sábado, 19 de octubre de 2019

Es hora y es urgente


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

A estas alturas me imagino que los lectores estarán perfectamente enterados de lo sucedido en Culiacán, de las decisiones del gobierno y de las reacciones de políticos, opinólogos y ciudadanos de a pie. En lo personal, desde las primeras noticias, cuando no se sabía con exactitud qué pasaba y después, conforme fue fluyendo la información, lo primero que pensé fue que debía estar atenta a las comunicaciones y esperar a que se asentaran las aguas, un poco, por lo menos un poco, para empezar a valorar y sacar conclusiones.
Saber, sin confirmación, que era probable que Ovidio Guzmán hubiera sido liberado “para pacificar a Culiacán” no me dejó nada tranquila, pero mantuve mi decisión de esperar y no adelantar juicios.
Es difícil valorar una situación de esta magnitud en un entorno tan dividido y enrarecido al que contribuyen dos expresidentes que lejos de aportar, ensucian y dañan, dos expresidentes, por cierto, que sí abonaron a la escalada de violencia y permitieron con sus omisiones que la organización criminal de Sinaloa creciera a los niveles que conocemos ahora. Desoír a estos dos individuos tan perjudiciales es una buena decisión para buscar, en cambio, puntos de apoyo que permitan valorar en la dimensión más precisa lo que pasa y no abrir la puerta por ningún motivo a la manipulación mediática, partidista y en muchos casos cínica y mezquina que deja en evidencia, sobre todo, que no hay amor por México sino intereses, fobias y conveniencias.
He citado en otras ocasiones en este espacio a Edgardo Buscaglia, un experto en seguridad nacional y zonas en conflicto y postconflicto, quien ha advertido públicamente, desde hace años, sobre la existencia de un pacto de impunidad, entre partidos y cárteles. Tuve la oportunidad de escuchar las entrevistas que le hizo Carmen Aristegui, tanto en CNN como en su noticiero de radio, y me sorprendió sobremanera porque ha sido crítico feroz del gobierno de López Obrador.
Coincido con su postura: de entrada, reconoció que el Gobierno federal, como no lo hicieron ni Felipe Calderón ni Peña Nieto, decidiera entrar “a la cueva del león” de una de las cinco organizaciones criminales más poderosas del mundo con presencia en 81 países y miles de alianzas dentro y fuera de México que incluyen a empresarios, políticos, sindicatos y “pantallas de sociedad civil”. El mismo Buscaglia recordó que ha llamado la atención sobre este tema desde 2006. Recomiendo que escuchen las entrevistas porque el especialista ofrece información que nos puede permitir hacer juicios más informados y no surgidos de la ignorancia y de la manipulación que les resulta tan efectiva a quienes se resisten a minar este poderío.
Cuatro cosas quiero rescatar aquí de esa entrevista: la primera es que, en su opinión, fue buena la decisión de liberar al detenido para proteger a la población civil de Culiacán. Es lo que se hace en estas circunstancias; habló de un cordón sanitario (tampoco creyó, como muchos, que fuera un operativo de rutina y que fuera casualidad el hallazgo del capo); la segunda es que si bien calificó la acción del Gobierno federal como “amateur”, reconoció que se hiciera el intento; tercera: la lista de estrategias que se pueden y deben emprender, probadas en 67 países, entre ellos Brasil y Uruguay, para contener al crimen organizado vía el control patrimonial de los grupos del crimen organizado, sobre todo si son tan poderosos como este con una organización horizontal que dificulta seriamente su combate dada la flexibilidad que los convierte casi en invisibles, según dijo; y cuarta, la necesidad de que en estas circunstancias no se politicen las decisiones ni las acciones; habló de la pertinencia de que nos mantengamos unidos y de otorgar al Gobierno federal el beneficio de la duda.
Realmente, los mexicanos de a pie que hacemos nuestras vidas cotidianamente con obstáculos mayores o menores, más o menos graves, insalvables a veces, otras no; más o menos intensos, que vamos resolviendo el día a día con trabajo y esfuerzo, no tenemos idea clara de la realidad de organizaciones criminales de esa magnitud. Para muchos es fácil, desde una posición cómoda y sin riesgos, juzgar severamente.
El llamado aquí es a valorar que hubo valentía, decisiones a favor de la vida de inocentes; que se están intentando acciones cuando antes no se hizo nada, al contrario, se formó parte o se alentó. Incluso se reconocieron —como nunca— errores de planeación. Y el llamado también es a exigir que desde el Gobierno federal se tomen en cuenta las acciones que con éxito se han emprendido en otras partes del mundo, hay caminos ya recorridos; se puede aprender de otras experiencias.
Hoy más que nunca es tiempo de cerrar filas. Lo menos que necesitamos en este momento es permanecer divididos, enfrentados. La fuerza de un pueblo unido presiona, empuja, obliga... Es hora y es urgente.

