sábado, 18 de julio de 2015

Estado fallido

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)


La aplicación del término Estado fallido al Estado mexicano ha causado polémica desde que se utilizó por primera vez durante la administración de Felipe Calderón. Que sí, qué no y de ahí no salimos, se reduce a posturas encontradas, a la afirmación sobada de “no comparto tu opinión pero la respeto” y  de cualquier manera no pasa nada, no se actúa en consecuencia.
En gran medida esta diferencia tiene que con que no hay un acuerdo generalizado en la definición de Estado fallido. Si nos basamos en los criterios delineados por el Centro de Estudios Fund for Peace, un Estado fallido es aquel que ha perdido el control físico del territorio y/o el monopolio en el uso legítimo de la fuerza; el que mantiene una autoridad cuya legitimidad está “erosionada” para la toma de decisiones; en el que priva la incapacidad para suministrar servicios básicos y que no es capaz tampoco para interactuar con otros estados como “miembro pleno de la comunidad internacional”.
Si tratamos de aplicar estos cuatro conceptos a México, no pondríamos palomita en todos, pero en esta otra definición la check list está completa: Estado fallido es el “que se ha hecho ineficaz al momento de cumplir las funciones que le han sido asignadas en materia de seguridad, justicia, transparencia y desarrollo social y económico. El mayor énfasis que se hace a este respecto es la incapacidad con la que cuenta un Estado para hacer cumplir las leyes de forma uniforme, manifestándose esta incapacidad en las altas tasas de criminalidad, corrupción extrema, un extenso mercado informal, burocracia impenetrable, ineficacia judicial, y situaciones en las que la sociedad actúa de forma independiente ya que el Estado no ha podido realizar sus tareas con éxito”.
Palomita, palomita, palomita… Ahora, independientemente de si es Estado fallido o no o de si esta definición de una fundación guatemalteca tiene reconocimiento internacional o no, lo que se describe son hechos incuestionables que es preciso atender en México, pero ya. Quizá una mayoría estemos de acuerdo en esto pero igual no sirve de nada mientras la autoridad con serios problemas de legitimidad en nuestro país no haga caso y siga instalada en su mundo perfecto mientras uno exclama ohlàlà! y el otro oh Gott!
La prueba reciente más contundente de que la segunda definición aplica es la fuga por segunda vez del narcotraficante Joaquín Guzmán alías “Chapo”. El Estado mexicano poseedor del monopolio del uso legítimo de la fuerza, el que debe garantizar la seguridad y el Estado de derecho, no cumplió. No lo hizo y además ha sido negligente en la resolución, para empezar, con la actitud displicente de decidir quedarse en Francia en lugar de atender “la afrenta” personalmente para ya no sentirse (digo, a lo mejor), tan “consternado”.
Ahora, con relación a este asunto del delincuente más buscado, ha pasado una semana y la información que se ha difundido, los análisis, los videos, los comentarios, las especulaciones, elucubraciones y demás, no han hecho más que confundirnos a todos, profundizar y recrudecer las desconfianzas y la credibilidad y cuando estemos ante la versión verdadera, la auténtica, ante lo que realmente pasó, no nos daremos cuenta porque dudamos de todo, absolutamente de todo. De esa seguridad también es responsable el Estado y no está cumpliendo.
Hoy por hoy no tenemos certeza de nada de nada y mientras eso pasa o no pasa, ya no se sabe, corre fuerte el rumor de cambios profundos en el sistema de seguridad social, y cuando el río suena agua lleva… Los dichos siguen siendo sabios; esto, más el fracaso de la ronda uno en términos petroleros que, a reserva de profundizar en este tema más adelante, deja en evidencia que la reforma energética, como mucho se advirtió, es endeble y bofa.
¿Aplica o no la definición de Estado fallido para México con estos escasos ejemplos? La segunda, sí, completamente. Urge que la autoridad reconozca la realidad y actúe, urge, urge, urge.

Columna publicada en El Informador el sábado 18 de julio de 2015.