sábado, 30 de mayo de 2020

Jalisco en rojo


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)
  
Aunque sin duda alguna, por sentido común y salud mental, se ha hecho caso omiso del berrinche del gobernador Enrique Alfaro ayer en la mañana, más vale dejar en claro algunos puntos de lo que pasó en tierras tapatías luego de que el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, diera a conocer el mapa de México, semaforizado, que entrará en vigor a partir del próximo lunes.
Lo primero que tengo que decir es que en Jalisco se acatará el semáforo rojo con todo y que el gobernador dijo que no la mañana de ayer en conferencia de prensa. En esa misma sesión anunció que daría un mensaje a los jaliscienses, pero luego que siempre no. Que mejor hoy, porque la mesa de salud estaba sesionando y ofrecería una conferencia de prensa al mediodía; no, a las 15; no a las 17 horas, como finalmente sucedió.
Por fortuna, Alfaro no estuvo en esa conferencia de prensa y prácticamente le enmendaron la plana (¡qué bueno!), sobre todo el rector general de la Universidad de Guadalajara que por primera vez en la historia yo creo, él o cualquier otro jalisciense o avecindado en estas tierras desde que era Nueva Galicia, reconoció una desventaja de Jalisco en comparación con la Ciudad de México.
Sorprendente de verdad, pero espero por favor que se entienda el mensaje, este mensaje y nos quede claro que toca volver al confinamiento los más que podamos. ¿Qué fue lo que pasó? Pues que Jalisco aumentó la movilidad en 22 % en comparación con los porcentajes de movilidad de la Ciudad de México, es decir, los capitalinos se portaron muy bien y los jaliscienses no, especialmente los de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Recorte de pantalla de la conferencia de prensa que se transmitió en vivo vía Facebook y que ofrecieron los integrantes de la Mesa de Salud del Estado de Jalisco.
Y por ese incremento de 22 % en la movilidad, a Jalisco no le va a quedar de otra más que acatar el semáforo rojo, por lo menos 15 días más, es decir, hasta el 15 de junio se traslada la reactivación de la economía en el Estado, siempre y cuando nos portemos bien y hagamos caso omiso, esto es muy importante, de mensajes contradictorios, encontrados y totalmente confundidores.
Creo que ya va siendo hora de que el Gobierno del Estado tenga un vocero, para algo son las vocerías, tienen una utilidad muy específica; con la comunicación directa se corren muchos riesgos, los políticos se exponen, porque además no hay mucho espacio para la reflexión, el margen de maniobra es escaso y es posible que se reaccione de mala manera o de forma equivocada. Lo que pasó ayer es la prueba de que con urgencia se necesita un vocero, por lo menos para el manejo de esta crisis.
Con ese confinamiento adelantado que nos recetó Enrique Alfaro y que fue muy celebrado por muchos, incluso por mí en algún momento (especialmente lo de las clases virtuales), resulta que se alargó la curva tanto y tanto que la que va a llevar la peor parte es la economía del Estado. El anuncio de la fase cero fue otro comunicado que generó confusión y la causa principal, según se reconoció ayer por la tarde, de que la gente saliera a la calle y abriera negocios que no son esenciales y que deberán cerrar ya (bares, cervecerías, negocios de alitas).
Ese 22 % en el incremento de la movilidad en Jalisco ha repercutido en un crecimiento que pinta para exponencial en los casos de personas contagiadas con Covid-19 y también en el número de fallecimientos, no se diga en la ocupación hospitalaria. Si no volvemos a la disciplina, el escenario para Jalisco es terrible y lo tengo que decir: no es la sociedad la principal responsable sino el mensaje contradictorio del titular del Ejecutivo estatal. Así, no se puede.
El mensaje reiterado de que “en Jalisco lo hemos hecho muy bien” tiene a mucha gente en la calle, el incremento exponencial se está dando desde el 10 de mayo a la fecha y los datos no son del Gobierno federal sino de la Universidad de Guadalajara.
Estaba dicho desde el principio: aplanar la curva alargará el confinamiento, pero será posible volver a la actividad económica en tanto se mantenga control de los porcentajes de movilidad, es decir, de manera gradual y escalonada; también se dijo que el semáforo cambiará dependiendo de la evolución de la pandemia en cada ciudad de cada estado y siempre se ha dicho que las autoridades sanitarias en cada entidad son los gobernadores.
Eso sí, el semáforo es uno solo y, salvo para Zacatecas, la única excepción, es rojo para todo el país. Así que, aunque no se refirieron a él en la conferencia de prensa de la tarde de ayer de manera expresa, porque así se necesita, es lo prudente, lo conveniente de acuerdo con la realidad en el Estado y a que nos hemos portado muy mal, Jalisco acepta el semáforo rojo de la estrategia sanitaria contra Covid-19 del Gobierno federal y entrará en vigor pasado mañana. #YoMeQuedoEnCasa.
Recorte de pantalla de la conferencia de prensa del 29 de mayo en Palacio Nacional a las 19:00 horas, donde se explica cómo funciona el semáforo. A partir del lunes 1 de junio (eso implica que hoy y mañana nos quedemos en casa) es rojo para todo el país menos para Zacatecas. 

