sábado, 26 de diciembre de 2020

2020-2021

Ciudad Adentro

 LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

  

Este es el último comentario de este 2020 que por fin fenece. En estos días se cumple un año del reconocimiento del primer caso de una enfermedad causada por un virus desconocido en Wuhan, China, aunque no lo supimos de inmediato. La información fue llegando a cuentagotas y así, en esa medida, la comunidad científica internacional, los gobiernos y la humanidad en su conjunto, nos fuimos enterando de su nivel de peligrosidad, su etiología y otras características, sin embargo, hasta ahora no ha sido descifrado del todo. Hace unos días apenas, por ejemplo, se da a conocer en el mundo la aparición de una variante que llevó al aislamiento a Gran Bretaña.

Ha sido, es y, por un buen tiempo más, será muy complicado vivir y convivir en estas condiciones porque las afectaciones son en todos los ámbitos: salud, economía, educación, emociones, expectativas, proyectos; extrañamos a los seres queridos que no podemos ver y a los que murieron por la pandemia, nos hacen falta abrazos; para mucha gente salir a la calle, a un parque, a un restaurante, a un bar, son necesidades básicas; se perdieron empleos, se truncaron planes o se pospusieron en el mejor de los casos; empeoraron situaciones personales; hay sectores de la economía mucho más afectados que otros, cierres, despidos.

Todos y cada una hemos tenido que adaptarnos a las circunstancias, con mayor o menor éxito es cierto, pero mal que bien, aquí estamos, saliendo adelante de un entorno verdaderamente adverso para la humanidad entera. Son respetables las percepciones que de la pandemia y sus efectos tiene cada quien; ahora sí que cada quien habla según le fue o le va en la feria, pero en términos generales podría decir que este año tan terrible que se va, nos deja lecciones.

Y seguro habrá alguien que diga, o muchos, que habría sido mejor aprender de otra manera. Sin duda, pero no fue así y no tenemos otra opción más que tomar al toro por los cuernos, espabilarnos, recuperar el ánimo y seguir caminando hacia adelante. El contexto es de pandemia, es mundial, nos afecta a todos de diferente manera y con distintas intensidades, pero a todos, ahora sí que, democrática es. De pronto siento que hay mucha gente que no se da cuenta de esa dimensión de esta realidad, y no es un juicio, más bien es un temor.

Las lecciones están ahí para sacarles el mayor provecho posible. De nosotros depende —sin desdeñar entornos y contextos individuales— que esto nos afecte en mayor o menor medida; podemos salir fortalecidos o no, más maduros o no; quizá vemos a la humanidad de otra manera, valoramos más a nuestros familiares, o tal vez no; a nuestros amigos y amigas; también es muy factible que hayamos detectado a los que llevan agua para sus molinos, pensando en términos de negocios o de política barata electoral, en el mundo.


Foto: Laura Castro Golarte.

Es muy probable que hayamos pasado por etapas diversas, con altibajos, contradictorias; y las hemos atravesado, no sin daño, no sin que hayamos perdido a alguien o algo. En general así es la vida, y si nos atenemos a eso, sólo que ahora la dimensión es mundial, saldremos de esta como de tantas adversidades. No hay mal que dure cien años.

Esos son mis deseos para todos los seres humanos especialmente en este entorno tan complejo y difícil, tan adverso, para el año 2021. Ahora con la aplicación de las primeras vacunas se habló del virus que causa la Covid-19 como de un enemigo, el enemigo invisible. Hay que derrotarlo en sentido literal y figurado.

Necesitamos fuerza, claridad, entereza; reconocer que hemos aprendido, que nuestra capacidad de adaptación es extraordinaria, que nos necesitamos juntos; que la solidaridad es necesaria justo para derrotar al enemigo; que tenemos que respetarnos entre nosotros; que hay información basura que hace daño; que hay gente que manipula para sacar raja a favor de sus intereses y hemos sabido detectarla; que hay información de calidad que necesitamos para tomar decisiones, para cuidarnos mejor, para entender mejor lo que pasa.

Del 31 de diciembre de 2020 al 1 de enero de 2021 no cambiarán las circunstancias como por arte de magia, pero sí es una ocasión para alimentar la esperanza. El año que pronto empezará nos hallará mejor parados, más preparados, a diferencia de los primeros días de este 2020 que nos tomó por sorpresa. Ánimo, nos necesitamos juntos. Feliz 2021.

Columna publicada en El Informador el sábado 26 de diciembre de 2020.

sábado, 19 de diciembre de 2020

15 %

Ciudad Adentro 

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)


Antes de abordar el tema del incremento salarial que entrará en vigor en enero del año entrante y que considero una muy buena noticia, quiero referirme a dos asuntos. El primero tiene que ver con el asesinato de Aristóteles Sandoval, un político jalisciense que fue diputado, presidente municipal de Guadalajara y gobernador de Jalisco. Lo lamento, por la pérdida y el dolor que esto causa a su familia, pero también por los altísimos niveles de violencia e inseguridad en el Estado. Es difícil, lo sabemos, pero ojalá, ojalá se esclarezca, que se sepa exactamente qué pasó y que los responsables rindan cuentas ante la justicia.

Esta noticia ha consternado a propios y extraños, porque además deja en evidencia una realidad que las autoridades en Jalisco tienen que enfrentar en lugar de estar buscando cómo responsabilizar a otros.

Y sobre esta proclividad a señalar a otros en lugar de cumplir con lo que toca, el otro asunto que urge y en el que tenemos mucho que ver nosotros, como ciudadanos, es el cuidado y las precauciones con respecto a la pandemia. Si bien el gobernador dijo hace unos días que no había ninguna medida que tomar refiriéndose a cierres o restricciones, la Secretaría de Salud del Gobierno del Estado sí emitió un comunicado en el que solicita a la población que no se hagan posadas, ni fiestas navideñas que superen las 10 personas. La pandemia existe, afecta a todo el mundo y en México se ha recrudecido, Jalisco no es la excepción. Ojalá que las autoridades dejen de hacer comparaciones inútiles, sin sentido, electoreras y se enfoquen en el entorno inmediato dentro de su esfera de responsabilidades. Por favor.

