domingo, 12 de febrero de 2017

Dialoguemos Jalisco

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

“La situación en México es intolerable” y esta afirmación es tan cierta que muchas cosas se mueven en diferentes puntos del país y en sectores de la sociedad que antes no habían demostrado una participación clara y abierta tendiente a cambiar para mejorar las cosas, en serio y, de una vez por mucho tiempo (imposible decir “por todas” aunque ganas no faltan).
Hay movimientos en Mexicali, en Hermosillo, en la Ciudad de México y aquí en Guadalajara, no son los únicos. Hay enojo, preocupación, indignación, desesperación, impotencia, dolor, pero también surgen sentimientos alentadores porque nos vamos dando cuenta del poder de la sociedad cuando nos unimos, la sociedad, la gente, los ciudadanos.
Al calor de esta crisis tremenda, sí puedo decir que una de las peores en la historia reciente de México, la sociedad se mueve para cambiar el estado de las cosas pero aparecen grupos que no tienen al país como su interés más elevado; grupos que simplemente aprovechan la situación para sacar provecho en una conducta que infortunadamente es muy frecuente en nuestra clase política y en sectores advenedizos y convenencieros que viven del sistema corrupto y podrido que tenemos. Por lo general quienes integran estos sectores son los que aportan los votos duros de los diferentes partidos políticos, gente sin escrúpulos y profundamente egoísta.
A la sociedad que está al margen del sistema, prácticamente al resto de mexicanos, estos grupos no nos son desconocidos y los identificamos cada vez mejor; hemos puesto barreras y límites a la manipulación y a las infiltraciones, a veces con éxito, a veces no, sin embargo, estamos en el proceso y aprendiendo con una rapidez impulsada por la misma crisis.
En medio de este caos, las intenciones honestas están saliendo a flote y de entre grupos de jóvenes que aman profundamente a su país y desean con pasión que México sea una nación en la que quepamos todos en igualdad de condiciones y de derechos, en términos de equidad en todas las materias: educativa, sanitaria, laboral, de vivienda, de justicia… están surgiendo iniciativas novedosas, inteligentes, confiables, sin contaminación político-partidista, responsables, maduras, valientes. En el caso de Jalisco, me refiero específicamente a la iniciativa total y absolutamente ciudadana  Dialoguemos Jalisco.
La claridad con la que emprenden el movimiento más las demás cualidades que acabo de citar, son una invitación a despojarnos de prejuicios por un lado y, por otro, a brincar los obstáculos que muchos nos hemos autoimpuesto para no hablar, para no salir a las calles, para no exponer, para no proponer, para no intentar, por lo menos, cambios profundos en los gobiernos, para aparentar que no nos interesa ni nos preocupa, para pensar que no sirve de nada…
Dialoguemos Jalisco pretende ser un espacio de expresión y de escucha de lo que tenemos que decir, de lo que nos ahogamos por decir, de lo que nos hemos callado porque la vida nos va viviendo, porque nos atrapan las necesidades y las urgencias cotidianas. Me enorgullece y emociona formar parte de un movimiento así y por lo pronto ya sabemos que hay un gran interés por participar. Un video en donde hablamos de la realidad nacional, en el que se aclaran puntos y se pintan rayas, circula en redes con la invitación al diálogo y hasta ahora la respuesta ha sido extraordinaria, emocionante y esperanzadora.
Los jóvenes que tuvieron la idea lo sabían. Sabían que el terreno es y está fértil, abonado, que necesitamos unirnos y hablar, con generosidad, sin mezquindades, sin egoísmo, sin miedo, con responsabilidad, con visión de futuro, con amor por México y por los mexicanos. Nos toca decir qué pasa, qué hacer, cómo hacerlo. Nos toca y pronto estarán los espacios abiertos para que lo hagamos.

Es preciso trascender divisiones y enfrentamientos entre nosotros. Lo he dicho y escrito muchas veces: nos necesitamos juntos. Es el momento. Y vamos a la marcha de mañana también. Hemos aprendido y estamos muy alertas, sabemos identificar convocatorias mañosas, pero puede ser una gran oportunidad, grande en verdad, para mostrar el músculo, la potencia, el poder, las ganas, la determinación. Somos grandes y maravillosos, somos un pueblo noble, creativo, con historia para sentirnos orgullosos, para aprender, para crecer. Sí, lo somos. Dialoguemos Jalisco.



Columna publicada en El Informador el sábado 11 de febrero de 2017.