miércoles, 10 de agosto de 2011

Clase mundial

CIUDAD ADENTRO

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

A mañana, tarde y noche la Comisión Federal de Electricidad nos bombardea con sus anuncios de que es una empresa de clase mundial. En prensa escrita, radio y televisión; y basta con entrar a su sitio en internet para leer la lista de compromisos que suscriben. Se atreven, por ejemplo, a afirmar que el tiempo máximo para restablecer el suministro a clientes “servidos con acometida individual en baja tensión” es de 10 horas en áreas urbanas y de 30 en las rurales.
Y podría parecer un cálculo cercano a la realidad, en ambos casos es mucho tiempo, pero la verdad es que se quedan cortos. En las ciudades están documentados hasta cuatro días sin servicio de energía eléctrica por fallas en el equipo o falta de tiempo de la empresa surtidora, es decir, la CFE.
Nada más hay que imaginar si se trata de una empresa ¡las pérdidas!
Además de esos compromisos que en realidad no tienen por qué cumplir, se trata de un monopolio y hacen lo que quieren y tampoco se esmeran en el servicio al cliente como dicen: “El servicio al cliente es nuestra prioridad”; se autocalifican de “clase mundial” porque la empresa está construyendo la obra de ingeniería civil de mayor calado en el mundo, el proyecto hidroeléctrico La Yesca, y sí, estuve allá esta semana y la obra es impresionante y todo lo que se mueve en torno a una presa de esta magnitud que lleva cinco años en construcción y se espera que esté terminada a finales del año que entra, pero no encuentro entonces la congruencia entre una mega construcción como la hidroeléctrica de la Yesca y el servicio en cada casa, en cada empresa a lo largo y ancho del país.
Por supuesto pregunté a un auxiliar sindical que hizo las veces de guía el por qué de la distancia entre el nivel de la presa y el nivel del servicio y se concretó a decir que las fallas están en la división de Distribución de la CFE.
La luz se va (dicho claro, en términos coloquiales) y el 071 no contesta mientras una grabadora repite: “Su llamada es muy importante para nosotros, espere en la línea. En un momento uno de nuestros ejecutivos le atenderá” y así ad infinitum o per sécula seculorum. Desde que tengo uso de razón me acuerdo de las fallas en el suministro de energía eléctrica, casi siempre por la lluvia pero muchas veces nada más porque sí, o se tronó un transformador o se cayó un poste o lo que sea.
No es una empresa de clase mundial. Lo sería si tuvieran el mismo nivel de excelencia en la construcción que en la distribución. Buenos para construir, generar, para cobrar claro (si no el corte es inmediato), pero no para asegurar que empresas y casas habitación tendrán la energía eléctrica por la que se pagan y no poco.

Artículo publicado en El Informador el sábado 6 de agosto de 2011.