas o fritangas, lo que se conoce como comida “chatarra” y como sabemos, se trata de grandes empresas transnacionales que emplean a miles y miles de personas a lo largo y ancho del país ¿qué pasará con la baja en las ventas? Porque en este caso no creo que suceda lo de los cigarros, que los fumadores siguen fumando a pesar de mensajitos e incrementos, es decir, no es la forma de atacar un problema.
Para muchas personas que viven en pobreza y pobreza extrema, aunque no es lo ideal, los refrescos y las fritangas eran una forma barata de ganar calorías ¿qué pasará con esto? Porque no hay alternativas para modificar la alimentación, la fruta es muy cara y más si ahora se cobrará ISR a los productores agropecuarios o, como dice en la promoción gubernamental de la “reforma hacendaria”: “Los grandes productores del campo ya no pagarán menos ISR que empresarios en otros sectores”.
Ya dijo la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) que México tiene el mayor número de indigentes y pobres de América Latina y antes, sabíamos que en México estaba creciendo (está, de hecho) la pobreza en rangos exponenciales;  y ahí está el dato de la misma CEPAL: en 2013 en México creció en un millón el número de mexicanos en pobreza… ¡Un millón!
Y la indignación, la impotencia y la desesperación cunden entonces cuando para los políticos autoritarios… Perdón, perdón: Para los políticos que dicen que la tolerancia tiene límites (como aquella obra de teatro que se titulaba “Poquito embarazada”, o está o no está, pero bueno) resulta que en 2013 México “se atrevió a despegar”.
¿Cuál despegue? ¿De dónde o cómo? ¿Y el millón de pobres más qué? ¿A ese despegue se refiere? ¿A qué ahora el número de pobres en México se incrementará más rápido, volará por las nubes, subirá? ¿O a qué se refiere el Presidente Peña con esa expresión por Dios santo?
Y luego ¿es un asunto de atreverse? ¿Entonces antes no nos atrevíamos, nosotros, los mexicanos de a pie que trabajamos en dos y tres trabajos si gozamos de ese privilegio, para completar el gasto y vivir más o menos bien porque la mayoría de los empleos son vulnerables, mal pagados y precarios además de todo?
Indignante y desesperante que todo se reduzca a eso y que además se presente en un spot de un minuto 44 segundos, buena música, gran producción, gente equis deseando a toooodos los mexicanos un feliz año y que ahora sí porque nuevamente el Presidente dice que 2013 fue un año de “grandes transformaciones”. Se refiere, sin duda alguna, a las reformas “estructurales y de gran calado”. Bueno, ya estamos viendo las primeras reacciones a esas dizque reformas, negociadas no con base en las necesidades de los mexicanos, de la mayoría de los mexicanos, sino de los intereses partidistas de los legisladores y de los empresarios que tienen capacidad para invertir millones en regalos de lujo y en cabilderos profesionales; ah, y en campañas electorales.
Indignante y desesperante que además diga que es “hora de creer” y de que “juntos hagamos historia”. Justo eso es lo que la clase política no ha querido, hacer historia, pasar a la historia como la responsable de llevar a México a niveles superiores de desarrollo, de tener a la población contenta, con buenos empleos; de abatir las cifras de la pobreza y de la inseguridad y de las enfermedades y de la mala educación. Justo eso es lo que no han querido hacer políticos del PRI y del PAN y del PRD (qué flojera citar a la “chiquillada” pero es igual).
Indignante y desesperante, con su carga de impotencia, que el mensaje además se transmita a las masas y penetre en las mentes manipuladas de esos millones de pobres que no tienen un clavo ardiente del que asirse (educación, conciencia social, ojos abiertos) y se creen todo, ciegamente, aun cuando sus pies estén sufriendo el frío que sube por los huesos porque están en contacto directo con la tierra húmeda y dispareja; aun cuando no tienen más que un pan duro para llevarse a la boca y un techo de asbesto o nada, ni eso.
Indignante y desesperante que afirme que 2014 es el año para hacer realidad lo alcanzado en 2013, para hacer un mejor país y que 2014 será el año de la eficiencia.
Ofende la inteligencia y suena a burla, es indignante y desesperante, con su carga de impotencia.

Publicado en El Informador el sábado 4 de enero de 2014.
(Link del video que cito en la columna: Spot)