domingo, 19 de agosto de 2018

A nuestra consideración


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Sabemos que la democracia es el gobierno del pueblo, es el significado etimológico que ha trascendido desde la Grecia antigua hasta nuestros días. En torno a esta idea básica y de conocimiento generalizado, los gobiernos democráticos se construyen y destruyen, mejoran, empeoran y tienen altibajos. En torno a esta idea también el concepto se deforma, se tergiversa, se manipula, se usa… es pretexto, argumento, justificación y explicación de acciones y decisiones no necesariamente buenas o benéficas para el pueblo, de hecho, sucede casi siempre al contrario en todo el mundo, todos los días.
Desde los atenienses, a lo largo de los siglos, la democracia se ha interpretado y reinterpretado. Filósofos, humanistas, historiadores y pensadores han escrito tratados al respecto a favor y en contra; pero hasta ahora y esto en realidad es un lugar común, es el mejor sistema que se conoce, la humanidad no ha discurrido o inventado otro mejor.
Hace ocho años ya escribí “La democracia contra sí misma” que se publicó en esta mi casa editorial. Lo acabo de volver a leer y me sorprende cómo es que las cosas prácticamente no han cambiado (nota: para el título, que ahora encuentro en miles de resultados en una búsqueda simple en Google, me inspiré en el libro del ministro Jesús Gudiño Pelayo, El Estado contra sí mismo. Encontré un libro con ese título de Marcel Gauchet, publicado en 2004).
En 2010 escribí: “La democracia que se pondera en los discursos políticos no es tal, no es la que queremos, a la que aspiramos, no es la posible, mucho menos la ideal. A fuerza de corromper el concepto, la democracia de la que hablan los gobernantes en nuestro país se ha vuelto contra sí misma; es la mínima necesaria para mantener las cosas como están, para continuar con la simulación electoral y el dizque fortalecimiento de las instituciones responsables”.  
También escribí lo siguiente, insisto, hace ocho años: “Vidas y tiempo ha costado el proceso de democratización de la sociedad mexicana, de su sistema político, de su cultura; y ha generado desgaste, desazón, apatía, incertidumbre, desesperación y desesperanza; molestias e indignación pero también en muchos, muchos más de los que nos imaginamos, ha despertado el sentido de urgencia y una decisión férrea por participar contra viento y marea a favor de una transformación real y trascendente”. 
Y casi al final: “No hay sistemas políticos nuevos a la mano. Desde el lado “democrático” del orbe no se avizora una forma distinta de organizarnos para vivir bien, en paz y armonía. Y ante la insuficiencia de los Estados democráticos para dar estas respuestas a las “masas obedientes y apáticas” (Noam Chomsky, 1991) (agrego, ignorantes) es la democracia participativa un reclamo que cunde y que en algunos países es una realidad. Pero no es suficiente o ¿de qué sirve una iniciativa popular resultado del esfuerzo y la gestión ciudadana para que al llegar al Poder Legislativo sea desechada?”. Dejo aquí la liga como siempre por si encuentran interesante leer el artículo completo ("La democracia contra sí misma").
En esta ocasión volví a él porque desde tiempos inmemoriales, en México y el mundo, desde Grecia por supuesto, al pueblo, a las masas, a la sociedad en su conjunto, a los que hemos sido súbditos y ciudadanos en distintos momentos de la historia, a los que pagamos impuestos y votamos, desde el poder se nos considera menores de edad; el pueblo no sabe lo que quiere (Hegel, 1770-1831) y no sabe cómo hacer lo que necesita; en la nación que se considera como el máximo ejemplo de democracia en el mundo, se dejaron sentadas las bases en la constitución, para limitar la participación del pueblo, del vulgo, de las masas porque eso sólo conduciría al caos.

Fuente: ecoosfera.
Por primera vez en décadas, pese a la polémica que estas afirmaciones desatan, pese al riesgo de que no se cumplan, a pesar de que podría no ser práctico ni viable; y contra las posturas de que se deje al pueblo fuera de las decisiones públicas, en primer lugar escucho que la sociedad mexicana es madura y no debe seguir siendo calificada como “menor de edad” y, en segundo, que las propuestas e iniciativas de la próxima administración federal, serán sometidas a nuestra consideración, como está sucediendo, incluso antes de que el nuevo gobierno federal entre en funciones, con el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México. Con inteligencia y liderazgo esto puede funcionar, se trata de apelar a la sabiduría de los mexicanos y se trata de rescatar la esencia de un gobierno democrático.