Ahora bien, sobre el salario. Desde hace años, como muchos otros, he insistido en la urgencia de que en México se recupere la capacidad del poder adquisitivo. En 2008, cuando aquella pandemia, mientras en otros países de América Latina se optaba por incentivar el mercado interno aumentado los ingresos de las personas, vía salarial y reducción de impuestos, en México, con Felipe Calderón en la Presidencia, se hizo lo contrario. Lo critiqué entonces y reitero ahora que esa no es la solución, para quienes desde ya se desgarran las vestiduras por la decisión de aumentar el salario mínimo en México con la idea, desde diciembre de 2018 para acá, de recuperar el terreno perdido sobre todo del sexenio de Luis Echeverría Álvarez hasta hace dos años.


Luisa María Alcalde Luján, secretaria de Trabajo y Previsión Social.


Quizá sirva recordar que México es uno de los países en el mundo con salarios más bajos y donde los trabajadores laboran más horas que en ninguna otra nación. Y que no salgan con que la productividad y bla bla bla, esa es una responsabilidad de la clase empresarial; la productividad se debe incentivar desde adentro de los negocios y no soslayarla sólo porque si alguien deja el empleo, es fácil sustituirlo con el que sigue en la fila interminable de personas desempleadas en México y con necesidades apremiantes. Ojo.

Que la gente gane más significa que gastará más, que invertirá ese dinero en la resolución de sus necesidades básicas y urgentes, consumirá y esos recursos se integrarán al dínamo de la economía ¿es tan difícil de entender? Pensaría que no, pero luego veo las cifras de la OCDE de que en México ganan más los accionistas que los empleados en contraste con los demás países miembros de esa organización, y entonces pienso que sí y en la mezquindad de una buena parte de la clase empresarial en México, justo la que más se queja del incremento al mínimo de 15 % para seguir con la recuperación paulatina del poder adquisitivo de los trabajadores en el país.

El salario mínimo pasará de 123.22 a 141.70 pesos diarios, se trata de 18 pesos más que ni siquiera alcanzan, por ejemplo, para tomar dos camiones en Guadalajara en un día; la tarifa es de 9.50 y, dicho sea de paso, es carísima para un transporte tan deficiente e insuficiente como el que tenemos. Esto en casi todo el país, menos en los estados de la frontera norte, donde pasará de 185.56 a 213.39 pesos.

Con este incremento, México avanzará ocho posiciones en el ranking internacional de salarios, aunque todavía estamos muy abajo: lugar 76 de 135. Hubo un tiempo (1980) en el que México ocupaba el lugar ¡12! entre esos mismos 135 países, con José López Portillo, pero empezó a caer sin remedio ante la inmovilidad y ceguera ficticia de quienes se han enriquecido como defensores de los trabajadores: en 1990 cayó al lugar 30, con Carlos Salinas de Gortari, sí, el personaje que algunos extrañan al punto del delirio; en 2000 al lugar 48 entre el final de la gestión de Ernesto Zedillo y el principio de Vicente Fox y en 2010, con Felipe Calderón, cayó 33 lugares más para ubicarse en el sitio 81. ¿Y hoy hay quienes se desgarran las vestiduras porque se está revirtiendo esa tendencia? De verdad que no lo puedo creer, los niveles de inconsciencia y de egoísmo son descomunales. No sé qué gusto hallan en escupir para arriba.


Columna publicada en El Informador el sábado 19 de diciembre de 2020.

sábado, 12 de diciembre de 2020

Lupe-Reyes

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)


 

Desde la segunda quincena de enero, poco antes del 27 de febrero de este año, cuando se registró el primer caso de Covid-19 en México, todavía con información preliminar e incierta sobre las características del nuevo virus y de la enfermedad de “etiología desconocida” que causaba, se diseñó la estrategia en la Secretaría de Salud del Gobierno federal y a través del Boletín epidemiológico y los mecanismos de información y capacitación que funcionan desde hace lustros en el sistema en todo el país, se planteó una evolución muy cercana a lo que ha sido el desarrollo de la pandemia en México, incluso antes de que fuera identificada como tal.

Es parte de los conocimientos que sobre epidemiología y pandemia tienen los especialistas en la materia, con base también en casos similares a lo largo de la historia. Si tiene oportunidad de ver la primera conferencia de prensa en la Secretaría de Salud, justo del 27 de febrero, se podrán dar una idea muy cercana de lo que comento (para que no busquen mucho: Conferencia de prensa 271020). Y debo decir además que fue desde la segunda semana de enero de este año que se empezó a publicar información sobre la enfermedad todavía desconocida, en el Boletín epidemiológico que se elabora y circula cada semana desde fines del siglo XIX y está accesible en internet.

Desde entonces, se dijo que había comunicación estrecha con los 32 estados de la República. Bien, todo esto para recordar que, a mediados de mayo, en una de las conferencias vespertinas en las que se ofrece información de la Covid-19 todos los días, se anunció que la incidencia de la enfermedad podría recrudecerse a partir de octubre, en el inicio de la temporada de influenza. Dicho y hecho.


Foto: Laura Castro Golarte


La cuestión es que no sólo ha sido la llegada del frío, sino que, en general, se han relajado las medidas de protección y prevención contra la Covid-19. En Jalisco, para no ir muy lejos, los niveles de positividad, después del botón de emergencia, se han incrementado de manera preocupante, hasta 42 % con datos al 9 de diciembre pasado; la capacidad de varios hospitales en cuanto a la disponibilidad de camas con ventilador está al tope, según el Sistema IRAG (Sistema IRAG) y también están aumentando contagios y defunciones con base en datos de Radar Jalisco. El Dr. Carlos Alonso lamentablemente concluyó que el botón de emergencia no sirvió para detener la cadena de contagios.

Las cifras de las diversas fuentes coinciden, más allá de las diferencias que han prevalecido durante toda la pandemia. Eso no es más que indicativo de que las cosas no están bien. Y no sólo en Jalisco o la Ciudad de México (el llamado de ayer de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno, a través de redes sociales, es fuerte), en todo el país; no se diga en el mundo, con el discurso urgente de Angela Merkel, la canciller Federal de Alemania. Son buenas noticias las relativas a la vacuna, pero el proceso lleva su tiempo, no será inmediato.

