domingo, 27 de septiembre de 2009

¿Hacia dónde?

LAURA CASTRO GOLARTE

Acaba de decir el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, que la crisis económica en México ya tocó fondo y que ahora estamos en el rebote. Y lo dice cuando está en plena discusión en la Cámara de Diputados, supongo que en comisiones más allá de la polémica mediática, el Paquete Económico 2010 del Gobierno federal.
Y lo afirma después de la famosa gripita que terminó en neumonía, con la propuesta en la mano de más impuestos para financiar al Estado y que este país funcione por lo pronto en 2010, el glorioso año de las celebraciones por el Centenario de la Revolución y el Bicentenario de la Independencia.
Difícil de creer, muy difícil, aun cuando sea cierto. Las declaraciones de los servidores públicos de la administración pública federal, empezando por el Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, me remiten automáticamente, a estas alturas, al cuento del niño y el lobo. Todo tiene un límite, más lejos o más cerca, más tarde o más temprano, pero límite al fin.
La situación, es compleja, el panorama se avizora negro y encima de todo, la falta de credibilidad en las instituciones, en las autoridades, repercute incluso, según expertos, en la salud mental de la sociedad, inmersa en una vorágine de consumo y apariencia que nos tiene endeudados hasta el tope, sin que muchos puedan resolver siquiera las necesidades básicas. Ahí está el argumento principal del pretendido incremento de 2% al consumo, que los ingresos serían para combatir la pobreza.
Y por si fuera poco, aquí en Jalisco las cosas no son para nada mejores, con todo y los informes de Desarrollo Humano y del INEGI que el Gobierno estatal ha mandado a hacer y pagado con recursos públicos, para documentar el optimismo y hacerse creer y hacernos creer, como siempre, que no estamos tan mal.
De pronto muchos nos encontramos sin saber hacia dónde voltear, las salidas se reducen, las oportunidades se diluyen.
Desempleo, salarios bajos o altos que de todas maneras no alcanzan, rezago educativo sin visos de solución, problemas serios de salud: influenza, dengue, paludismo más las enfermedades crónico degenerativas que siguen en aumento, adicciones. Y luego la inseguridad, la violencia, la violación de derechos humanos y la descalificación automática a las expresiones ciudadanas al grado de que funcionarios públicos como el secretario de Gobernación se ostentan como conocedores y voceros de lo que queremos o no queremos los mexicanos.
¿Hacia dónde volteamos pues? Tendría que ser hacia nosotros mismos, para empezar. Reencontrarnos, recuperarnos, revalorarnos. Hacer lo que nos toca para fortalecernos, enfrentar y salir de lo que se avecina.

Artículo publicado en El Informador el sábado 26 de septiembre de 2009.