 Columna publicada en El Informador el sábado 30 de mayo de 2020.

sábado, 23 de mayo de 2020

#YoMeQuedoEnCasa II


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Desde hace varias semanas las autoridades sanitarias de México han estado advirtiendo que lo peor está por llegar y que transitaríamos el pico sin colapsar la infraestructura de salud siempre y cuando mantuviéramos la disciplina de quedarnos en casa lo más posible (hay mucha gente que por necesidad económica de plano no puede; es una realidad que no se puede soslayar) y si no relajábamos el ritual de no saludar de mano, mucho menos con abrazos, lavarnos las manos constantemente por más de 20 segundos y, entre otros detalles que conocemos todos, guardar sana distancia, de metro y medio a dos metros para que el nuevo coronavirus no nos llegue.
Bueno, pues el periodo tan temido ya está aquí, específicamente en el Valle de México (Ciudad de México y municipios conurbados, sobre todo del Estado de México) y los datos no son nada alentadores porque se reduce día con día la disponibilidad de camas para hospitalización y camas con ventilador para recibir y atender a personas graves de Covid-19.
No sólo el Valle de México enfrenta esta circunstancia, hay otros focos rojos en el país como Ciudad Juárez que específicamente fue mencionada en la conferencia de prensa de las 19 horas. Resulta que el incremento de casos en esa ciudad fronteriza, que, por cierto, no está siendo visibilizada lo suficiente pese a la gravedad, es porque varias maquiladoras que no desarrollan actividades esenciales no han parado de trabajar y los contagios se cuentan por cientos. Esto influyó para que Chihuahua, que avanzaba hacia el verde (menos casos activos) se regresara al color amarillo en las mediciones cotidianas.
Otro foco rojo es Jalisco. Vamos a pensar que la idea de encerrarnos con anticipación tuvo una motivación de buena fe y una auténtica preocupación por los jaliscienses; la consecuencia de tal medida es que la curva se ha aplanado mucho más que a nivel nacional, de manera que, por un lado, se prolonga el tiempo de encierro y, por ende, el regreso a las actividades económicas y sociales en general; y, por otro, el hartazgo de la gente es tal que muchas personas andan en la calle casi como si nada.
La confusión que generó el asunto de la Fase 0 también fue causa de que el lunes 18 de mayo muchos empresarios abrieran sus negocios, digo, y es difícil juzgar en circunstancias inéditas como las que vivimos y con mensajes desafortunados y contradictorios de autoridades que también se están estrenando en enfrentar una pandemia. A esto se suman las salidas multitudinarias del puente del 5 de Mayo y el festejo por el Día de las Madres. Por diversos testimonios en redes sociales sabemos que mucha gente rompió el confinamiento y relajó las precauciones sobre todo en la zona metropolitana de Guadalajara.
Es real que en Jalisco se ha registrado un incremento en los casos aun cuando las cifras correspondientes al Estado que se dan a conocer en la conferencia de prensa desde Palacio Nacional no son equivalentes a las del sistema Radar que tiene el Gobierno del Estado con datos de la Secretaría de Salud estatal, la Universidad de Guadalajara y los laboratorios privados. Urge que el Gobierno del Estado abra las bases de datos para Jalisco, que se revele quiénes integran la mesa de situación y que se aglutinen todos los datos de casos confirmados y fallecimientos, así como los sospechosos, para difundir esos totales y tener una idea más cercana de cómo están las cosas en Jalisco, con el único propósito de actuar en consecuencia principalmente para que la sociedad en general no crea que estamos en el paraíso o en una especie de burbuja inmune. No es así.

Fuente: Secretaría de Salud Jalisco en Facebook.

La irregularidad en las estrategias contra la pandemia, que en términos técnicos se conocen como “intervenciones no farmacéuticas” porque no hay vacuna ni medicamentos para combatir la enfermedad, ha dado como resultado casos como el de Tabasco, donde durante siete días prácticamente se olvidaron de las medidas y a la reducción le siguió un repunte; es decir, más temprano que tarde las repercusiones por no hacer caso se van a reflejar en los gráficos. En otras palabras, darán como resultado más casos, más necesidad de espacios en hospitales y, lamentablemente, más fallecimientos.
El virus existe, las teorías de la conspiración no se han comprobado hasta ahora; es un fenómeno nuevo para todo mundo, literal; tan nuevo, que se desconocen los índices de sensibilidad y especificidad de las pruebas PCR, porque no son pruebas hechas expresamente para detectar Covid-19. Se han dado casos, en el mundo, de que por error se aplican dos pruebas a un paciente: en una sale positivo y en otra, negativo. Con esto se tiene que lidiar todos los días.
Me reclamaron hace unos días en redes sociales que es fácil decir #YoMeQuedoEnCasa y reiterar la exhortación a no salir cuando no se tiene necesidad, pero la verdad es que no es un asunto de incomprensión o de insensibilidad. Claro que es difícil, muy difícil para las mayorías que enfrentan una realidad económica precaria pero también hay mucha gente que, sin necesidad, por incredulidad, rebeldía, ignorancia o negligencia, está saliendo. No se puede parar la movilidad al cien por ciento, pero si nos podemos quedar en casa hay que hacerlo, reitero, por nosotros y por los demás: #YoMeQuedoEnCasa.

