miércoles, 15 de noviembre de 2017

Transporte y basura I

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Dicen que todas las comparaciones son odiosas y bueno, habría que matizar o, en todo caso, ir dejando de lado el cliché porque vía comparaciones responsables, sensatas, constructivas y sin ánimo de ofender, podríamos lograr grandes cosas.
Hasta donde sé, no hay estudios puntuales de los viajes al extranjero que han hecho nuestros gobernantes (pero son duda han sido muchísimos), del partido que sea, en los últimos 25 años, para conocer el sistema de transporte y el manejo de la basura con la intención de abrevar, de nutrirse de-ideas-avanzadas-y-de-vanguardia;-de-adaptar-los-mejores-sistemas-del-mundo-y-aplicarlos-en-nuestra-bella-Guadalajara-porque-la-ciudad-se-lo-merece-y- bla bla bla.
Dicho todo esto con jiribilla por supuesto porque resulta que he tenido la oportunidad de visitar algunas ciudades de España e Italia, a donde sé que gobernantes y empresarios mexicanos han viajado, entre ellos jaliscienses sin duda alguna, con los propósitos antes descritos. ¿Y? ¿Han servido de algo esas visitas de trabajo y de intercambio? ¿El gasto en viáticos gracias a los impuestos que pagamos ha valido la pena? ¿Desde cuándo --pido al lector que haga memoria-- sabemos de giras temáticas justamente para mejorar de manera específica disposición de desechos y transporte público? ¿Se nota en las calles de Guadalajara que aprendieron algo, que lo aplican bien? ¿Podemos decir que gracias a los sistemas que conocieron en Milán, Florencia, Roma, Madrid, Sevilla y Bilbao los tapatíos disfrutamos de programas de recolección de basura y de transporte público de primer mundo? ¡No!

Una de las estaciones del Metro de Bilbao. Fotografía: Laura Castro Golarte.
Ni siquiera podemos decir que nuestro sistema de transporte es tan bueno como el colombiano, a donde también se han hecho múltiples “giras de trabajo”, y si no se adapta bien la experiencia de un país que nos acompaña apenas en el grupo de los países emergentes (para que no se oiga tan feo lo de tercer mundo), pues cuantimenos (como diría mi abuelita) la de una nación avanzada. ¿Entonces para qué tanto viaje?
Lo cierto es que si en Guadalajara y en cualquier punto de nuestro país se hubieran copiado, así, vilmente copiado los sistemas de las ciudades que he citado, viviríamos mucho mejor. Todavía están a tiempo y no necesitan ni viajar, no vaya a ser que a Bilbao no hayan ido y les esté dando ideas para que sigan dándose la gran vida.
Todo esto es porque estoy maravillada con el transporte y con los sistemas de disposición de basura en lo que he conocido de Europa y al mismo tiempo indignada porque nada se ha aplicado en Guadalajara, para concentrarme en mi ciudad. Si acaso, el tipo de basurero (papelera) que hay en los postes y ya (y a veces con todo y la basura). De transporte nada, porque lo que tenemos en la Perla tapatía es un muestrario de formas de transporte (como dijo alguna vez, y coincido, el Arq. Óscar Ladrón de Guevara) y de todos no se hace uno.
Ni el transporte público ni el sistema para la disposición de basura son tan caros, ni complicados, ni barrocos mucho menos imposibles. Y a pesar de la delantera que nos lleva Europa en el desarrollo de la Humanidad, los sistemas de basura y de transporte modernos son más o menos contemporáneos y no es necesario formar parte del grupo del primer mundo para tener algo así. Para lo que se gasta en México, era para que nuestro país estuviera perfectamente comunicado de norte a sur y de este a oeste con trenes, vuelos económicos y prácticos, carreteras y marcos legales para garantizar seguridad y armonía; y en las ciudades: señalética homogénea, sistemas de pago unificados, redes de transporte conectadas: metro, tren, tranvía, tren ligero y autobús urbano e interurbano con líneas alimentadoras, rutas circulares, estacionamientos, reglamentos claros y prácticamente inviolables y voluntad e inteligencia. Las últimas dos se necesitan en altísimas dosis y vienen acompañadas de altura de miras, visión de futuro, generosidad, conciencia histórica y responsabilidad social. Nada más (tendrían que importar eso primero).
El transporte: como ciudad capital Madrid tiene un metro con 12 líneas que atraviesa toda la ciudad y conecta con más de nueve líneas de cercanías, una red que conduce a ciudades dormitorio; unas 200 rutas de autobús y un macrobús que va por La Castellana y el Paseo del Prado de punta a punta.
Es capital y por eso, muy bien. Bueno, pues Sevilla y Bilbao tienen metro también. El de Sevilla no fue posible introducirlo en la zona histórica y entonces discurrieron poner un tranvía que parece cápsula futurista y el de Bilbao ha ganado premios internacionales por funcionalidad, destreza ingenieril y diseño.
Ya basta de viajes ¡a trabajar hombre! Aunque no haya réditos electorales por favor, lo merecemos. (Continuará).