En España, la viróloga Margarita del Val que he citado en otras ocasiones y recomiendo ampliamente, dijo hace menos de un mes lo siguiente: “No podemos negociar con el virus que vamos a tener unas navidades tranquilas, porque va a hacer frío y en interiores hay más riesgo. 25 de diciembre: Zoom, Zoom, Zoom. Pues eso. Que todo lo malo de esta vida sea que no vamos a poder celebrar la comida de Navidad. Es un mal menor. Hay que buscar alternativas” (Margarita del Val).

En México, el día de hoy empieza el famosísimo puente Lupe-Reyes (felicidades a todas las Lupitas). Nos encanta la fiesta sí, somos pachangueros, está en nuestra idiosincrasia; esta actitud, particularmente el amor por la familia y el deseo de reunirnos siempre con pretextos o sin ellos, es admirada incluso en otros países. En lo personal me encantan, pero no está el horno para bollos. No es pertinente hacer lo que acostumbramos en estas fechas, toca aguantarse, que quepa en nosotros la prudencia, ser pacientes, buscar alternativas como dice la Dra. Del Val y esperar tiempos propicios porque sólo así saldremos en mejores condiciones de este impase. Es una apuesta por la salud y la vida.

A veces pienso que se nos olvida que estamos en medio de una pandemia en el mundo con características sólo comparables con la de 1918, cuando la gripe española. Aun así, estamos mejor que entonces, mucho mejor, precisamente por eso hay que cuidarnos y cuidar a los otros, para no llegar a los niveles que se registraron entonces. Por una vez en la vida no vamos a celebrar el Lupe-Reyes como sabemos y como nos gusta, por favor, pero estaremos vivos para hacerlo el año que entra. #YoMeQuedoEnCasa #TeCuidoMeCuidas.


Columna publicada en El Informador el sábado 12 de diciembre de 2020.

sábado, 5 de diciembre de 2020

Reacciones

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

 


En el marco del segundo año de gestión del Presidente Andrés Manuel López Obrador me ha llamado la atención que las reacciones a las encuestas sobre su administración, favorables incluso en la prensa que el mismo mandatario señala como “adversaria”, coincidan en que son inusitadas o sorprendentes o desconcertantes o increíbles o cualquier otro concepto similar o parecido.

Debo decir que no me refiero a todas las reacciones claro está, sino a las que se conocen como las del círculo rojo o las que se expresan, casi siempre polarizadas, en las redes sociales, particularmente Twitter; así como en programas y mesas de análisis que se difunden a través de variadas plataformas. Aunque parezca un contrasentido, me parece normal que las reacciones hayan sido así en estos espacios que describo, es decir, no podía ser de otra manera, salvo una que otra excepción. Aquí lo extraordinario hubiese sido que no se manifestara la más mínima sorpresa ni contrariedad al conocer los resultados de todas las encuestas que han circulado estos días, desde este ámbito de la opinología o la influencerología.

Así que, por ese lado, todo en orden. Por otro lado, los datos que arrojan los abundantes estudios demoscópicos, desde el que sitúa al Presidente de México con 58 % hasta el que refirió el mismo López Obrador con 71 %, no son conclusiones inusitadas si pensamos en que, primero, como se dice sobre las encuestas, y así es, son fotografías del momento; segundo, estamos hablando de percepciones, ahora sí que cada quien habla de cómo le va en la feria; aunque, tercero, no todo mundo contesta la verdad en estos ejercicios y, cuarto, siempre, siempre, son muestras que tienen su márgenes de confiabilidad y de error, dependiendo de la casa encuestadora. A estas alturas y desde que las encuestas llegaron para quedarse en el sistema político-electoral mexicano, las hemos ido conociendo y hemos aprendido cómo tomarlas desde la ciudadanía de a pie, de la que formamos parte usted y yo; para el círculo en el poder y el círculo rojo, los resultados, aun cuando no los crean o les parezcan inusitados, los dan por buenos, algo hay, algo está pasando que la gente encuestada así contesta.

Aparte de estos cuatro aspectos, prácticamente inherentes a cualquier consulta de este tipo, quiero decir que a mí no me parece inusitado el nivel de aceptación del Presidente; es real en la medida, no de que 30 millones de electores votaron por él en 2018, sino de que hay millones de mexicanos que están notando las acciones de este gobierno en su beneficio. Los programas sociales de esta administración prácticamente abarcan a todos los grupos que viven y sufren circunstancias desventajosas con respecto a otros grupos: adultos mayores, jóvenes, mujeres, niños. Estos programas han sido fundamentales para que los beneficiarios tengan liquidez. Se está reflejando en el mercado interno, con todo y pandemia. Las ventas minoristas según el INEGI, registraron crecimiento en septiembre; lo mismo que el nivel de ingresos del sector servicios que hiló tres meses a la alza.



La estrategia de enfocarse en el mercado interno me parece muy acertada porque implica calidad de vida para los que menos tienen y movimiento económico para el sector empresarial, particularmente micros, pequeños y medianos, los más afectados. En la parte del sector servicios me llamó poderosamente la atención que los servicios inmobiliarios también reportaron aumento en sus ingresos. Muchas veces las estrategias o medidas que se toman en un gobierno no tienen repercusiones inmediatas, mucho menos si se atraviesa por una pandemia que nos ha afectado a todos en el mundo. No han aumentado impuestos y no se ha incrementado el precio de la gasolina.

No les ha faltado dinero a los adultos mayores, ni a los jóvenes ni a muchos mexicanos inscritos en estos programas sociales, el de las mujeres jefas de familia es fundamental; y con esto también ha sido posible que mucha gente se quede en sus casas. Y el salario mínimo se ha incrementado, en dos años, 30 % en términos reales.

Hay programas y acciones específicas para el campo mexicano, no ha habido desabasto en todos estos meses de pandemia en ningún punto de la geografía nacional, se dice fácil, pero implica acciones muy concretas.

Por esto y otros temas creo que los resultados de la popularidad del Presidente no me parecen inusitados. No es perfecto de ninguna manera, al contrario, es perfectible, por ejemplo, en materia de inclusión, bien podría cambiar su propia perspectiva con respecto a la agenda feminista; podría erradicar ya, por favor —he estado insistiendo— el tema de los adversario en su discurso; y, algo urgente, reforzar las estrategias para combatir la inseguridad y el crimen organizado en México.