Columna publicada en El Informador el sábado 23 de mayo de 2020.

viernes, 22 de mayo de 2020

Escribir desde el encierro

Estoy impartiendo un curso-taller sobre Géneros Periodísticos Informativos en la Escuela de Escritores SOGEM Guadalajara y ha sido una experiencia muy interesante sobre todo porque quienes se han inscrito tienen un interés auténtico por conocer estas herramientas de que disponemos los periodistas y han hecho trabajos de fin de cursos muy buenos. Tan buenos, que se me ocurrió abrir esta sección en el blog para dar cabida a los textos de mis alumnos y alumnas que, debo decir, integran un grupo diverso en verdad, con participantes de todas las edades y distintas ocupaciones.
Por cierto, impartiré el mismo curso durante el verano, será en línea también, por la cuarentena, y si les interesa, se pueden comunicar a la SOGEM para pedir informes.

Vamos a empezar con dos trabajos muy interesantes. El primero es un artículo de opinión que escribió Bill Barlo, a propósito de la pandemia. De hecho, la idea surgió precisamente por el contexto en el que nos tiene el coronavirus en todo el mundo, sin embargo, los alumnos realizaron otros trabajos que también incluiré aquí y aprovecharé para publicar textos de cursos anteriores. Bien.
El segundo trabajo de esta primera entrega es de Ulises Jaucort, y es una crónica.
Serán bienvenidos sus comentarios y vamos a ver si luego abrimos un espacio exclusivo para los trabajos del curso y si se difunden también en el blog de la Escuela de Escritores. Por lo pronto, aquí la primera entrega. Gracias  por leer.



Entre el estoicismo, lo absurdo 
y la histeria


Bill Barlo


     Muertas. Estoy seguro que pocas personas se han imaginado a sí mismas muertas. A pesar de esta falla de la imaginación colectiva (o de falta de empatía hacia lo que ya no respira), estar inerte, ya sea metros debajo de la tierra o caso contrario, metros esparcido por el aire sobre ella, no es una imagen que quiera ser enfocada por nuestra atención. La facilidad con que la nueva cepa del coronavirus (la que causa el Covid-19) invoca la muerte en la mente colectiva no sólo del tapatío, sino del mexicano, resulta en un problema igual o más grande que la enfermedad.

     El virus que inició en la ciudad de Wuhan, China, permitió conocer con qué está tejido el carácter mexicano. Mientras que el coronavirus se concentraba en Asia durante el inicio del 2020, en México sólo llegaron rumores de un mal surgido en una tierra lejana. Si ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) veía como un verdadero riesgo la nueva enfermedad para la salud pública internacional, mucho menos el mexicano. Claro, esto sin discriminar al gobierno.
     Más temprano que tarde sucedió lo inevitable: el número de casos de enfermos de Covid-19 creció y la enfermedad se esparció más allá de las fronteras chinas. Vacilante, sobre todo ante la reacción de la gente, de los gobiernos del mundo y de las consecuencias tanto económicas como políticas, la OMS tardó en declarar a esta enfermedad como pandemia. Fue hasta el 11 de marzo, con más de 118 mil casos confirmados de contagio en 114 países y cuatro mil 291 muertos, que la OMS por fin pronunció lo que ya se decía en boca del colectivo: pandemia.

Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud de México correspondiente a la segunda semana epidemiológica de este año. Fecha de publicación: 9 de enero de 2020. (Fuente: Boletín Epidemiológico).
     El escenario global fue un mosaico de reacciones. Desde los estudiantes de países con políticas exteriores abusivas que tomaron la suspensión de actividades como unas vacaciones más, hasta las compras obsesivas por artículos de higiene personal. Lástima que los virus no discrimen a aquellos que ostenten de tener guerras ganadas y sumas cuantiosas de tratados de libre comercio celebrados; el contagio es aparentemente el mismo…. Pero la muerte sí discrimina, y según las estadísticas, la balanza se inclinó en favor de los jóvenes y sanos.
     Y nuevamente sucedió lo que tanto el miedo como la cordura pronosticaban: el 27 de febrero se dio a conocer el primer caso del coronavirus en México, ese México incluyente. Fue precisamente la capacidad de discriminar lo que le hizo falta al Gobierno federal. Sin certeza ni seriedad por parte del líder nacional, quien invocó la ayuda de amuletos y santos para salvaguardar la salud, el mensaje oficial fue que no existía riesgo por parte del Covid-19 y que las actividades diarias tenían que seguir, entre estas los abrazos. Lo que su comunicado significó entre líneas fue lo siguiente: la pandemia es una pantalla de la derecha internacional.
     La oposición de López Obrador no tardó en pregonar acciones “eficientes” para contrarrestar el esparcimiento del Covid-19 en Jalisco. Apoyado en expertos en estadística de la Universidad de Guadalajara, el gobernador del estado hizo un llamado para que la población se resguardara en sus hogares desde el 14 de marzo, para así evitar una curva de crecimiento acelerado en cuanto a los contagios. La pregunta aquí era, ¿qué tan preciso puede ser un modelo predictivo cuando no se conocen de manera exacta los casos reales de contagio? ¿Se consideraron estos errores de conteo de frecuencias en el modelo predictivo?
     Si este fue un acto de rebeldía por parte del gobernador de Jalisco hacia el Gobierno federal, no fue el más inteligente. Sobre todo, considerando que, erguido de frente ante toda decisión tomada por las autoridades, llámese simulación, movida política o acto genuino enfocado en contrarrestar al Covid-19, el pueblo de Jalisco esperaba un liderazgo serio ante la crisis. Ese vacío, formado entre el conflicto del Gobierno federal (pseudoizquierda) y el Gobierno estatal (¿derechizquierda?) fue llenado por las redes sociales.
     Fue así como inició la histeria. Cadenas de whatsapps, no sin errores de ortografía o gramática, escritos por el amigo del amigo; sí, el doctor que trabaja en el IMSS, en el hospital militar, etc., y que tenían acceso a información privilegiada, mandaban su conocimiento. Pobre de aquél que se atreviera a preguntar por la fuente original de semejante información…
     Entonces si ni los gobiernos, ni las instituciones ni el pueblo podían proteger la salud pública, ¿quién sí? La respuesta residía en la razón individual. En las decisiones moderadas y en la prudencia. En la búsqueda de información veraz. En el esfuerzo por no ceder ante el impulso del miedo, de la vida social embriagada y del sentimiento religioso. Fue así como, entre la histeria colectiva, grupos de individuos y no masas de gente, no sólo lideraron, sino que aguantaron los golpes de la tormenta.
    El peligro sigue. México persiste. Desafortunadamente seguimos estando al sur del país que, al 09 de abril, suma un tercio de los casos confirmados de Covid-19. La cuerda está tensa entre tres puntos: estoicismo, histeria y lo absurdo, ¿qué lado romperá primero?





El crescendo de un virus


Ulises Jaucort


El hombre de pelo negro abre los ojos, la luz del sol se proyecta en sus pupilas. Bosteza un poco, se endereza, se pone sus pantuflas y se dirige al baño. Durante el recorrido de apenas tres metros, sus ojos se desvían a una guitarra Fender electroacústica algo empolvada, a un piano digital Yamaha con una sábana encima, a un par de atriles con hojas llenas de letras, acordes y nombres de canciones. Un par de amplificadores yacen en la esquina del cuarto… Y a pesar del horizonte, el silencio empapa toda la atmósfera de una habitación de tres por cuatro metros. El silencio absoluto, el terror más grande de un músico. Él logra llegar al baño, se enjuaga la cara y sufre por el pensamiento de una agenda en blanco, de una familia necesitada, de unos bolsillos vacíos. El origen del problema se conoce desde el 31 de diciembre de 2019. Un virus hasta entonces desconocido nace en Wuhan, China.
            
    La música es algo que surge en lugares y momentos especiales, durante una caminata o una charla, cuando sufres el impacto de una noticia que cambiará tu vida, o en la soledad de tu habitación. Pero la música no puede sobrevivir en un hábitat solitario, desértico. Subsiste y se mantiene gracias a su interacción con otros seres vivos, resiste en una simbiosis. El 7 de enero de 2020 se conoce el nombre del enemigo, las autoridades de China confirman la identificación del virus como un nuevo coronavirus, inicialmente llamado 2019-nCOV. El 11 de enero de 2020 se conoce el poder y alcance de este nuevo virus. La Comisión de Salud Municipal de Wuhan anuncia la primera muerte provocada por éste. Un hombre de 61 años muere por una insuficiencia respiratoria a raíz de una neumonía severa. El problema no es de una sola nación, el 12 de enero de 2020 China comparte la secuencia genética del coronavirus para que otros países puedan diagnosticarlo.

Imagen tomada sin fines de lucro del sitio de la Radio Nacional de Colombia.

     La música tiene un poder de expansión increíble. Una persona puede componer una canción, al final del día ya se la mostró a dos amigos. Estos dos amigos a su vez se la muestran a otras dos amistades cada uno. Esto puede ocurrir durante algún tiempo creando una reacción en cadena. Luego de un mes, esa canción que al principio era conocida sólo por su autor, puede ser conocida por cientos de miles de personas. Durante el mes de enero, Tailandia, Japón, Estados Unidos y Francia presentan sus primeros casos de este nuevo virus. Para el 31 de enero ya hay nueve mil 600 casos de coronavirus y 170 muertes. Para el 5 de febrero el número de muertes supera las 500 personas. El 11 de febrero la OMS nombra al coronavirus como Covid-19, y el 11 de marzo del mismo año la OMS determina que el Covid-19 es una pandemia.
            
