jueves, 20 de mayo de 2010

Algo anda mal

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Algo anda mal. Recuerdo de pronto --y la memoria es insistente-- el título de una novela que leí hace muchos años: “Cierto olor a podrido”. Y lo traigo en la mente desde que se hizo el operativo en Puente Grande, hasta ahora.
Algo anda mal cuando el gobernador del Estado, Emilio González, es cuestionado sobre el asunto y exculpa de inmediato al secretario de Seguridad Pública. Y realmente no es que esté involucrado o que se piense siquiera tal cosa, pero es el responsable del área y su trabajo, por lo menos, es estar enterado.
Algo anda mal cuando el secreto a voces se hace público y confirmamos que no sólo el jefe del Ejecutivo actual lo sabía sino todos los anteriores seguramente desde el inicio de la corrupción y la descomposición en las cárceles.
Algo anda mal cuando el director del Centro Penitenciario “descubierto” afirma que el autogobierno del tal “Mike” es en realidad un “liderazgo positivo” y que no se trata de privilegios sino de “incentivos”, infiere pues que es “normal” y habla en un tono como si nada estuviera pasando y, en ese subpensamiento que describe tan bien Saramago, seguramente pensaba, al responder las preguntas de los reporteros: “¿Y a estos qué les pasa, por qué se escandalizan?”.
Algo anda mal cuando el “líder positivo” se ampara para no ser trasladado en uno de esos efectos perversos del sistema judicial mexicano y probablemente como resultado del trabajo de Derechos Humanos pensando en evitar injusticias.
Algo anda mal cuando a casi una semana del operativo, la Comisión Estatal de Derechos Humanos anuncia que iniciará una indagatoria que no incluye al responsable del área, es decir, a Luis Carlos Nájera, secretario de Seguridad Pública; y como si no hubiera personal de la dependencia en las cárceles para vigilar el respeto de los derechos humanos de los reos.
Algo anda mal cuando el coordinador de la bancada panista en el Congreso local, José María Martínez, confunde los términos “responsabilidad” y “culpabilidad” y por el rechazo de la bancada de ese partido a la propuesta de que el secretario de Seguridad Pública comparezca ante el Legislativo y explique.
Algo anda mal cuando resulta que esto es viejo, tan viejo que no se sabe cuándo empezó; que no es exclusivo de las cárceles de Jalisco, ni siquiera de México; cuando en realidad nos damos cuenta que no hacemos, como sociedad y como gobierno, sino reaccionar, casi siempre mal, porque el nivel al que han llegado los problemas nos rebasa.
¿Hasta dónde? ¿Hasta cuándo? ¿Quién? ¿Por qué? ¿Y la casi pureza del concepto de readaptación social? ¿Quién se libra de la contaminación? ¿Por qué están llenas las cárceles?
Y en medio del pasmo y de la incertidumbre, la clase política prácticamente se burla de los reclamos y preguntas ciudadanas. Algo anda mal, pero, al cabo que no tarda en empezar el Mundial.