sábado, 1 de agosto de 2015

Paso libre

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Hace tres años, el padre Alejandro Solalinde, quien ha dedicado su vida a la defensa de los derechos de los migrantes y a su auxilio mediante la operación del albergue Hermanos en el Camino, fue amenazado de muerte en por lo menos seis ocasiones y se vio en la necesidad de abandonar el país. Desde hacía tiempo, pero con mayor razón a partir de ese hecho, nos enteramos con mayor detalle de la violencia, las violaciones, los atropellos, los abusos y los múltiples riesgos que corren no sólo los migrantes, sino quienes voluntariamente han entregado parte de sus vidas a apoyarlos en sus trayectos con asesoría, refugio y alimentación.
Gracias a este trabajo humanitario del padre y de decenas de personas en todo el país hemos tenido noticia de los riesgos que corren los migrantes y las constantes amenazas de que son objeto mientras cruzan el territorio nacional para llegar a la frontera de México con Estados Unidos, independientemente de si son mexicanos o de algún país de Centro o Sudamérica.
Se trata de uno de los sectores de la población más expuestos y vulnerables por el lado que se le vea: inmersos en la pobreza, deciden dejar sus lugares de origen en busca de mejores oportunidades de vida para ellos y sus familias; abandonan a sus seres queridos y se lanzan a terrenos desconocidos, plagados de peligros, en donde por lo general son cooptados por la delincuencia organizada para diversos trabajos: secuestro, robo, tráfico de drogas, tráfico de personas específicamente trata de mujeres y de niños; extorsión y muchos otros en donde se incluyen los intentos de control por parte de “sindicatos” o vividores simplemente, quienes les venden protección a cambio de parte de las dádivas que reciben de la gente. Si aceptan malo y si se niegan, son sus vidas las que están de por medio. Llevan todas las de perder y el caso más doloroso es el de la masacre de San Fernando, Tamaulipas, hace ya cinco años, en donde 72 migrantes de diferentes nacionalidades fueron asesinados.
Quizá me quedo corta frente a una realidad lacerante que deja en evidencia la falta de respuestas, la ineficiencia y la corrupción de los gobiernos mexicano y de todos los países que son expulsores de sus propios habitantes dada la incapacidad oficial para ofrecer garantías mínimas de calidad de vida: trabajo, vivienda, educación, salud, alimentación…
FM4 Paso Libre nació precisamente con la idea de apoyar a los migrantes al cruzar Guadalajara montados en “La Bestia” con asesoría legal, acceso a teléfono para llamar a sus familiares, refugio temporal y alimentación. El proyecto avanzó hasta la apertura de un albergue que en esta semana, lamentablemente, cerró sus puertas.
Según relatan los jóvenes activistas que participaban en esta labor, desde hace año y medio se acudió a las autoridades para denunciar la inseguridad de que son víctimas, más allá de lo común, es decir, considerando la vulnerabilidad de los migrantes y la facilidad, por lo mismo, con que la delincuencia organizada accede a ellos nunca con buenas intenciones.
Hace tres meses esta situación se recrudeció y aun así, las demandas de los responsables del albergue y del programa FM4 Paso Libre no fueron atendidas.
Una vez más, las deficiencias e ineficiencias de las autoridades quedan expuestas. El problema de los migrantes es añejo y pese a la alternancia, a los cambios, a las promesas, dizque a la conciencia social y a la preocupación de quienes han ocupado diversos cargos públicos a lo largo del tiempo, lejos de resolver, la situación empeora.
El anunció del cierre (¿por qué tiene que ser así?) movió ligeramente a algunas instituciones, a ver si son capaces de hacer algo en verdad. El Gobierno del Estado anuncia, por un lado, la reubicación del albergue (está bien, aunque no deja de ser paliativo) y, por otro, que la Fiscalía General implementará operativos de seguridad en la zona “para que puedan continuar con sus actividades altruistas”. Y la Comisión Estatal de Derechos Humanos, tarde también, inicia una investigación para la probable emisión de medidas cautelares.
FM4 Paso Libre hace un trabajo que no tendría que hacer, no debería existir esa necesidad y con todo y que desarrollan una labor por la que en realidad es el Estado mexicano el que tendría que responder, los dejan solos, habían hecho caso omiso de sus denuncias. No tendríamos pues, que llegar a extremos para obtener respuestas de la autoridad; ya que se lograron, ojalá las hagan bien.

Columna publicada en El Informador el sábado 1 de agosto de 2015.