     La emoción de asistir a un concierto es inigualable. Porque escuchar una canción desde Spotify o YouTube te enchina la piel, pero escucharla en vivo te la arranca, trasforma, revierte, te hace mudar de piel. Escuchar en vivo a tu grupo o artista favorito es una experiencia inigualable. El 28 de febrero se da el primer caso de Covid-19 en México. El 3 de marzo se presenta Ghost, en el Palacio de los Deportes, asisten 22 mil espectadores; el 6 de marzo Billy Joel se presenta en el Foro Sol, asisten 55 mil espectadores; el 12 de marzo Soda Stereo se presenta en Foro Sol, 55 mil personas; Alejandro Fernández, del 12 al 14 de marzo, se presentan en el Auditorio Nacional, 10 mil personas; el Vive Latino se realiza el 14 y 15 de marzo en el Foro Sol, asisten más de 160 mil personas; estos y más conciertos se llevaron a cabo en México y el mundo.
            
     La industria de la música se detiene con un frenon en seco. Todo es para lograr un bien más grande, sobrevivir. Los músicos y artistas son enviados a sus hogares hasta que todo mejore. El 16 de marzo se suspenden temporalmente las actividades no esenciales y se reprograman los eventos de concentración masiva. Para el 8 de abril ya hay un millón 397 mil 393 personas infectadas en el mundo y 82 mil 279 fallecidos.
            
    El hombre de pelo negro termina de enjuagarse la cara, se siente fresco. Recuerda una película dónde el actor Robin Williams interpreta a un profesor de literatura y poesía llamado John Keating. Un día le dice a sus alumnos: “La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería, son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos”. La producción musical es algo que no puede parar, hacerlo significa la extinción segura de la humanidad. Día 20 de mayo de 2020: cuatro millones 911 mil 902 casos confirmados y 323 mil 413 muertes en todo el mundo. ¿Personas recuperadas? un millón 701 mil 024. En México, la Secretaría de Salud anuncia que el confinamiento voluntario y la suspensión de labores no esenciales continuarán hasta el 30 de mayo. Sólo los municipios menos afectados regresaron a la actividad el 17 de mayo, únicamente si los gobiernos de los estados a los que pertenecen tales municipios estaban de acuerdo. Cabe mencionar que no todos los estados aceptaron la opción.
     El hombre sale del baño. Se frota la cara y se da un par de cachetadas suaves en las mejillas para volver a la realidad. Toma un trapo y comienza a limpiar su Fender, le quita la sábana a su Yamaha, saca los micrófonos y hace de su cuarto un pequeño Home Studio. Afina las cuerdas de la guitarra, conecta los cables, saca su celular y comienza a hacer una pequeña prueba de sonido e iluminación. Una vez que se decide ser músico, jamás se puede abandonar este camino. El hombre se sirve una taza de café muy cargado. Se coloca al lado de sus instrumentos mientras el celular apunta hacia su cuerpo. Se conecta a internet, la indicación en pantalla de “EN VIVO” comienza a parpadear. El músico toma su guitarra, la toca suavemente, Fa mayor, La menor, un Sol mayor inesperado. Una voz fuerte se comienza a elevar. Uno, dos, tres, siete, veintitrés, cincuenta y dos, ciento dos, trescientos cuatro… tres mil setecientos siete conectados apreciando el acto. El solitario espectador ubicado a miles de kilómetros sonríe. Desde su computadora, su tablet y su celular el público contempla los sonidos y movimientos de un músico apasionado. La barrera en forma de pantalla se destruye por la catarsis musical. El aislamiento es solo una ilusión, una que puede ser destruida por la música. El problema deja de parecer tan inmenso, la música lo es más. Cuando el Covid-19 llegó, la música no se dio por vencida. Los festivales virtuales y conciertos vía Streaming comenzaron a realizarse por todo el mundo, permitiendo a músicos y fans conectarse sin importar los confinamientos y restricciones. La era de las telecomunicaciones y los avances tecnológicos han permitido crear este fuerte.
 Músicos italianos, iraníes, españoles, chilenos, costarriqueños, franceses, mexicanos y de otros confines de la tierra hicieron de sus azoteas y balcones pequeños escenarios, y descubrieron en vecinos y amigos a su público más vivo y solidario. Temas como We are de champions, My heart will go on, Cielito lindo, Ramito de violetas, Como la cigarra, Paquito el chocolatero y otros temas representativos de cada comunidad se convirtieron en los verdaderos himnos nacionales. Estos pequeños recitales fueron una muestra de verdadera humanidad. Guitarras, pianos, ukeleles, saxofones, violines, trompetas, flautas, tambores, cuerdas vocales y todo tipo de instrumentos musicales se transformaron en las verdaderas armas contra el aburrimiento, el confinamiento y la locura.
   Todo es cuestión de fortaleza y resistencia. Sabemos que podemos lograrlo. Como dijo el pensador Nietzsche: “Sin música, la vida sería un error”.
            

Quédate en casa.