Falta mucho, dos años no son suficientes, no creo que alcancen para todo lo que se necesita hacer en este país para corregir el rumbo, pero sí creo que hay un esfuerzo, este sí, inusitado, por erradicar la corrupción; por romper los patrones con los que actuó la clase política durante las administraciones priistas y panistas y por luchar contra las inercias que jalan fuerte desde adentro de la administración pública y en círculos que perdieron sus privilegios desde el 1 de diciembre de 2018, justo, los que reaccionaron con sorpresa.


Columna publicada en El Informador el sábado 5 de diciembre de 2020.

sábado, 28 de noviembre de 2020

José Manuel Mireles

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

 

El Dr. José Manuel Mireles representa una etapa de nuestra historia reciente de las más intensas y dolorosas por las que hemos pasado en los últimos lustros y que, lamentablemente, mutada, persiste.

Una lucha que se gestó desde la comunidad, de manera espontánea, de la que el Dr. Mireles formó parte como muchos otros, pero que no rindió en su momento los frutos que se esperaba. El movimiento de las autodefensas y policías comunitarias surgió como una necesidad apremiante para que el Estado asumiera su responsabilidad y acabara con las mafias y el crimen organizado que habían tomado posesión de Michoacán, una vez iniciada la mal llamada “guerra” contra el narcotráfico urdida por Felipe Calderón.

Para analistas y estudiosos del fenómeno se empezó a gestar durante la administración del panista, precisamente, aunque se manifestó de manera plena en el arranque del gobierno peñista. El caso de las autodefensas, especialmente el Dr. Mireles como parte de ellas, es uno de los ejemplos más indignantes generador de rabia e impotencia, de los niveles de criminalidad con los que ha operado el Estado mexicano.

Hoy sabemos que es una historia de traiciones, corrupción e intereses muy ajenos a los que tendrían que atender, por mandato constitucional, las autoridades de nuestro país.

Después del engaño y la traición, luego de una lectura puntual de las debilidades del protagonista (eso lo saben hacer muy bien), el Dr. Mireles terminó encarcelado, desde mi punto de vista y, al parecer hay casi un consenso, de manera injusta, porque todo fue presuntamente una maniobra del gobierno de Peña Nieto con el asunto de la venta y legalización de armas de uso exclusivo del Ejército.

De todo lo que pasó en torno al Dr. Mireles, fallecido esta semana a consecuencia de complicaciones por Covid-19, quiero referirme a dos asuntos, uno quizá pendiente y el otro, para tener en mente siempre. Ni la polémica, ni la vida personal, ni sus errores.


Foto: AP. El Informador.


El primero de ellos es la denuncia que haría, según anunció, ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, recién que dejó la cárcel, por delitos de lesa humanidad contra Enrique Peña Nieto, precisamente, a quien acusó de permitir la legalización de miles de armas que sí se distribuyeron entre civiles michoacanos y fueron la causa de la descomposición del de por sí débil y roto tejido social. Muchos muertos; recuerdo la matanza de Apatzingán. Hasta donde pude indagar, esa denuncia quedó como algo pendiente, pero por lo menos públicamente se presentaron los argumentos.

Y el otro asunto, para no olvidar, fue la conferencia que dictó en la Universidad Nacional Autónoma de México, en la que dirigió un mensaje a los jóvenes. Un mensaje desde la experiencia dolorosa del daño que causan las adicciones, de la pérdida de vidas, historias y talentos; los grandes perjuicios del narcotráfico.

En aquella ocasión, fue a principios del año 2018, José Manuel Mireles presentó su libro ante estudiantes de la UNAM y les dijo, entre otras cosas, “que el miedo no se quita a la hora de enfrentar situaciones como lo que está pasando en la universidad —se refería a los dos traficantes de drogas que fueron asesinados en instalaciones universitarias— no esperen no tener miedo nunca, el miedo nunca se les va a quitar, el que muere de miedo muere todos los días, el que no tiene miedo muere una sola vez. Los conminó a defender su universidad, a unirse y a abrir los ojos ayúdenme a despertar la conciencia de toda la nación… prepárense muy bien, están en el mejor lugar del mundo para que cambien las cosas en toda la nación, no sólo en sus pueblos de origen… Esta es la mejor trinchera que existe para toda lucha social… El día que empiecen a defender su escuela nadie va a volver a entrar a venderles drogas, duro con ellos, las drogas no benefician a nadie, se pueden sentir bien un ratito, pero lo mejor es tener la conciencia despierta y el conocimiento trabajando.

Sobre esta presentación en la UNAM escribí en marzo de 2018 y dejó aquí la liga del artículo completo (UNAM).

Descanse en paz, Dr. José Manuel Mireles.


Columna publicada en El Informador el sábado 28 de noviembre de 2011.

sábado, 21 de noviembre de 2020

Oficio político

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

 

Hemos escuchado la expresión, sin duda, y no requerimos de mayores definiciones para, en general, comprender, saber de qué se está hablando. El oficio político lo puede ejercer cualquiera y en diversos ámbitos; en las familias a veces se necesita, digo, no por nada a la familia del cónyuge de le identifica como “familia política”. Al oficio político, al bueno oficio político está vinculada la mano izquierda, la de los pases inspirados en la fiesta brava. Bien, pero no se trata aquí –que no estaría de más—de hacer un artículo sobre el oficio político, una cualidad o virtud que debería ser consustancial al servicio público.

Tener oficio político y, por ende, ejercerlo, debería significar para los ciudadanos, que el gobernante que lo practique reportará a sus representados más beneficios que perjuicios, más soluciones que problemas, más esperanza que desesperanza, más avance que retroceso, más calidad de vida que su deterioro, porque trabajaría por la sociedad que lo colocó en tal puesto mediante el voto, como se estila en los sistemas democráticos, es decir, su máximo interés y preocupación sería, debería ser, la gente de la que recibe mandato, poder y salario y no su persona ni su carrera o la de sus allegados, ni sus aspiraciones políticas para la próxima y la próxima elección.

Hasta aquí dejo estas reflexiones sólo para decir que el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, no tiene oficio político y es una lástima. Un tiempo creí que sí, pero no y la decepción es grande.

Me enfocaré en un tema, son varios, pero en este momento es uno el que prevalece: el presupuesto para el año 2020. Antes de que se diera a conocer ya hubo declaraciones y acciones como la conformación de la alianza federalista que dejó colgados de la brocha al resto de gobernadores en los propósitos de una asociación de esa naturaleza; y amenazas de que se tomarían medidas y bla bla bla si a Jalisco no se le daba lo que le correspondía.

