domingo, 29 de mayo de 2011

Patrimonio

CIUDAD ADENTRO

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Los embates contra nuestro patrimonio no cesan a pesar de dictámenes, campañas, manifestaciones, firmas, cartas y peticiones de diversas personas y asociaciones civiles. La lucha por la defensa de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, localidades que serían inundadas con la construcción de la presa El Zapotillo es de años, e incluso se ha acudido a organismos internacionales, pero la decisión del Consejo Nacional del Agua y del Gobierno del Estado es inamovible. Incluso ahora que el Instituto Nacional de Antropología e Historia acaba de determinar que 70% de Temacapulín debe ser preservado.
Lamentablemente no es el único ejemplo de que los gobiernos pasan por encima de la voluntad ciudadana para emprender diversas obras, aun cuando se ofrecen alternativas y se hacen propuestas concretas.
Y considerando las esferas de gobierno, facultades y competencias y la falta de coordinación (por negligencia o de manera deliberada) siempre alguien se sale con la suya. Hemos sido testigos de casos en los que Obras Públicas otorga un permiso y para cuando las áreas dedicadas a la Ecología y el Medio Ambiente quieren intervenir, es demasiado tarde.
Sucede todos los días. Y el ejemplo más reciente es San Sebastián del Oeste, Jalisco, un pueblo enclavado en la Sierra Occidental que data de la época colonial y que se ha conservado tan bien desde entonces (1774), que se han hecho trámites y gestiones para que por lo menos en México sea declarado patrimonio cultural e histórico, además de Reserva de la Biósfera por la riqueza de su entorno (localización de flora nueva para la ciencia y alrededor de 30 especies endémicas).
Asolado por la tala clandestina y otras actividades ilícitas, ahora San Sebastián se enfrenta a una minera canadiense que obtuvo un permiso para “explorar” más de tres mil 300 hectáreas en busca de minas. ¿Quién otorgó el permiso? El Gobierno federal a través de la Secretaría de Energía, pero en las secretarías de medio ambiente, federal y estatal, no saben nada.
La minera Endeavour Sylve Corporation aduce que está en fase de exploración para detectar las vetas, sin embargo, de acuerdo a los inconformes, sitios como Real Alto, Los Reyes y La Bufa corren riesgos. En Real Alto, por ejemplo, hay una capilla del siglo XVII que tendría que ser protegida; y en toda la zona, dada su antigüedad, hay edificios, monumentos y sitios, además de la naturaleza, que deben ser preservados en lugar de vulnerados o destruidos.
Esta actuación de las autoridades, la falta de coordinación y de leyes mejor diseñadas y aplicadas, los intereses económicos y, por supuesto, la corrupción, han abierto la puerta de par en par para el saqueo, la devastación y la pérdida de patrimonio cultural, histórico, artístico y natural a lo largo y ancho del país, durante décadas. Hoy es Jalisco y también San Luis Potosí (léase Wiricuta), y han sido Sonora, Chiapas, Hidalgo, Yucatán, Michoacán y tantos y tantos otros.

Artículo publicado en El Informador el sábado 28 de mayo de 2011.