Columna publicada en El Informador el sábado 18 de agosto de 2018.

sábado, 11 de agosto de 2018

Reacciones, pendientes y rendición de cuentas


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

El resultado electoral del 1 de julio pasado, tan contundente que no dejó lugar a dudas, nos ha llevado a reaccionar de muy diversas maneras porque además, el ahora sí Presidente electo ha tenido actividades casi todos los días con reuniones, declaraciones y acciones que han motivado (*) una andanada de opiniones a favor y en contra, sobre todo en contra; y, estas últimas, como si López Obrador ya fuera hubiera rendido protesta.
Me llamó la atención una específicamente, que ejemplifica cómo se está percibiendo esta coyuntura de transición, larguísima por cierto (habría que pensar en un cambio legal): una señora llamó a una estación de radio para afirmar que AMLO no había cumplido con su promesa de aumentar los apoyos a los adultos mayores, estos de 60 o 70 y más. ¿Ignorancia? ¿Confusión? ¿Bots?
La otra, de casi todos conocida, y surgida apenas esta semana, justo el día en que el candidato ganador recibió su constancia de mayoría (un mes antes del plazo límite que tenía el TEPJF), es la de atribuir la liberación de Elba Esther Gordillo a un presunto pacto entre AMLO y Peña. Al principio de la detención y encarcelamiento de quien fuera la lideresa del SNTE, varias voces opinaron que saldría de inmediato, porque la acusación no debió ser “lavado de dinero”, sin embargo, los opositores de AMLO, que no son pocos en el mundo de los opinadores profesionales, no tardaron en asegurar que era producto de arreglos y componendas, de esas que el propio López Obrador ha dicho que no tolerará.
Así están las cosas y así van a seguir por un tiempo hasta que el Presidente electo rinda protesta y empiece a actuar y a cumplir sus planes y proyectos en la medida de lo posible, porque aun cuando se ha escrito al respecto, los pendientes y retos que deja el gobierno de Peña Nieto no son menores.
En lo personal me preocupa la economía nacional y las finanzas públicas, a ver cómo las deja; es uno de los asuntos que debería ser prioritario para el equipo de transición de manera que no se repita por ningún motivo el escenario Salinas-Zedillo entre 1994 y 1995. Hasta estos momentos todo ha sido casi ideal (parte de las reacciones diversas), el triunfo del candidato de Morena no repercutió en devaluación ni caídas financieras ni nada por el estilo como aseguraban muchos; con todo, creo que no hay que perder de vista el tema, particularmente quienes empezarán a ejercer como gobierno a partir de diciembre.
Claro que no es el único asunto preocupante, son muchos más. Por ejemplo: apenas en esta semana y después de la insistencia casi feroz de grupos de la sociedad zacatecana, se decretó alerta de género en esa entidad vecina. Están matando a muchas mujeres, la mayoría jovencitas. Sabemos que esto pasa en casi todo el país en mayor o menor medida. Desde los asesinatos de mujeres en Juárez es una realidad lacerante que no ha cambiado en realidad. Llama la atención, porque parece que siempre es así y en todos lados, la resistencia de la autoridad a que se emita la alerta; el mensaje es “no es tan importante y no me interesa”.
Este ejemplo forma parte del universo de la violencia en México, uno de los grandes pendientes, dificilísimo de enfrentar y atenuar primero, hasta erradicar, no será sencillo, reitero, no terso; y en este entendido, con esta idea, es fundamental que todos nos sumemos a los esfuerzos e iniciativas para que esto cambie a nuestro favor.

Fuente: 4 Vientos... Periodismo en red.
Son muchos más los pendientes por supuesto, pero mencionaré dos más: la corrupción y la pobreza y desigualdad. La corrupción, todos los sabemos y lo vivimos, ha llegado a niveles impresionantes; está extendida y se ha diseminado por la administración pública de todos los órdenes y ha repercutido en asesinatos y violencia contra funcionarios públicos y candidatos pero ha permeado en diferentes sectores de la sociedad, no sólo públicos. Necesitamos instituciones que funcionen para empezar a combatir la corrupción.
En cuanto a la pobreza y la desigualdad, así, unidas como están, es el reto más grande porque en la medida en que se vaya resolviendo incidirá favorablemente en el mejoramiento de otros aspectos: menos delincuencia, mejor calidad de vida, movilidad social, esperanzas, proyectos posibles, bueno, hasta mejoraría nuestro estado de ánimo y, estoy segura, había por lo menos más productividad y menos violencia; se abatiría la insatisfacción social.
Antes de que tome posesión AMLO creo que es fundamental no dejar ir así como así a la administración todavía en funciones; hay muchas cuentas que rendir.