Después de eso, un análisis de la periodista Sonia Serrano reveló que el recorte que “denunció” Alfaro, no aparecía en los documentos del presupuesto. El Ejecutivo estatal dijo: “el Presupuesto de Egresos de la Federación del próximo año implica una reducción a Jalisco de 9 mil 200 millones de pesos en términos reales”; cuando en realidad se trata de, una cantidad menor sí, pero equivalente a 5.3 millones de pesos, con lo que Jalisco se ubica entre los estados mejor tratados por el Gobierno federal.

Días más tarde de esa publicación, en esta misma semana, Alfaro difundió un video en redes sociales, para los espectadores de redes sociales, no para todos los jaliscienses, donde “aclara” y reitera lo de los nueve mil millones, de paso, claro está, llama “traidores” a la bancada jalisciense de Morena en la Cámara de Diputados.

La aclaración del grupo de legisladores jaliscienses no se hizo esperar y comparto aquí varios puntos, de entrada: “Enrique Alfaro no reconoce y no quiere ver, que tanto México como el mundo, están en un escenario de pandemia y desaceleración económica”. Señalan luego que la reducción presupuestal afecta a todos los estados y al Gobierno federal y enseguida: “Ignora la coyuntura económica, haciendo caso omiso de la pandemia, aunque ha sido su gran pretexto para justificar endeudamiento, suspensión de derechos y garantías constitucionales, así como falta de transparencia y rendición de cuentas” y luego: “Insiste en utilizar las cifras de manera tramposa para genera confusión y defender un discurso político subjetivo e irreal”.

Los legisladores por Jalisco remarcaron que el gobernador no pudo negar que Jalisco ocupa el primer lugar en subsidios a nivel nacional, el tercero como receptor de participaciones federales; que la reducción fue pareja, es decir, no hubo ensañamiento contra este Estado; que Jalisco es la entidad que más gasto federalizado recibe; tampoco habló de la alta dependencia del Estado a los recursos federales ni que 9 de cada 10 pesos que Jalisco gasta, proceden del Gobierno federal.

En el comunicado precisaron que no se quitarán a Jalisco los recursos para salud que antes manejaba el Seguro Popular y ahora el INSABI. Aseguraron que ese rubro está en Protección Social en Salud y por eso ya no cuenta como gasto federalizado, es todo. Faltó esa explicación y otras que los diputados por Jalisco plantearon con una batería de preguntas emanadas de observaciones de la Auditoría Superior de la Federación como solventar el destino de 731 millones de pesos en un caso y de 691 millones en otro, relacionados con gastos en salud. Le cuestionan, casi para terminar, que Jalisco es uno de los estados que más dinero ha regresado a la Federación por no ejercerlo y que era para programas de salud y, por último, afirman lo que he señalado en columnas anteriores de manera reiterada, apelando a lo que le quede de oficio político: “La confrontación y la descalificación sólo exacerban el escenario de crisis por la pandemia que afecta a Jalisco, a México y a todo el mundo, en perjuicio de millones de familias. Es momento de unidad, de verdad y de encontrar coincidencias. Invitamos al Gobierno de Jalisco y a Enrique Alfaro a trabajar con altura de miras”.

Seguramente habrá quienes le crea a uno y quienes a los otros ¿por qué no privilegian el oficio político y lo ejercen sin perder de vista que lo primero, lo primero es Jalisco y los jaliscienses en un entorno de circunstancias adversas para todos? Se requiere con urgencia generosidad y gestiones a favor de la gente, en otras palabras, oficio político.


Columna publicada en El Informador el sábado 21 de noviembre de 2020.

sábado, 14 de noviembre de 2020

Va para largo

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

 

Las buenas noticias son pocas y efímeras. Esta pandemia que ha puesto al mundo de cabeza, con saldos dolorosos: miles de muertos, miles de enfermos, de personas recuperadas, pero con secuelas, miles de hombres y mujeres sin empleo, miles de negocios cerrados, millones y millones encerrados y desesperados, no termina y no terminará pronto, por lo visto, así, tal cual: repuntes, rebrotes, regreso al confinamiento, endurecimiento de medidas y lo que, lamentablemente, conocemos ya de sobra.

Va para largo con todo y la información reciente de que la vacuna está muy avanzada en por lo menos dos laboratorios. Está muy bien y es lo que esperamos todos, por lo que desesperamos con el anhelo casi incontenible de volver a la normalidad, lo más parecida a como era antes de la Covid-19 en nuestras vidas, causada por el virus Sars-CoV2.



Casos en Jalisco, México y el mundo, al 14 de noviembre de 2020 (09:43 horas). Fuente: Google.


La situación ha empeorado en muchos países del planeta por las divisiones internas y polémicas que el manejo de la pandemia ha motivado; desde el principio y en todo el mundo, aunque no es para nada algo que sirva de consuelo (ya deberíamos haber aprendido), políticos de un color y de otro, a pesar de que son la salud y la vida de miles de personas las que están en riesgo, han llevado agua a sus molinos. Han acentuado y profundizado rivalidades previas a la pandemia y, tristemente, no he sabido de un país que, de manera permanente, haya logrado la unión de su clase política por una causa común, que tendría que ser salvar vidas sin apartarse un ápice de la meta. Esta pandemia ha dejado en evidencia esa mezquindad que, ya sabíamos, es parte de la personalidad de muchos, casi todos los políticos en el orbe. Llegará el tiempo de pasar factura, llegará.

Mientras tanto, en lo que son peras o son manzanas como decía mi mamá, sí, nos toca cuidarnos y cuidar al otro, armarnos de paciencia, hacer de tripas corazón y, en la medida de lo posible, quedarnos en casa.

Jalisco, como ha sido reconocido por propios y extraños, es un caso atípico, casi único en el mundo, porque rompió con el esquema de lo que era el protocolo más adecuado una vez que se documentaron las acciones en los países donde la pandemia pegó primero, antes incluso de que fuera pandemia; y, claramente en contraposición de las medidas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud.

A estas alturas del partido nos ha tocado aprender y leer entre líneas los mensajes contradictorios de la máxima autoridad sanitaria en la entidad; muchos sabemos ya detectar las medidas que tienen un claro propósito manipulador y, gracias a nuestro sentido común y de supervivencia, hemos logrado, no todos claro está, distinguir cuál sí es una buena medida y cuál no.

