sábado, 5 de julio de 2014

Demasiado rápido

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Con una serie de irregularidades se aprobaron en comisiones las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones. No es la primera vez que los mismos legisladores (algunos, pocos) denuncian mañas y atropellos, para empezar, en las convocatorias para que los integrantes de comisiones se reúnan; y luego en diversos acuerdos que violan procedimientos y prácticas parlamentarias “que van contra la dignidad del Senado” como dijo el jueves en la madrugada el senador Javier Corral, después (claro) de la citada aprobación.
Se hacen las denuncias y señalamientos de manera pública, pero de todos modos no pasa nada; así que estas leyes secundarias, polémicas y peligrosas por lo demás, siguen avanzando contra viento y marea; en franca oposición a las tendencias internacionales y desdeñando el sentir ciudadano, como siempre. Y como si no tuvieran todas las de ganar, se valen de otros comparsas como el titular de Comunicaciones y Transportes para lanzar el clásico chantaje de que se han perdido quién sabe cuántos miles de millones de dólares en inversiones porque no se han aprobado las leyes reglamentarias.
Apenas el 30 de junio se publicó la intención de los líderes parlamentarios, de empezar a trabajar varias leyes secundarias, en distintas materias, para a mediados de julio tener ya las aprobaciones necesarias; y vaya que trabajaron rápido, para el 3 de julio en la madrugada por lo menos las conocidas como leyes telecom ya habían avanzado en comisiones y el mismo jueves se tramitaría un periodo extraordinario en el Congreso de la Unión, para presentar ante el pleno este paquete y también, por ejemplo, el de la reforma energética; por supuesto, el mismo jueves inició el periodo extraordinario.
Sorprende su rapidez y eficiencia, particularmente cuando se trata de leyes que no gozan de popularidad, que acusan una serie de omisiones, fallas, redacciones que se prestan a la ambigüedad, a la discrecionalidad en la interpretación y, por supuesto, que están al servicio de unos cuantos.
En el caso de las leyes telecom, los opositores (algunos, pocos) que son también legisladores, dicen que en realidad se favorece a monopolios o duopolios televisivos; que se limita a las radiodifusoras comunitarias; que no queda del todo clara la libertad de expresión vía internet; que los derechos de las audiencias se dejan de lado; que Gobernación seguirá metiendo la mano en contenidos y asignación de concesiones (¿condicionamiento?) y otras cuestiones que hasta ahora han sido desdeñadas por quienes tienen la mayoría, por lo pronto en el Senado.
¿Qué sigue? Que se someta a consideración del pleno para su revisión en “lo particular” porque en “lo general” ya fue aprobado en comisiones; y una vez cubierto ese requisito, se enviaría a la Cámara de Diputados para su revisión; luego de regreso al Senado, aprobación, publicación por el Ejecutivo y ¡listo! Así de sencillo y así de rápido, a pesar de que, desde antes de que terminara el periodo ordinario anterior, se organizaron manifestaciones varias en las calles y en las redes sociales contra las propuestas de leyes telecom; se enfriaron un poco las cosas con el fin del periodo ordinario y ahora que se retoma el tema, la cosa está que arde porque además fueron reprimidos de manera violenta activistas que hicieron acto de presencia en el Senado para expresar su inconformidad y oposición a lo que se sigue enjuagando en el Legislativo.
Ayer inició el periodo extraordinario para la discusión en el pleno y surge una andanada de datos con toooodos los beneficios que podemos esperar una vez que las multicitadas normas estén aprobadas, como que se atraerán inversiones de entre 20 mil y 30 mil millones de dólares. Avanzan sí, demasiado rápido; y no sólo en esta materia, también en la energética. Reitero: en otro tiempo se hubiera celebrado esa celeridad y eficiencia, pero no ahora con reformas que se han negociado al margen de la sociedad.

Publicada en El Informador el sábado 5 de julio de 2014.