Columna publicada en El Informador el sábado 19 de octubre de 2019.

Pensiones


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Aun cuando el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, aclaró que su comentario sobre aumentar la edad para pensionarse fue respuesta a una pregunta expresa y en ningún sentido se debe interpretar como una postura, el tema está en el aire desde hace tiempo. Se retoma, se abandona, se vuelve a él y así.
La razón, en gran medida, es que se trata de una tendencia mundial; los sistemas de pensiones están presionando las economías de los países de manera directamente proporcional al fenómeno demográfico determinado por el incremento en la esperanza de vida. Y por supuesto que la conexión económica global es indiscutible; independientemente de dónde empiece, el efecto sería tipo dominó.
A raíz de las declaraciones de esta semana me metí a buscar información sobre los sistemas de pensiones y prácticamente en todo el mundo, el mundo capitalista para ser más precisos, es un tema a discusión desde hace varios años, complejo, polémico, pero, eso sí, de urgente atención por su estrecha vinculación a los sistemas económicos y fiscales.
Dijo Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México, que por cuestiones económicas, fiscales y demográficas, será inevitable aumentar la edad de retiro; sin embargo, hay opiniones en el sentido contrario. A diferencia de los dos citados hasta aquí, de que aumentar la edad repercutiría en más ingresos a la hora del retiro, José Luis de la Cruz, del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, entrevistado para Forbes México, dijo lo siguiente: “Pretender incrementar la edad de retiro de tres años para que a partir de ello se pueda posponer el retiro de algunos millones de mexicanos pues no resolvería el problema, lo único que haría es (que) se trasladaría tres años más tarde, pero en esencia el problema persistiría” (Nota de Forbes). En otras palabras, es más un problema de ahorro que de edad (por cierto, sobre este punto, no he visto que se tome en cuenta la realidad del mercado laboral en México y el mundo que está excluyendo cada vez más a hombres y mujeres de cuarenta años en delante de las filas del trabajo. Es un asunto para considerar seriamente porque sin trabajo, ahora sí que ¿cómo ahí qué?). Lo dicho por De la Cruz contrasta con la postura del presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos: “además de homogeneizar los distintos sistemas de pensiones y revisar los actuales regímenes de privilegio, es necesario armonizar la edad de retiro en los distintos sistemas de pensiones [...] y que los trabajadores puedan aumentar sus ahorros”.
En algo tiene razón: la revisión (yo diría supresión) de los regímenes de privilegio, léase CFE, Pemex y la burocracia en general. Por un lado, la edad: en el sistema de educación pública los docentes tienen opción de retirarse a los 50 años, por ejemplo. Y por otro, los montos, en la CFE y en PEMEX los jubilados “reciben 8.8 y 6.7 veces más que los pensionados del IMSS, respectivamente” según se publicó aquí ayer (recomiendo ampliamente el trabajo). Y también sé que a las pensiones mensuales, tratándose de trabajadores al servicio del Estado, hay que sumar aguinaldos o bonos de fin de año. Es raro algo así con trabajadores jubilados de la iniciativa privada por ni decir que inexistente.
Por lo pronto, aunque no es para desentenderse, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ya dijo: “Mientras yo sea Presidente no va a modificarse la edad (de retiro), en lo que a nosotros nos corresponde”. Esto quiere decir que, si le corresponde a alguien más puede hacerlo, los empresarios podrían cabildear por ejemplo o la Afores o los diputados; cabe decir que se acaba de presentar una iniciativa —fue turnada a comisiones— para aumentar la pensión a los trabajadores del ISSSTE, de 10 a 25 salarios mínimos... qué padre.
La cuestión es no perder de vista el tema porque a la mayoría de los mexicanos nos atañe, estudiarlo, entenderlo lo más posible a sabiendas de que se discutirá más temprano que tarde. Me encontré dos documentos (hay muchísima información) que creo podrían servir para tener antecedentes y una idea más cercana de qué se trata: “Diagnóstico del sistema de pensiones mexicano y opciones para reformarlo” del Banco Interamericano de Desarrollo publicado apenas en marzo de este año (Diagnóstico BIDy, del sexenio pasado, “Las pensiones en México y el mundo”, una publicación de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, Consar: ("Las pensiones en México y el mundo").