En esta parte, hay que decirlo, muchos jaliscienses, particularmente habitantes de la zona metropolitana de Guadalajara, por necesidad, han quedado a merced de medidas mal planeadas, mal planteadas, deficientemente socializadas o difundidas y peor ejecutadas. Y bueno, tenemos los eventos vinculados al botón de emergencia cuyas repercusiones las conoceremos hasta dentro de 14 o 15 días más o menos. Espero de verdad, profundamente y de todo corazón, que no sean tan tremendas como se podrían vaticinar por la cantidad de personas que se aglomeró en las estaciones del tren ligero, en las paradas de camiones y adentro de las unidades del transporte durante los horarios de operación.

Deseo también que las correcciones que dicen que se implementaron hayan dado resultados porque es un hecho que hay mucha gente enojada, digo, ahí está la #macromentada a la que se convocó a manera de “porra” para la máxima autoridad sanitaria en Jalisco —y las porras se repiten—; así como la sucesión de críticas bien fundamentadas, con argumentos de peso, con exposición de motivos y cálculo de consecuencias, que fueron total y absolutamente ignoradas pese al compromiso de atenderlas si tenían como propósito corregir y mejorar. Esto no sucedió, si acaso, a medias y tarde. Un ejemplo es ese de que el transporte público dejará de funcionar este fin de semana, definido como etapa de transición por el Buen Fin, antes del cierre de las tiendas que podrá ser hasta las 23 horas ¿cómo ahí qué? ¿Realmente se quiere incentivar la actividad comercial? ¿Y toda la gente que no tiene vehículo particular? ¿Se facilitará transporte? ¿Aplicarán ahora sí las tarifas solidarias de los taxis?

La pandemia y todas las medidas que nos toca observar para cuidarnos y cuidar a los demás, se extienden todavía por tiempo indefinido. Como llegó después a México podríamos pensar que vamos con una especie de desfase y los datos de lo que ocurre en España e Italia, sólo como casos emblemáticos, deberían ser una clara señal de que hay que poner nuestras barbas a remojar, aprender en cabeza ajena pues.

Va para largo, nos toca ser prudentes, seguir aprendiendo a descifrar mensajes, organizarnos, tomar las mejores decisiones, ser solidarios, protegernos entre nosotros y aguantar un poco más. Sólo de esta manera serán más las buenas noticias que las malas y con un poco más de duración. #NosToca #NosNecesitamosJuntos #YoMeQuedoEnCasa.


Columna publicada en El Informador el sábado 14 de noviembre de 2020.

sábado, 7 de noviembre de 2020

Incongruencias a granel

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

 

A las sucesivas crisis que hemos sufrido desde hace décadas, que de pronto parece que se superan, pero pronto nos descubrimos en retrocesos impensables e indeseables; a las crisis recrudecidas de salud y economía por la pandemia que afecta al mundo entero, hay que sumar una tan marcada y terca cuya realidad y recrudecimiento no son buenas noticias para los ciudadanos porque significa autoritarismo y demagogia pura: la crisis de representación.

Vi y escuché el Segundo Informe de Gobierno de Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco ayer, y fui de asombro en asombro, con todo y que el Poder Legislativo del Estado no ha dado sino muestras fehacientes y reiteradas de su subordinación (para usar la misma palabra que usó la diputada Mara Robles) al Ejecutivo. Esos diputados y diputadas, salvo Mariana Fernández y Erika Pérez, no deberían llamarse representantes de la sociedad jalisciense por más que la ciudadanía haya votado por ellos.

¿O cómo explicar que Enrique Velázquez, diputado del PRD, presunta izquierda, se haya desvivido en elogios para el gobernador? ¿Estarán de acuerdo quienes votaron por ese partido en vías de extinción? Velázquez, de entrada (como en aquellos ejercicios monárquicos a los que aludió, otra vez, la diputada Robles), en la primera línea de su intervención, dijo: “Gobernador, estoy seguro que (sic) no me equivoco al decirte lo siguiente: ¡Te apoyamos!”. Y luego, sin transición, habló de un “momento de restauración autoritaria”. De pronto pensé: “Ah bueno, una alabanza y una crítica” como suelen hacer muchos políticos, creí que estaba hablando justo de Alfaro con eso de la restauración autoritaria, pero no, se refería al Presidente de México, perdón, Presidente de la República (si vieron el informe identificarán la referencia).

Hubo frases y párrafos sobre todo de Enrique Velázquez y de Mara Robles, justo los dos diputados asociados al Grupo Universidad, específicamente a Raúl Padilla, el licenciado que fue severamente cuestionado y señalado por Enrique Alfaro hace algunos años, que parecía que aludían al Ejecutivo estatal pero no, luego ya quedaba claro, más o menos, que a quien criticaban era a Andrés Manuel López Obrador.

Cómo creerle a Velázquez lo siguiente: “La única forma de hacernos escuchar con credibilidad, es demostrar que en Jalisco somos capaces [...] de defender el equilibrio y la separación de poderes”. Digo, se exige y se opera para que haya contrapesos en el Legislativo federal y está muy bien, los contrapesos son un ideal en toda democracia, pero hablan como si aquí fueran una realidad y es claro que no lo son. Ya he comentado en este espacio no sólo que le aprueban todo al gobernador, sino que le aplauden todo, la mayoría; y Alfaro con eso tiene. Enrique Velázquez... que mejor se pase a Movimiento Ciudadano o al PAN que vienen a ser lo mismo y quizá sentiría que traiciona un poco menos a los ciudadanos que votaron por él, si acaso le importa.


El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, entrega a la presidenta de la mesa directiva del Congreso del Estado, el II Informe de Gobierno. Fotografía tomada de: El Financiero.