Columna publicada en El Informador el sábado 11 de noviembre de 2017.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Escandalosos

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Comentaré hoy dos asuntos sobre los que me llama la atención Jaime Tamayo luego de que vi su intervención en Báscula La otra versión de C7 (además no me lo pierdo y lo recomiendo ampliamente): el caso de Santiago Nieto y el informe reciente de la CEPAL y la OIT sobre los salarios en América Latina.
Ambos asuntos me parecen escandalosos y creo que ya es hora de que se rompa el patrón que normalmente se sigue en México y que por lo general aceptamos, de que nos indignamos y despotricamos los primeros días, luego la vida nos llama y volvemos a la rutina con un coraje soterrado más que se acumula en nuestro interior. Y así, hasta el siguiente escándalo.
¿Qué tendría que pasar para que fuera diferente? En primer lugar, Santiago Nieto, ahora ex titular de la Fepade (Fiscalía Especializada en Delitos Electorales), debería seguir en su cargo investigando las denuncias, por lo menos tres, que señalan a Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, como el operador de Enrique Peña Nieto que presuntamente recibió 10 millones de dólares para la campaña presidencial a cambio de concesiones claro está, de facilidades para operar en México de la empresa Odebrecht, cuyo modus operandi es un escándalo internacional y alcanza a altos funcionarios no sólo de nuestro país.
Lo normal sería eso, que la investigación siguiera su curso, esperar los resultados, aceptarlos y actuar en consecuencia; y los mexicanos deberíamos tener plena confianza en que las instituciones de las que tanto habla el presidente funcionan, están al servicio de la sociedad que las mantiene y en que se hará justicia.
Esto sucede en otros países y no tendría por qué México ser la excepción ¿qué tendríamos que hacer para cambiar las cosas? Por lo menos insistir, difundir hasta donde se pueda lo que ha pasado que es irregular por donde se le vea; no acostumbrarnos, no dejarlo pasar por cansancio, porque por lo general no pasa nada. Es seguro que algo anda mal para que Nieto, que quería regresar a su puesto haya renunciado a tal pretensión; algo pasó para que en el Senado le dieran carpetazo, se largaran de vacaciones como si nada y citaran para el martes 7 de noviembre para nombrar al sustituto de Nieto. Qué fácil y qué cómodo. Algo pasó y no puedo sino sospechar de operaciones oscuras.
Y el segundo tema no debería ser tema. ¿No salen a cada rato los políticos a decir que México está en los cuernos de la luna? ¿que aumentaron los niveles salariales después de décadas? ¿que vivimos mejor gracias a ellos? ¿que México es líder en esto y lo otro y lo otro? ¿qué vivimos Casi en el Paraíso (¿recuerdan a Luis Spota?)?
Bueno, pues por si no lo viviéramos en carne propia día con día, de 2016 a 2017 los salarios en México ¡bajaron! Y también en Perú. Sólo en estos dos países de la región, según el estudio citado y del que anexo aquí la liga (CEPAL). (Encontré otro estudio y aquí dejo la liga también OIT).
No es mentira ni hay que agregar “presuntamente”. Son estudios que se hacen con periodicidad, con herramientas claras y transparentes, se trata de organismos internacionales apartidistas y les creo, no como un acto de fe, sino porque la realidad comprueba punto por punto el contenido de tales informes.
No es la primera vez que lo digo. Recientemente cité al líder sindical de Canadá, Jerry Dias, porque señaló con acritud algo que he venido diciendo desde hace tiempo: en México se mantiene a la gente pobre deliberadamente. Y no se hable de incrementos salariales extraordinarios porque los empresarios ponen el grito en el cielo. ¿De qué manera se les puede hacer entender que con mejores salarios se reactivaría en niveles insospechados el mercado interno? ¿que nos iría mejor a todos? ¿que viviríamos mejor y estaríamos más contentos? ¿que además de trabajar muchas horas como ya lo hacemos, aumentarían los niveles de productividad? ¿que se generaría un círculo virtuoso y los empresarios no verían mermados sus ingresos?
Es escandaloso el caso de Nieto y es escandaloso el nivel salarial en México, el de las mayorías claro está. Urge poner remedio, es cosa de voluntad. Hay que romper patrones, a todos nos conviene.