(*) En el texto original "me comí" la palabra motivado y en la edición impresa aparece "sido". Lo correcto es como lo presento aquí. 

Columna publicada en El Informador el sábado 11 de agosto de 2018.

Don Gabriel... huellas


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

El oficio de ser periodista ofrece la oportunidad de conocer a personas de todo tipo, de todos los grados educativos o sin educación; con dinero y sin dinero, con calidad humana y sin ella; nos toca entrevistar a muchos cínicos y barbajanes, a gente prepotente, soberbia y déspota; a corruptos, mentirosos, falsos, marrulleros y manipuladores. Sí, así es esto.
Por eso mismo, cuando alguien no es así, entonces podemos preciarnos de que valió la pena haberlo conocido, de haberlo tratado esporádicamente y de manera directa a través de entrevistas, de escucharlo y de aprender siempre.
Para mí fue un privilegio conocer y conversar en diferentes momentos de su desempeño como servidor público a don Gabriel Covarrubias Ibarra. Curiosamente, nunca cubrí ninguna de las “fuentes” que él encabezó, como fuente asignada: ni la Tesorería del Estado, ni el Congreso de Jalisco, ni el Ayuntamiento de Guadalajara, ni el Comité de Reconstrucción por las Explosiones del 22 de Abril, pero sí lo entrevisté en varias ocasiones, sobre todo cuanto él fue senador de la República y yo era corresponsal de esta casa editorial en la Ciudad de México.
Era un deleite platicar con él. Recuerdo que en varias ocasiones, aunque tampoco tantas, no como me hubiera gustado, me senté junto a él en su asiento en el Senado, cuando la sede estaba en Xicoténcatl. Me daba detalles de los otros senadores, de Irma Serrano por ejemplo o de Adolfo Aguilar Zínser. Me compartía anécdotas y rasgos de sus personalidades. Y nos reíamos. Lo mejor con don Gabriel, aun cuando él siempre “daba nota”, eran las conversaciones off the record. Otros colegas no me dejarán mentir.
Muchas veces le dije (como tantas personas) que por qué no se lanzaba como candidato al Gobierno del Estado, pero don Gabriel quería ya dedicarse de lleno a su familia, particularmente quería ejercer como abuelo. Por supuesto que una decisión así es respetable y habla de su calidad humana.

Don Gabriel... Fuente: El Informador.
Conocí su forma de trabajar, vi sus resultados y lo admiré por la fuerza de su carácter y su valentía cuando se le plantó a la Federación cuando no estuvo de acuerdo ni con la Comisión Federal de Electricidad ni con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, el INEGI de entonces (faltaban varios años para a autonomía).
Quién sabe qué habría pasado en estos tiempos, pero en su periodo como presidente municipal, negó el permiso para la realización de una marcha gay, con todo el desgaste y “mala publicidad” que una decisión así conlleva.
A don Gabriel le correspondió, como alcalde, organizar y encabezar los festejos por los 450 años de la fundación de Guadalajara. Hace más de 25 años de entonces y todos los reporteros cubrimos algo. Fue una gran fiesta y todas las actividades fueron exitosas, no hubo nada que desentonara.
La verdad es que no encuentro una referencia cuestionable o negativa con respecto a don Gabriel. Era un tipazo y lo recuerdo ahora con todo el cariño que le tengo, porque él se lo ganó. Bueno, una vez lo regañé porque había hecho cita con él para entrevistarlo como presidente del Comité de Reconstrucción y después de una larga espera, decidió recibir primero a una reportera de la Ciudad de México que había llegado después y que ni cita había concertado. Me ofreció disculpas.
Esta responsabilidad particularmente, fue muy pesada. Había que atender a los verdaderos damnificados y cuidarse de quienes trataban de aprovecharse de las circunstancias. Fue doloroso y desgastante. Duele aún.
En términos de servicio público o de ejercicio de la política, su desempeño fue ejemplar y el reconocimiento que él se ganó, tanto de sus correligionarios como de los partidos entonces de oposición, fue resultado de un trabajo honesto, eficiente, transparente, de servicio, inteligente, de conciliación y de apoyo. Le gustaba desatorar asuntos complicados siempre que fueran a favor de la gente. Amó a Guadalajara como pocos y la defendió incluso contra su propia imagen o los intereses de su partido; supo separar el trabajo partidista del servicio público y el resultado es un personaje único que no hizo sino entregarse y aportar en todas las actividades de su vida, personal o pública.
Descanse en paz Don Gabriel Covarrubias Ibarra, un hombre que sin duda dejó huellas.

Columna publicada en El Informador el sábado 4 de agosto de 2018.