Y Mara Robles... El último párrafo de su intervención es una descripción de esta legislatura en el Congreso de Jalisco y bueno, de ella misma como diputada con el cargo extra de presidenta de la mesa directiva, un ejemplo claro de proyección: “[...] esa frase sobre la subordinación describe a centenares de legisladores en todo el mundo que son criticados porque fueron electos para encarnar el cambio y después sacrificaron su inteligencia por obediencia”. Habló ni más ni menos que del Poder Legislativo de Jalisco con las ya citadas excepciones. Dijo otras barbaridades como eso de que el gobernador tiene espíritu autocrítico ¿dónde por favor? Como lo que dijo el mismo Alfaro que habló de humildad y que va a corregir lo que haya que corregir. Dos años y contando, no hay esperanzas ni albergo expectativas de que lo cumpla. En varios momentos mientras leía su mensaje parecía que estaba peleando con alguien. Un colaborador cercano de él me dijo, hace tiempo: “él es así, iracundo”, como diciendo qué le vamos a hacer. Pues no, no necesitamos a alguien así en Jalisco, de él dependen los destinos de más de ocho millones de personas y no es posible que estemos a merced del humor con el que se levante. Tampoco alguien que no trabaja por lo que tiene que trabajar, es decir, resolver las necesidades de los jaliscienses, si no se equipara con la Ciudad de México o con el Gobierno federal. Tampoco necesitamos eso. Ni que se practique la mentira mil veces repetida hasta que se crea que es verdad ni la simulación ni el lamebotismo de los diputados y las diputadas. Eso no es democrático y sí es autoritario y demagógico, precisamente lo que le cuestionan al Presidente de México.

Toda la rijosidad y esa actitud de echar bronca es de Alfaro, no es reactivo, es agresivo, aunque asegura y reitera que no busca la confrontación; Mara lo secundó. Ni siquiera, en solidaridad con las familias de personas desaparecidas, fueron capaces de hablar del contrainforme ¿y la autocrítica? ¿Y la disposición para corregir?

Un desastre para los jaliscienses el informe de ayer: ni separación de poderes, mucho menos equilibrio, ni autocrítica, ni humildad, ni empatía. Incongruencias a granel y muy malas noticias por todo lo que falta y por las pésimas decisiones que se están tomando; ahí está un botón (de emergencia) de muestra.


Columna publicada en El Informador el sábado 7 de noviembre de 2020. 

sábado, 31 de octubre de 2020

Así no

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

 

En 1995, cuando en México era incipiente la alternancia en el poder, aquí en Jalisco el PAN, que ya había ganado elecciones municipales, se alzó con el triunfo para el Gobierno del Estado, lo recuerdan seguramente, con Alberto Cárdenas Jiménez. En general y pese a cuestiones que se le señalaron después, Cárdenas Jiménez fue un buen gobernador.

Celebro, por un lado, que acabara con los “pasquineros” que vivían del presupuesto del Estado y desprestigiaban el oficio periodísticos. Para quien no conozca el término, eran personajes que publicaban periodiquitos de dos pliegos cuando mucho, tabloides, con información oficial exclusivamente siempre a favor del gobernante en turno y plagados de anuncios del Gobierno estatal. Se distribuían en oficinas de gobierno y ahí quedaba el asunto. Cárdenas Jiménez terminó con eso y fue muy bueno.

Y, por otro (sin que signifique que sea lo único ni que no hubiese asuntos cuestionables), su papel como gestor de recursos y obras para Jalisco. Recuerdo que un priista de Jalisco que estaba en la Secretaría de Desarrollo Social reconocía con todas sus letras al gobernador del Estado porque desde que era alcalde de Ciudad Guzmán, nunca delegó en nadie ir a tocar la puerta de secretarios de diferentes áreas, para conseguir, reitero, recursos y obras para Jalisco. Gestionó, hizo una labor política como debía ser y consiguió no sólo simpatías sino resultados concretos a favor de los jaliscienses aun cuando en la Presidencia de la República estuviera un priista. Que yo sepa, nunca se peleó con nadie.

La estrategia de pelearse o atacar me parece contraproducente por donde se le vea y los afectados son los gobernados. Otro ejemplo: en las conferencias de prensa que los periodistas llamamos “banqueteras” era frecuente que algún colega más que preguntar agrediera con señalamientos al entrevistado, fuera gobernador, alcalde o empresario; y lo que casi siempre sucedía, era que el entrevistado optaba por callarse, por contestar con sarcasmo o de plano, se iba y a todos los demás nos deja con la batería de preguntas.

Algo así está haciendo Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, pero se está equivocando, desde hace tiempo, y se ha señalado y cuestionado, pero él sigue con los altísimos niveles de rijosidad y bravuconería que hasta ahora no han representado más dinero o más obras para Jalisco, ni causas sociales satisfechas.


Fuente: Qucho/El Informador


Le dio resultado cuestionar a Raúl Padilla hace varios años y desde ahí agarró el patrón, pero, lamento decirlo, está agotado. Reconocí en su momento su valentía para exponer lo que eran secretos a voces con respecto al conocido como “cacique” de la Universidad de Guadalajara, el famosísimo “licenciado”, sin embargo, a partir de ahí, se ha peleado con la prensa. Lo hizo como primer edil de Guadalajara y al iniciar como gobernador, entre otros, con esta casa editorial. No hay una crítica, por justificada y sustentada que se haga, que tenga el ánimo de contribuir que Alfaro tome en cuenta. Signos claros de soberbia y desdén por todo lo que no sea lo que él dice o hace o cree o impone.

Le ha echado bronca a Andrés Manuel López desde que ambos eran candidatos y no se diga ahora como Presidente el primero y él como gobernador de Jalisco; pero en el primer encuentro, todo son loas y zalamerías, pañuelo en mano. Así consiguió el compromiso de la Línea 4 de Tren Ligero, vamos a ver qué pasa ahora con esa obra luego de las bravuconadas de los últimos días y las amenazas de salirse del pacto fiscal ¿o del federal? (qué explique y precise, le toca).

Y no sólo con relación al Presidente actúa así (también están los “sótanos del poder”). Bueno, además de los múltiples ejemplos de rijosidad en el contexto de la pandemia con críticas desinformadas sobre el manejo a nivel federal, específicamente los señalamientos contra el Dr. Hugo López Gatell, también está la sociedad civil a la que no atiende y desdeña y descalifica en cuanto puede. Esta semana rindió un informe sobre las personas desaparecidas en Jalisco y resulta que se trata de cifras maquilladas.