Columna publicada en El Informador el sábado 4 de noviembre de 2017.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Crisis e incertidumbre en España

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Son tiempos difíciles en España, complicados, complejos, vertiginosos y para muchos de una gran tristeza, para otros de coraje y para otros de alegría. Los contrastes a la orden del día.
Desde el 1 de octubre, desde antes, pero especialmente a partir de esa fecha, España no ha encontrado paz ni sosiego y el tema de la independencia de Cataluña está en todos los cafés, en el transporte, en las calles, en las reuniones formales e informales, en las casas, en todos lados. Hay familias divididas, los españoles en general lo están y los catalanes también. En comentarios anteriores he hablado sobre esto y además sobre la obnubilación que causa la radicalización de las posturas.
A un mes casi del primer domingo de octubre y después de una semana de mensajes contradictorios y de silencio, sobre todo silencio, por un lado, el Parlament de la Generalitat decide declarar la independencia de España y constituirse en República de Cataluña; y, por otro, el Gobierno que encabeza Mariano Rajoy logra que el Senado autorice la aplicación del artículo 155 en Cataluña.
Imposible, a unas horas de los anuncios, saber qué va a pasar y por el momento no hay nadie que explique cómo se aplicarán las medidas que son: disolución del Parlament de Cataluña; cese de todo el gobierno de la Generalitat, absolutamente todos los funcionarios y convocatoria a elecciones autonómicas para el 21 de diciembre próximo.
Las reacciones en la Unión Europea y en Estados Unidos particularmente, son a favor del Gobierno español y se apela desde hace días como ahora, a la legalidad. En un mensaje de Twitter Mariano Rajoy, quien además emitió un discurso que ojalá hubiera pronunciado mucho antes, apelando a la generosidad y dejando de lado mezquindad y egoísmo, pidió tranquilidad a los españoles porque “el Estado de derecho restaurará la legalidad en Cataluña”.
Apelar a las leyes y ensalzar el Estado de derecho siempre es políticamente correcto y estoy de acuerdo con eso, sin embargo, también sabemos quienes vivimos en democracias defectuosas y pervertidas, que quienes tienen el poder de hacer y aprobar y/o rechazar leyes con frecuencia lo hacen pensando en intereses de partido y no de los representados, no de la gente.
A lo que voy es a que las leyes no son perfectas y que si había una determinación del gobierno catalán de someter la independencia a votación entre los catalanes, se debió allanar el camino y revisar las leyes correspondientes para que todo se diera en un marco de legalidad y democracia sin desgarre de vestiduras ni aspavientos.
No fue así y el referéndum pronto se declaró ilegal; sobre esa base ya vulnerable siguió el proceso, se registró la violencia lamentable que conocemos y se llevó a los españoles a los extremos de ambas posturas y, por ende, a la radicalización, la violencia verbal y la división.
Una diputada catalana habló sobre el daño que se está haciendo a Cataluña en este contexto en el que el ejercicio de la política, es decir, el diálogo, la negociación, la búsqueda de acuerdos no han sido las herramientas preferidas de ninguno de los dos grandes actores en este asunto.
Los siguientes días serán decisivos para saber exactamente lo que sucederá; reitero, de momento nadie habla de cómo será la aplicación del 155 y, ya en términos prácticos, de las tres medidas anunciadas ayer por Rajoy.
Puedo imaginar el temor y la incertidumbre en los catalanes, por ejemplo, en los que son empleados de la administración pública de la Generalitat, de los burócratas pues; y de los catalanes en general con respecto al funcionamiento de esa administración; y también sobre la economía, las consecuencias de la salida de más de mil 500 empresas presionadas por el Gobierno de Rajoy y sus efectos contra los catalanes independentistas o no; la prestación de servicios, la educación pública, la seguridad, en fin.

De verdad, ojalá que prive la prudencia, que se privilegien los valores democráticos auténticos, que se revise el marco legal y si es preciso que se cambie. Que los políticos, más allá de dientes para afuera, dejen de lado el interés partidista y aporten voluntad y talento (espero que no sea mucho pedir) en la superación de esta crisis, una de las más profundas por las que ha atravesado España desde el fin de la dictadura y el inicio de gobiernos democráticos.

Columna publicada en El Informador el sábado 28 de octubre de 2017.