Ulises Jaucort: ulyssesjauregui@hotmail.com

sábado, 16 de mayo de 2020

#YoMeQuedoEnCasa


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Estoy tomando un curso en línea al que convocó el Centro Knight de Periodismo y aunque apenas vamos en el módulo dos de cuatro, la información ha sido muy relevante, los materiales valiosísimos y las discusiones en los foros muy interesantes. Dicho sea de paso, es la primera vez que el Centro Knight hace un curso abierto no sólo a periodistas y la respuesta a la convocatoria fue extraordinaria: casi ocho mil participantes de 160 países.
Esta experiencia me está sirviendo para poner en perspectiva y juzgar en la más justa de las dimensiones (más informada, más documentada, más precisa, más amplia) cómo ha sido la cobertura de la pandemia en el mundo, me refiero a la cobertura periodística; los desafíos a los que nos enfrentamos los reporteros y, entre otros aspectos de una gran riqueza, la importancia de ofrecer claridad y datos ciertos a las audiencias, al mismo tiempo que se combate la infodemia, una práctica lamentable, dañina y generalizada en todo el mundo (infodemia quiere decir sobreabundancia de información sobre un tema, alguna rigurosa y otra falsa).
Hay consenso en varias cuestiones, algunas compartidas en el curso y otras derivadas de la información que ahí se ha generado; mencionaré las más posibles, aunque algunas parezcan obviedades porque de pronto temas básicos se desdeñan o se pasan por alto:
1.- Estamos en una pandemia de características históricas, sin precedente (aun cuando se compara con la influenza de 1918, es distinta por donde se le vea: población mundial, contextos económicos y políticos, avances tecnológicos y científicos, procesos comunicacionales, etc.).
2.- Va para largo. Hasta ahora, no hay vacuna ni medicinas para prevenir o curar la enfermedad. Hay noticias de rebrotes en países que aparentemente ya estaban a salvo del virus. Y una vez que salga la vacuna (se han calculado uno o dos años) nada garantiza que su distribución será equitativa. El Dr. Hugo López Gatell está hablando de una primera ola y, efectivamente, en el mundo, se espera una segunda ola en cuanto entre el invierno o quizá antes, al final del otoño, cuando empieza justo la influenza estacional. En un mar de incertidumbre, esta es una certeza. Y esto implica que los cuidados se prolongarán más allá de los desconfinamientos que se están dando de manera gradual y escalonada, en el mundo y en cada país de manera diferenciada de acuerdo con la evolución de la pandemia en cada lugar.
3.- A medida que el virus se ha extendido por todo el mundo, las decisiones relevantes han dejado de ser de tipo global (cierre de fronteras, por ejemplo) para concentrarse en las nacionales/locales porque es preciso considerar, a partir del primer caso en cada lugar, todo lo siguiente: estrategias, difusión, política interna, contextos locales, decisiones acertadas o no, usos y costumbres, incluso idiosincrasias e historia; capacidad de respuesta, poder de convocatoria, confianza en las autoridades... En este orden de ideas, ya se sabrá quién exageró, quién se equivocó, quién privilegió intereses electorales, quién decidió mejor actuar con base en confrontación y quién en búsqueda de voluntades y consensos; quién privilegió la comunicación responsable por sobre el alarmismo; quién apeló a la voluntad y responsabilidad de la gente en lugar de hacer uso de la fuerza para obligar y amedrentar; y qué funcionó y qué no.
4.- Los periodistas que están cubriendo la pandemia, tal cual, no debemos perder de vista que el foco está en la sociedad. Eso es lo más importante, aquí y en China, literal. Su salud y su vida. En este sentido, la información debe ser precisa, verdadera, confirmada, verificada y contrastada, responsable; de cada letra que se escriba, de cada coma, se deben calcular los efectos independientemente de si se tiene un lector o millones. Nada que acentúe la angustia, ni el miedo, ni la incertidumbre.
5.- Si los gobiernos están ocultando información, más temprano que tarde todo saldrá a la luz y la sociedad juzgará. En algunos países que han pasado primero por la pandemia, ya se sabe quién es quién, como el caso de Lombardía en Italia, su gobierno de ultraderecha y su clase empresarial. Y
6.- Los periodistas, científicos o no, debemos lidiar con la desinformación y atajarla. Exponer la verdad en cuanto se confirme la falta de precisión o la mentira y advertir a las audiencias. Casi en todos los países han surgido iniciativas para confirmar o desmentir información. En México tenemos Verificovid y Verificado, hay que usarlas.
Fuente de la imagen: BBVA.
En conclusión, lo que toca es quedarnos en casa, seguir cuidándonos y no confiarnos. Esta pandemia es real, tiene al mundo en jaque, estamos todos confinados y mucha gente está enfermando y muriendo. Todos, pero el caso de Estados Unidos es un ejemplo de lo terrible que puede llegar a ser.
Como dijo Kai Kupferschmidt, periodista de la revista Science, seguiremos hablando sobre el origen de esto, pero hay que ver hacia adelante. En México, la Jornada Nacional de la Sana Distancia no ha terminado y para que eso suceda, queda claro que se tiene que observar la evolución de la pandemia, municipio por municipio; que será gradual y diferenciado y que, en realidad, entraremos de manera paulatina a una nueva normalidad (por cierto, esto de la nueva normalidad no fue acuñado en México, es de uso común y generalizado en el mundo) que implica cambiar, justamente, usos y costumbres, hábitos y prácticas. Hay que buscar información de calidad y estar atentos a las comunicaciones cotidianas sobre Covid-19 en México. Por lo pronto (y por fortuna, puedo) #YoMeQuedoEnCasa por lo menos hasta el 31 de mayo.

