sábado, 28 de marzo de 2009

Por lo menos...


LAURA CASTRO GOLARTE

La visita de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton y la confirmación de que a mediados de abril vendrá el presidente Barack Obama a México, son temas que han estado en la agenda en los últimos días, después de que por primera vez, al menos desde que tengo memoria, el discurso oficial en México con respecto a la relación bilateral, subió de tono.
Luego de la reunión que en Washington celebraron el Presidente Felipe Calderón y el todavía presidente electo Barack Obama, algunos analistas locales, de esos que se dicen expertos en cuestiones internacionales y más aún, en asuntos de ambos países, consideraron que el encuentro fue desventajoso para México e incluso señalaron que en los intereses y prioridades de Obama nuestro país ni siquiera figuraba.
Ya con nuevo presidente en Estados Unidos, hace poco más de un mes, empezaron a llamar la atención declaraciones del Presidente Calderón a agencias y periodistas extranjeros en el sentido que la corrupción en algunas corporaciones y elementos policíacos sobre todo, de la Unión Americana, contribuían al crimen organizado y el narcotráfico.
El Gobierno del país vecino no respondió inmediatamente y cuando lo hizo, fue a medias, porque si bien reconocieron lo del consumo de drogas y el tráfico de armas, no hubo menciones con respecto a los señalamientos de corrupción al norte del Río Bravo.
Por otra parte, la respuesta del Gobierno mexicano a las opiniones de que nuestro país era un Estado fallido fue de rechazo contundente y más tarde vino la decisión de “castigar” a 90 productos que de la Unión Americana se venden en México, como represalia por prácticas proteccionistas.
Estos temas fueron in crescendo, especialmente lo relativo al narcotráfico y bueno, acaba de concluir la visita de dos días de Hillary Clinton, quien además de afirmar que México no es un Estado fallido reiteró el reconocimiento que hiciera Barack Obama en conferencia de prensa, de que Estados Unidos necesita hacer más y que el problema del tráfico de drogas, de armas y la inseguridad en torno a esas actividades ilícitas, es de ambas naciones. También dijo que el asunto migratorio está en la agenda.
Imposible pensar que para un hombre como Barack Obama, que ha manifestado tal preocupación por su país, México no esté en la agenda. Nuestros destinos están unidos irremediablemente y, guste o no, nos necesitamos.
La actitud de México con relación a nuestro poderoso vecino (con todo y que está en crisis, como todo el mundo) y la respuesta de Estados Unidos me parecen alentadoras… por lo menos. Hay que seguir al pendiente.

Artículo publicado en El Informador http://www.informador.com.mx el sábado 28 de marzo de 2009.