Columna publicada en El Informador el sábado 12 de octubre de 2019.

viernes, 11 de octubre de 2019

Cloaca


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Quién sabe cuándo o cómo tocaremos fondo en México en materia de corrupción. Cada vez nos enteramos de cosas peores con nombres y datos de personas que no imaginábamos; en algunos casos sí, pero no tanto. Esta semana han salido a la luz varios asuntos relativos al mazacote de corrupción en México, que ha ido creciendo desde hace décadas hasta convertirse en un monstruo gigantesco y amorfo con miles de cabezas y tentáculos que nos afecta a todos.
Primero, gracias a la insistencia de la organización Fundar, se liberó información relacionada con condonaciones y cancelaciones de impuestos a casi 10 mil beneficiarios, “hijos predilectos del régimen” como diría el Presidente Andrés Manuel López Obrador, por miles de millones de pesos que no pagaron sus contribuciones entre 2007 y 2015, es decir, en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Cada año se incluían estos mecanismos, los de condonación y cancelación en las leyes de ingresos, de manera que eran legales, pero totalmente inmorales e injustos. Noticia de que en México hay mexicanos de primera, de segunda y de tercera, por lo menos. Un dato preciso y contundente del por qué de la desigualdad en nuestro país. (Aquí se pueden descargar los documentos de Fundar: Privilegios fiscales).
Y a propósito de esa “legalidad”, el Presidente revela otras reformas legales increíbles, como la eliminación de la corrupción como delito grave en los tiempos de Ernesto Zedillo, nada más y nada menos; entre otras decisiones tomadas por el Legislativo en aras de la impunidad, como autorizarle a Pemex una partida ¡para pagar fianzas! De verdad, creía que lo había visto todo.
Después, nos enteramos de que quien está considerado como uno de los máximos traficantes de influencias, además de que resultó beneficiado con condonación de impuestos (aparece en las listas en poder de Fundar), Diego Fernández de Cevallos, no ha pagado por muchos años el impuesto predial de una de sus propiedades en el municipio de Colón, en Querétaro. Debe por ese concepto casi ¡mil millones de pesos! El hombre lo reconoce y todavía dice que va a renegociar tal deuda o que por lo menos lo intenta. Eso es desfachatez, incongruencia y cinismo en verdad. No sé cómo se le abren espacios para criticar cuando tiene una cola más larga que el cacomixtle.
En el tema de las condonaciones y cancelaciones de impuestos aparecen nombres y empresas que uno no cree, pero ahí están; legal el asunto, pero inmoral, reitero y creo que no sólo los que están vinculados al Estado o al gobierno actual deben dar explicaciones, sino todos y, por supuesto, la práctica se debe suspender de inmediato.
Por si fuera poco, mientras procesábamos esta información, tómala: el jueves en la tarde se da a conocer la renuncia sorpresiva casi para todos, del ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Eduardo Medina Mora. Un personaje vinculado al PAN y al PRI desde hace tiempo, cuyo nombramiento en la administración pasada causó polémica, y del que recientemente se dan a conocer presuntos vínculos que podrían ser catalogados de lavado de dinero.
Salvador García Soto, periodista jalisciense para mayores señas, publicó en su columna “Serpientes y Escaleras” que aparece en El Universal, todas las razones de la renuncia y, como seguramente el lector, ya sabe, Medina Mora está vinculado, además, con un ex funcionario de Televisa al que se atribuye la orquestación de la “campaña negra” contra López Obrador en las campañas del año pasado, como esa supuesta serie sobre el Populismo en América Latina donde se incluía al ahora Presidente de México.
Desde junio de este año García Soto presentó la relación de las transferencias multimillonarias de Medina Mora catalogadas como “actividad sospechosa” según la National Crime Agency del Reino Unido, por millones de libras esterlinas y dólares, equivalentes a 102 millones de pesos, una cantidad que rebasa, según el comentario del columnista, los ingresos de Medina Mora como ministro de la Suprema Corte, que son todo menos exiguos.
El ministro renuncia y espero, espero, espero, que sea para enfrentar a la justicia y aclarar lo que haya que aclarar y pagar lo que corresponda. Ojalá.
En vía de mientras, si bien lo que queda en evidencia con todo esto, lo anterior y lo que falta, pues parece que estamos parados en una cloaca de dimensiones inconmensurables. Lo único que alienta es eso, que se destapó y que lo que sigue ahora es el proceso de limpia, es de esperar que a fondo.

Columna publicada en El Informador el sábado 5 de octubre de 2019.