Columna publicada en El Informador el sábado 16 de mayo de 2020.

sábado, 9 de mayo de 2020

La curva

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Para nuestra tranquilidad, que en estos momentos se necesita tanto, tengo la certeza de que no hay manera de ocultar o maquillar datos en este contexto de pandemia y con esta pandemia en particular; pero si acaso sí hay manera, la verdad saldrá a la luz más temprano que tarde, como ha sucedido, por ejemplo, en el Reino Unido, una nación de primer mundo que decidió dejar a la enfermedad evolucionar sin mitigación ni contención y ahora resulta que es la que registra el mayor número de fallecimientos por Covid-19 en Europa, luego de una “corrección” en el conteo. Lamentable de verdad.
En México, pese a las explicaciones repetidas y cotidianas, hay un embate, en algunos casos incomprensible (exactamente como los ataques a personal de salud), contra la información que se difunde todos los días (en otros tiempos, impensable un ejercicio informativo como el que está disponible para quien quiera todos los días a las 19 horas) porque además el embate es de medios y periodistas que evidentemente no están haciendo su tarea.
Lo escribí aquí hace algunas semanas: México empezó a prepararse contra Covid-19 cuando todavía no era identificada así la enfermedad, desde el 20 de enero, a menos de un mes del reporte de China que fue el 31 de diciembre de 2019. En el Boletín Epidemiológico, la primera noticia de la nueva enfermedad se publicó el 9 de enero y a partir de ahí, la información relativa, más abundante, con recomendaciones y estrategias, no ha cesado.
La primera conferencia de prensa sobre el nuevo virus en México fue el 27 de febrero, el día que se confirmó el primer caso en nuestro país. Está disponible en YouTube y la vuelvo a recomendar porque ahí está explicado todo, desde el modelo centinela hasta las fases y lo que podía implicar aun cuando todavía no era declarada pandemia por la OMS. En cuanto fue declarada pandemia, el 11 de marzo, se tomaron las primeras medidas en México cuando no se llegaba aún a la fase dos, es decir, todavía no se registraban “brotes comunitarios”, había sólo importados.
La suspensión de clases presenciales envió a su casa a más de 40 millones de mexicanos entre estudiantes de todos los niveles, profesores, otros académicos y administrativos.

Recorte de pantalla de la conferencia de prensa del 5 de mayo de 2020 con el Dr. Hugo López Gatell.

Con la terrible experiencia de países como Italia y España, donde se saturaron los servicios de salud porque el incremento en el número de enfermos (exponencial en todos los países, es la dinámica de las pandemias) se dio de manera abrupta, en México se tomaron decisiones para que el mayor número de casos no se diera de un día para otro y evitar a toda costa la saturación de los servicios de salud.
Evitar la saturación de los servicios de salud es el principal objetivo de las acciones encaminadas a “aplanar la curva”. ¿Qué significa aplanar la curva? Está más que explicado, pero no sobra. Significa que toda la estrategia en México está enfocada en que los casos, que se incrementarán sin duda alguna y, lamentablemente, aumentará el número de fallecidos, no se den al mismo tiempo, sino en un periodo más prolongado que permita no perder capacidad de atención.
Esto se está logrando y tendrá que repercutir en menos fallecimientos; quizá en menos casos no, pero sí menos pérdidas humanas porque hay y habrá capacidad para atender a quienes desarrollen la enfermedad en niveles de gravedad. “Aplanar la curva” no significa desaparecer la enfermedad, nunca se ha prometido eso; tampoco que no habrá fallecimientos por Covid-19. Esto va para largo. El objetivo es, reitero, que no lleguen los casos graves, todos al mismo tiempo o en un periodo de pocos días a las instituciones de salud, porque entonces sí, el escenario sería tipo Italia o tipo Nueva York. Eso es lo que se está tratando de evitar y creo que la estrategia hasta ahora ha funcionado.
Insisto, si esto no es verdad, espero que se revele, pero con datos ciertos, comprobados, con números medibles, evaluables y verificables, no con supuestos ni ambigüedades como se ha manejado hasta ahora, lastimosa e irresponsablemente, desde medios y periodistas que han ponderado el factor político/partidista en lugar del interés social. Si no es verdad, habrá que fincar responsabilidades. Pero si sí es verdad, también tendrán que asumir su responsabilidad quienes han reiterado y difundido información sin sustento, basada en opiniones, incluso algunas viscerales y muy violentas, y en supuestos y figuraciones.
Tanto la curva epidémica, su evolución y comparativos, como la información de las pruebas y del modelo centinela, están disponibles en internet, se ha dejado registro de las conferencias de prensa, en video y versión estenográfica; están accesibles los datos abiertos, los boletines epidemiológicos de todo el año (van 17 semanas), los avisos epidemiológicos y los comunicados técnicos diarios.
Sigo pensando que quienes promueven información falsa o la tergiversan, la manipulan y la sacan de contexto, en un entorno de pandemia, están incurriendo en una conducta grave que pone en riesgo la salud física y mental de cientos de miles de personas. Toca hacer caso omiso, comprobar en la medida de lo posible y, por varios días más, quedarnos en casa. #YoMeQuedoEnCasa.