Muy sencillo

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Lo más fácil para no hacer nada, desde el gobierno, es echarnos la culpa de todo, incluida la corrupción. Y como nos sentimos culpables, después ya nadie dice nada mientras la corrupción continúa, crece, empeora y se afianza.
Con ese cuento que nos vendieron tan bien de que la corrupción somos todos, en realidad, fíjense bien lo que voy a decir, la han propiciado; hemos caído en el juego y como para muchos es más fácil dar una “mordida” que perder todo un día en el pago de la multa, pues ya está, se cierra el círculo y nada qué hacer.
¿Por qué existe la “mordida”, “cochupo”, dádiva o soborno? Porque las instituciones, esas que desde que me acuerdo están tratando de fortalecer, otra vez esta semana para no ir muy lejos, no funcionan. Porque la burocracia es un mazacote insondable cuya ineficiencia e inoperancia no hace sino generar costos a la sociedad.
Hace muchos años el empresario Arturo Márquez lo explicó con tal claridad que no lo he olvidado; lo grave es que el problema persiste como si fuera ayer y nadie, de ningún partido, ha hecho nada por empezar a atacar este cáncer de fondo, para erradicarlo. Ninguno, pero ninguno ha tenido los tamaños para entrarle porque siempre hay un cálculo electoral y la burocracia vende caro sus votos. Y ya.
Entonces, que venga el señor Presidente a decir que es un asunto cultural y que también ahí está la gente colgada del cable con los diablitos, no tiene nombre pero voy a intentar hacer una descripción: es el reflejo inobjetable de la falta de sensibilidad y de la distancia como de aquí a la Luna o más allá, entre la clase gobernante y la población.
A ver. ¿Quiénes se roban la luz? No justifico a quienes lo hacen de ninguna manera pero no estaría de más hacer un análisis y revisar la situación económica de las personas que incurren esa actitud tan reprobable. ¿Por qué se la roban? No dudo que haya vivales, siempre hay y en todo el mundo, pero por lo general quienes se roban la luz es porque no tienen servicio o porque no lo pueden pagar; y si no lo pueden pagar es porque viven en la pobreza; no tienen trabajo o ganan muy poquito. En lugar de echar culpas y señalar que “la gente también” ¿por qué no se ponen a trabajar en soluciones de fondo para erradicar la pobreza, la mala educación, los pésimos servicios de salud y mejorar el funcionamiento de la burocracia?
Los impuestos que pagamos alcanzan para pagar a un aparato gigante y obeso que dizque adelgazó y fue reestructurado, se vendieron empresas paraestatales también cuando Salinas ¿se acuerdan? ¿Y? Lo que se vendió fue o es monopolio y las “instituciones” que se conservan siguen en la inoperancia total. ¿O qué sí funciona?
El día en que sea fácil pagar una multa, es más probable que no se ofrezca mordida al agente de tránsito; y si el agente tiene un buen sueldo (porque ahí también está el problema, en las diferencias salariales entre la burocracia de abajo y la dorada) no la va a aceptar y mucho menos a pedir. Y así con todo, en realidad es sencillo, pero nadie lo quiere ver. El sistema es cómodo para los que están más arriba y para la gente es una solución que impide retrasos, más costos, pérdida de tiempo, corajes y frustración. Esto es lo que se tiene que resolver cuanto antes y le toca a quienes viven de nuestros impuestos.
Les toca poner orden en el funcionamiento de la burocracia y no lo hacen, nunca lo han hecho; los intentos hasta ahora son de risa y, si acaso, duran un trienio o un sexenio y quién sabe, se me hace mucho.
¿Qué vemos corrupción detrás de todo lo que sucede? ¿Por qué será? ¿Y cómo es que todos? ¿Cómo es que el Presidente puede generalizar con respecto a algo que para él es falso o una exageración?
Simple y sencillamente no hay voluntad ni valentía en la cabeza de ninguna administración pública (federal, estatal y municipal) para enfrentarse a sindicatos, cotos de poder, intereses añejos. Y que ni digan que les preocupa que haya paros y esas cosas, lo que les preocupa es que no llevarán a todo su gremio a votar por ellos. Es una mezquindad descomunal y del mismo tamaño la cobardía, de todos los integrantes de la clase política.
Sueño con el surgimiento de líderes que efectivamente antepongan el interés general al personal y las cosas funcionen en México, en Jalisco, en Guadalajara: la luz, el servicio de transporte, la infraestructura vial; el sistema educativo y el de salud; la recolección de basura y a disposición responsable de los desechos; que todos ganemos bien y estemos contentos con nuestros trabajos. Muy sencillo.

Columna publicada en El Informador el sábado 21 de octubre de 2017.