sábado, 12 de diciembre de 2009

Tren ligero

LAURA CASTRO GOLARTE

Hace ya algunos años, no me acuerdo bien si cuando la Línea 1 o la Línea 2 del Tren Ligero, tuve la oportunidad de entrevistar al Arq. Esteban Wario, experto en planeación y funcionario entonces de la Secretaría de Desarrollo Urbano y, esto sí lo recuerdo bien, me mostró un gráfico en donde aparecían ocho líneas del tren ligero para la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Por lo menos estamos hablando de finales de los años ochenta del siglo pasado, es decir, hace más de 20 años y desde entonces, ya se tenía por lo menos planeado, el crecimiento del Tren Ligero. Estoy convencida de que los mexicanos y los jaliscienses de manera específica tenemos mejor memoria, pero con respecto a algunos asuntos, a lo mejor poco difundidos en su momento, todavía nos falla un poquito.
La anécdota viene a cuento porque con el anuncio de la Línea 3 del Tren Ligero que hiciera el gobernador del Estado, Emilio González Márquez, pareciera que es un proyecto de generación espontánea; y de un bando y de otro (léase PAN y PRI), tratan de adjudicarse el mérito.
Hace dos décadas ya se pensaba en el proyecto integral del Tren Ligero para la ZMG porque había funcionarios con visión (muchos de ellos siguen en el servicio público pero son poco escuchados o ignorados de plano) y apartidistas, que consideraron la evolución demográfica estimada para la capital de Jalisco, entre otros indicadores, y elaboraron el plan a futuro, a más de 20 ó 30 años.
Como quien dice ya se cumplió el plazo y sólo se han construido dos líneas del tren eléctrico, falta la ampliación de la segunda y la tercera por lo menos se anunció con la idea de que entre en operación en diciembre de 2012, dentro de tres años exactamente.
Sería maravilloso, en beneficio de todos los habitantes de esta hermosa y gran metrópoli, de todos (democracia, pues) que el proyecto anunciado por González Márquez fuera más que una estrategia para atraer la atención de la sociedad a través de un golpe mediático; que fuera más que un botín electorero; que fuera también la ocasión para abrir la puerta a la sociedad civil organizada para que con su batería de expertos opine y aporte; el momento para escuchar a los usuarios del transporte público urbano y la gran oportunidad de conjuntar esfuerzos, sin colores partidistas ni oposición irracional, para hacer realidad un proyecto que nos urge a todos y que Guadalajara, ahora área metropolitana integrada por ocho municipios, se merece y espera desde hace lustros.
Claro que se puede, podemos.

Artículo publicado en El Informador el sábado 12 de diciembre de 2009.