CIUDAD ADENTRO
LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)
Quizá no estemos del todo de acuerdo con el discurso de Javier Sicilia ni con la respuesta de Felipe Calderón, pero luego del encuentro en el Castillo de Chapultepec el jueves pasado, más allá de las frases que “ganaron” los titulares de los medios de comunicación, el acuerdo de otra reunión dentro de tres meses y, en el ínter, el diálogo entre ciudadanos y funcionarios responsables de la Seguridad de este país, es por lo menos una lucecita de esperanza.
Sí, lucecita apenas porque esto es el comienzo, pero el simple hecho de que ciudadanos víctimas de la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado y académicos que se han sumado al Movimiento por la Paz con seguridad, justicia y dignidad, manifiesten sus posturas y sobre todo propuestas; y que sean escuchados y atendidos, marca una diferencia con respecto a la forma como habían sido tomadas las protestas sociales en esta materia.
La exigencia de modificar la estrategia fue planteada una vez más pero ahora parece que el Gobierno federal pondrá atención y hará cambios. No se trata, como se ha malinterpretado, de defender a los delincuentes o de que cese el combate contra el crimen en México. Se trata, al contrario, de fortalecer la estrategia de manera que haya menos muertos, especialmente entre la sociedad civil; y más efectividad en los objetivos.
La lucha contra el narcotráfico en esta administración empezó unos días después de que Felipe Calderón tomara posesión como Presidente de la República y desde entonces, los ajustes desde la esfera del Ejecutivo han sido mínimos pese al clamor de diversos sectores de la sociedad entre víctimas, académicos, especialistas y sociedad en general.
Por fin, después de tanto, a costa de más muertes y de una marcha que cruzó medio país, el Ejecutivo federal puso atención, aguzó el oído, dio explicaciones, manifestó también su desacuerdo en algunas posturas, pero fundamentalmente se comprometió a escuchar y a atender.
Cuarenta mil muertos son demasiados y el miedo y los costos, las pérdidas, la frustración, la impotencia… y al Presidente no se le ha pedido otra cosa (salvo lo del perdón que me parece retórica) que mejorar la estrategia con todo y que no es el único responsable. El Poder Legislativo, enfrascado en asuntos electorales ha dejado quién sabe para cuando la aprobación de leyes pendientes desde hace meses en materia de seguridad y justicia; se resisten a convocar a un periodo extraordinario de sesiones y después estarán muy ocupados en más temas electorales y en el paquete económico 2012 como para considerar a esas reformas prioritarias.
Sin embargo, la sociedad y el mismo movimiento que encabeza el poeta Sicilia podrían emprender otra marcha ahora con los legisladores como foco para que se pongan a trabajar por el país.
No podemos cantar victoria, aún falta mucho por ver y notar, pero ya es algo, antes era nada.
Artículo publicado en El Informador el sábado 25 de junio de 2011.
