Ciudad adentro
Más o menos desde las nueve de la mañana, cuando empezó a difundirse a
través de redes sociales el primer narco bloqueo en Periférico y Av. Acueducto,
hasta que dijo la última palabra de su mensaje el gobernador del Estado,
Aristóteles Sandoval, casi a las dos de la tarde, no hubo tregua por parte de
los autores de los incendios de autos y camiones, de una decena de sucursales
bancarias y algunos negocios en 29 puntos de Jalisco, a saber: Guadalajara y la
zona metropolitana así como 14 municipios, aparte de algunos puntos en el
vecino Estado de Colima.
La situación es grave. El primer “aviso” de la Fiscalía del Estado se
publicó en Twitter unos minutos después de las 10 de la mañana. Ya para
entonces la información de por lo menos cinco narco bloqueos le daba la vuelta
a las redes sociales. En la cuenta de la Fiscalía (@FiscaliaJal), señalada como
la vía oficial para el reporte de avisos y novedades, todavía se manejaron los
hechos como “presuntos” y aproximadamente de las once horas en adelante la
dependencia inició con la ubicación de los puntos bloqueados con vehículos
incendiados, sobre todo, cuando en algunos medios de comunicación y
especialmente en Twitter y Facebook la información confirmada superaba a la del
Gobierno estatal.
Como a la mitad del caos empezó a circular un boletín de la Secretaría de
la Defensa Nacional en donde se daba cuenta del arranque, a partir de ayer, de
“Operación Jalisco”, ya saben, una estrategia del Gobierno federal para
“garantizar la seguridad de la ciudadanía y reducir los índices delictivos”.
Muy difícil no prestar oídos a rumores o a versiones distintas a la oficial
cuando los datos empezaban a generarse en la Ciudad de México y no aquí; a
nivel local, más veloces que un rayo, pronto se colgaron y publicaron que los “tres
órdenes de gobierno trabajaban coordinados”… Si, si, si, bla, bla, bla.
La comunicación relativa al derribo de un helicóptero con militares también
se difundió en la Ciudad de México. Fue en la región Costa Sur de Jalisco.
Fallecieron tres soldados. En total, luego de la relación estadística de los
hechos del primero de mayo, se contaron hasta las dos de la tarde, siete personas
fallecidas y 15 heridas.
Nunca hubo claridad con respecto a las causas de los ataques: que si el
inicio del operativo o que si la detención de un criminal… sabe de qué grupo.
A partir de que las “autoridades” rompieron el silencio se reiteraron los llamados
y las exhortaciones a la calma, a que nadie entrara en pánico, a no hacer caso
de rumores, a verificar la información y a mejor no salir de casa.
Recomendaciones ideales para un día de asueto.
Curiosamente y como por parte de magia (digo, qué bueno) después del
mensaje del gobernador (mensaje, porque no permitió preguntas de los
reporteros, conducta que es y será siempre cuestionable; si se dispone de la
información y se tiene seguridad en las decisiones ¿por qué no someterse al
escrutinio de los representantes de los medios de comunicación? Nunca estaré de
acuerdo con estas conferencias de prensa disfrazadas) no se dio cuenta de
manera oficial de nuevos ataques, narco bloqueos o enfrentamientos.
Reitero: siete personas muertas entre elementos de diversas corporaciones y
delincuentes; 15 personas heridas; todo un Estado en situación de crisis y
psicosis; el derribo de un helicóptero; el incendio de varios vehículos y de
una decena de sucursales bancarias en Ciudad Guzmán y Zapotiltic; el cierre
temporal de la carretera Guadalajara-Manzanillo y Guadalajara-Tepic; 29 puntos
de Jalisco bloqueados y cientos de miles de personas afectadas de diversas
formas, en conjunto, es algo gravísimo y ni los avisos y comunicados ni mucho
menos el mensaje, por el tono y el contenido, reflejaban la gravedad de la
situación. Un manejo superficial en contraste permanente con el activismo y la
responsabilidad de mucha gente en redes sociales, incluso desde Estados Unidos.
La postura de las “autoridades” no fue satisfactoria ni directamente
proporcional a la magnitud de los hechos, siempre tratando de minimizar.
Fueron cinco horas en vilo, la ciudad en vilo, Jalisco en vilo… Es una
paráfrasis de la máxima obra del historiador Luis González y González, quien
con la microhistoria de su pueblo, San José de Gracia, reflejó la realidad de
todo el país.
Así es, es lo mismo. A ver si siguen festinando y haciendo alarde de
ignorancia y estulticia en inauguraciones rimbombantes en pleno proceso
electoral; a ver si siguen diciendo que México (y Jalisco es México) es casi el
mejor país del mundo para invertir en donde la gente (eso dicen las encuestas)
es una de las más felices del orbe; y que todo está bajo control, que los
niveles delincuenciales se han reducido y todo es casi, casi perfecto.
Publicada en El Informador el sábado 2 de mayo de 2015.