Por fortuna, las asociaciones solidarias con esta causa y de familiares y víctimas no lo dejaron pasar y presentaron un contrainforme el jueves pasado. Por supuesto, hasta este momento, el gobernador no ha reaccionado, ni para bien ni para mal, aunque, la verdad, temo que si lo hace será para descalificar a la sociedad civil, es su patrón de conducta, ya muy desgastado y con el que, en realidad, está logrando que cada vez menos gente lo tome en cuenta. Todo es pleito, todos están contra él, todo es maltrato y él es perfecto.

No es la manera. Cómo quisiera un gobernador que, por la vía del oficio político, del buen oficio político, consiguiera obras y recursos para Jalisco, sin marrullerías ni incongruencias ni cálculos electorales, sin echar bronca. Tendría mejores resultados, pero no, prefiere que los destinatarios se cierren o se vayan porque ¿quién quiere estar aguantando agresiones?


Columna publicada en El Informador el sábado 31 de octubre de 2020.

sábado, 24 de octubre de 2020

Contra la corrupción

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)


Desde que tengo uso de memoria existe corrupción en México. Me acuerdo, por ejemplo, cuando era niña, que mi papá hablaba de “mordelones” y siempre que lo hacía sabíamos que se refería a un agente de tránsito y no a un perro. La “mordida” era (¿es?) la dádiva, pedida u ofrecida, para que el “tamarindo” (esto en la Ciudad de México por el color del uniforme) se hiciera de la vista gorda ante una infracción vial y dejara ir al conductor sin multa. También pasaba que se inventaban las infracciones y el conductor terminaba abriendo la billetera (“gánale al PRI”); si el ciudadano optaba por no dar dinero, estaba consciente de que tendría que perder un día o más para pagar la multa. Creo, en general, que estamos familiarizados con estos casos.

Este era el nivel inferior de la corrupción, porque las “mordidas” se acostumbraban casi en todas las dependencias de gobierno (municipal, estatal y federal) donde el ciudadano debía realizar algún trámite; también había coyotes que encarecían cualquier gestión; o burócratas de ventanilla que, si no recibían un “detalle” o “regalo”, retrasaban la conclusión del trámite, lo dificultaban con cuanto obstáculo o de plano negaban los permisos. Luego había que lidiar con los sindicatos, las grandes centrales obreras que amenazaban con huelgas si no se les entregaba una mensualidad.

Lo sabemos ¿o no? Digo, pregunto porque de pronto me llama la atención que algunas personas, de diversos grupos sociales, de manera directa o a través de redes, no manifiestan un gusto especial por el combate a la corrupción que se está haciendo, al contrario. El ejemplo que me motivó a escribir sobre esto hoy es el de los fideicomisos cuya desaparición está en proceso y serán auditados técnica, administrativa y financieramente.


Fuente: Recorte de pantalla de la conferencia de prensa del 21 de octubre de 2020. 
Gobierno de México.

Me llama la atención el caso por muchas cosas, sobre todo, porque se ha fomentado (me refiero a que se reitera y se buscan reacciones sobre bases falsas) en algunos medios, información que no es precisa, se omiten datos; el más frecuentes es que, sostienen y repiten, al suprimirse los fideicomisos los rubros de su especialidad quedarán desprotegidos. Bueno, incluso hay una carta firmada por científicos y académicos de universidades estadounidenses, que lamentan el retiro del apoyo a la ciencia en México al desaparecer los fideicomisos cuando eso no está planteado en la medida.

Es curioso que esto suceda cuando se ha dicho varias veces, no sólo en la conferencia de prensa mañanera sino en algunos medios, pocos, por cierto, que el apoyo no se retira, sino los fideicomisos, porque precisamente por su estructura resultan difíciles de fiscalizar. En la conferencia del miércoles pasado se ofrecieron detalles de las principales irregularidades, de las empresa, grandes y muy grandes, nacionales y transnacionales, que recibían apoyo sin necesidad (fondos del Conacyt) y, particularmente, de los recursos que a través de “Juntos Podemos” recibió (aunque lo niega) Josefina Vázquez Mota, la política panista que es una vergüenza para México y no sé si para su partido, igual y no, a lo mejor hasta orgullosos están. ¿O qué se puede pensar si conocemos ahora los oficios?: “Hago de su conocimiento que la licenciada Josefina Vázquez Mota realizará una visita de trabajo a esa circunscripción, en el marco de las actividades de colaboración institucional relacionadas con el programa Juntos Podemos. Al respecto y por instrucciones superiores, mucho se agradecerá su gentil apoyo para apoyarla con transportación (vehículo con operador) desde su arribo hasta su partida”. Instrucciones superiores, bueno, ya vimos quiénes eran, todos funcionarios del gobierno peñista, suena a pago y “conciliación” de intereses. Y en el mismo oficio se agrega: “En caso de ser necesario, este Instituto (de los Mexicanos en el Exterior, IME), instruye cubrir los gastos diversos que se generen en dicha visita (Anexo 26) con los recursos existentes de la sub partida 44102-11 Atención a comunidades de mexicanos (IME)”. Este es solo un ejemplo de cómo operaba; el total de recursos que se atribuyen a manejos poco claros, no comprobados hasta ahora, expuestos en 2017, de Vázquez Mota y Juntos Podemos, asciende a mil millones de pesos, es decir, alrededor de 47.5 millones de dólares. Dos millones 722 mil dólares se gastaron en seis meses (alrededor de 57 millones de pesos ¡9.5 millones de pesos al mes!) para impartir 12 cursos y ocho talleres y para cuatro unidades móviles, así como para material impreso para 20 promotores.  

Estos casos de corrupción, entre muchos otros, más y menos graves, son los que se están combatiendo ¿cómo alguien puede lamentarlo u oponerse? ¿Debemos pensar entonces que quienes se desgarran las vestiduras por estos asuntos están a favor de la corrupción? ¿De las prácticas perversas y añejas perfeccionadas a través del tiempo? ¿De la fuga de recursos públicos y el consecuente daño a las arcas nacionales, a los impuestos que pagamos?

Está explicado con detalle, se han aclarado las imprecisiones, las omisiones y las fake news sobre este asunto. La insistencia en tergiversar no responde sino a intereses (económicos, políticos, electorales, de odio irracional) que no son los de la mayoría de los mexicanos. Celebro la lucha contra la corrupción, quisiera que no fuera un recuerdo infantil de las nuevas generaciones de mexicanos.


Columna publicada en El Informador el sábado 24 de octubre de 2020.