Columna publicada en El Informador el sábado 9 de mayo de 2020.

sábado, 2 de mayo de 2020

Hay esperanza


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

El ejercicio que alguien tuvo a bien discurrir en el Gobierno federal, para que el 30 de abril el doctor Hugo López Gatell se dedicara a responder las preguntas e inquietudes de varios niños mexicanos de diferentes partes de la República mexicana, me pareció una idea muy buena,           casi podría decir genial, que bien se podría repetir con funcionarios de otros niveles y distintos ámbitos: resultó por demás aleccionadora y, sobre todo, enriquecedora y muy esperanzadora.
Sus preguntas dejaron en claro qué les preocupa de fondo a niñas y niños mexicanos en el marco de la pandemia, de la cuarentena, pero también dejaron en evidencia realidades dolorosas y cotidianas que revelan, por ejemplo, aunque se oiga rimbombante o técnico, la morbilidad infantil en México. ¿A qué me refiero? Niños con hemofilia, diabetes tipo uno, asma, entre otras afecciones o discapacidades.

Recorte de pantalla de la transmisión por YouTube.

Hicieron preguntas puntuales a las que el Dr. López Gatell respondió igual, puntualmente, con palabras sencillas y precisas entendibles para todos y muy útiles también para adultos con las mismas inquietudes, por ellos y/o por sus hijos. Por ejemplo, el niño sordo que lee los labios y de cómo hacerle para entender cualquier cosa si se está usando cubrebocas; o de cómo recoger la medicina en los centros de salud si de preferencia no hay que ir si no se trata de una urgencia; o de cuándo será posible asistir a las sesiones de terapia.
Preguntas vinculadas con el día a día de niños y niñas que, aparte del encierro, enfrentan otros problemas de salud y/o alguna discapacidad. Esto es un filón de información que se desprendió de la sesión del jueves 30 de abril.
Otro más tiene que ver con la educación de los niños, la educación de cortesía podría decir y la formal de conocimientos y manejo del lenguaje. Contrario a lo que hemos testificado en los últimos lustros y que lleva a la queja adulta de la mala educación de las nuevas generaciones, los niños que grabaron videos o le hicieron preguntas en tiempo real al subsecretario de Salud, acusaron todos, además de gracia y frescura, un manejo de lenguaje impecable para sus pocos años y, unos más que otros claro está, de acuerdo a sus preocupaciones e intereses, un conocimiento preciso (ahora sí que superior al de muchos adultos) de lo que es la enfermedad. Saludaron correctamente, fueron atentos y mostraron que saben de qué se trata.
Todas las preguntas fueron buenas, graciosas e inteligentes, incluyendo a la niña que cumplirá años el próximo 8 de mayo.

Alexandra

Otra vertiente está en el interés que mostraron varios de los pequeños que preguntaron, por ser médicos y/o epidemiólogos; o bien, el niño que preguntó qué enseñanza nos va a dejar esta pandemia como país y como niños y “¿cómo enfrentaremos el futuro a partir de ahora en cuestiones de salud? ¿es cierto que el mundo será diferente después del Covid-19?”. Digo, si el niño Giuseppe no es el autor de la pregunta y se la hicieron sus papás para que él la planteara, de todos modos, habla de una familia con preocupaciones profundas y hasta filosóficas podría decir. Y ni qué decir de la respuesta: “Esta es una pandemia que ha afectado a todo el mundo como no había antecedente en los últimos cien años; exactamente hace 101 años se presentó la pandemia de influenza que afectó muchísimo a todo el planeta, en ese momento había guerras, estaba la Primera Guerra Mundial, había hambrunas y unas condiciones muy difíciles. Hoy en el mundo sigue habiendo muchos de estos problemas, existe la guerra, la desnutrición, la injusticia y todas estas situaciones son indeseables y el mundo puede aprender, después de una pandemia, entre muchas otras cosas, que tenemos que lograr una sociedad más justa para que todos tengamos los recursos que necesitamos para alimentarnos, para conservar la salud, para una vivienda digna, para un trabajo respetado y bien remunerado”. Las otras enseñanzas que enumeró el Dr. López Gatell fueron las de un sistema de salud fuerte y suficiente para todos; estar preparados siempre en caso de pandemia con instalaciones y personal de salud capacitado y el aprendizaje de hábitos de higiene desde la infancia. Y el mensaje de cierre: a los niños hay que escucharlos, siempre, niñas y niños tienen una gran sabiduría, sentimientos muy profundos. Saberlos escuchar nos hará una mejor sociedad en todos los sentidos.
Finalmente, pero no menos importante, de todo este ejercicio quedó muy clara también la preocupación de niños y niñas por los adultos que no se quedan en casa: se aproxima el incremento más fuerte de acuerdo con los pronósticos matemáticos del equipo de científicos mexicanos que participan en esto, así que, una vez más, el llamado a hacer lo que nos toca, quedarnos en casa. #YoMeQuedoEnCasa.

Columna publicada en El Informador el sábado 2 de mayo de 2020.