sábado, 5 de septiembre de 2020

Lo primero, siempre

Ciudad Adentro

 

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)


 

Aquí voy otra vez. Había muchos temas para comentar esta semana, hay de hecho, siguen vigentes, pero no pude resistirme a volver a abordar el asunto de la pandemia de la COVID-19. A la hora de sopesar, lo que está y debería estar en el top, top, de todos los intereses, son la vida y la salud. Es lo primero.

Antes que saber si sí les dieron el registro a dos nuevos partidos o no, uno de ellos el de Felipe Calderón. El dictamen estaba por darse a conocer mientras esto escribo, a unos días de la publicación del libro Felipe, el oscuro de Olga Wornat y a poco más de una semana de que el INE sancionara a esa agrupación política por casi tres millones de pesos por cuestiones relacionadas con ingresos no comprobables.

Y antes que comentar el Segundo Informe del Presidente o, mejor dicho, el discurso del martes pasado. Hay puntos positivos, como el modelo económico heterodoxo y algunos resultados de su aplicación como el impulso al mercado interno con el incremento en el consumo de productos básicos, los ahorros por el combate a la corrupción y por las medidas de austeridad, así como los apoyos para diferentes grupos y sectores del país particularmente vulnerables en el contexto actual; pero negativos también, como no haber incluido la autocrítica que siempre es un ejercicio muy sano y mantener el mensaje contra los adversarios y los conservadores, eso lo tiene que trascender ya y convocar a la unidad a todos los mexicanos para sacar adelante a este país en circunstancias inéditas.

Estas dinámicas siguen su curso mientras la pandemia asienta sus reales en el mundo y nos mantiene secuestrados aquí y en China, literal. Retomó aquí el centro del comentario porque, precisamente, la contingencia no cesa, falta mucho para disponer de una vacuna confiable con todo y que México ha sido líder en este aspecto a nivel mundial; no se ha descubierto un tratamiento totalmente eficaz y, para colmo de males, se ha confirmado que el virus permanece más tiempo suspendido en el aire que lo que se creía hasta hace poco, de manera que es preciso redoblar las precauciones, ampliar la sana distancia, usar cubrebocas y, de preferencia, no salir de casa.


Fuente:El País.


Mientras esto pasa en el mundo y está comprobado que relajar las medidas en el inicio del desconfinamiento sólo representa rebrotes por aquí y por allá, en Jalisco, donde el manejo de la pandemia ha respondido más a cálculos políticos que de atención real a la emergencia y, por lo mismo, se ha salido de un patrón de manejo que nos lleva a un ritmo distinto, el gobernador anuncia que se reabre Expo Guadalajara, lo cual ya sucedió con Intermoda y la esperada asistencia de nueve mil a diez mil personas; el permiso para que los hoteles lleguen hasta a la mitad de su ocupación y adelanta que están viendo a ver cómo le hacen los de la mesa de reactivación para el regreso a clases presencial.

Digo, ojalá todo esto fuera posible sin mayores riesgos, suena muy bien, sin embargo, las condiciones no están dadas, no está el horno para bollos pues. El Dr. Carlos Alonso, epidemiólogo y experto en salud pública, quien ha hecho un seguimiento puntual y analítico de la pandemia en Jalisco, advierte que en el Estado estamos en una meseta en la evolución de COVID-19, nos hay todavía indicios de descenso en casos y lamentables fallecimientos y si bien hay capacidad hospitalaria tanto en camas normales como con ventiladores, si el desconfinamiento no va acompañado de medidas de precaución extremas, se podría registrar un rebrote que, en un contexto de meseta, implicaría el altísimo riesgo de repercutir en un aumento exponencial de los casos y, por ende, en la saturación de la infraestructura hospitalaria con consecuencias que podrían llegar a ser muy lamentables en el número de personas fallecidas por COVID-19. Esto nadie lo quiere.

El problema es serio, de una complejidad densa y cambiante. Como he dicho antes, no hay en el mundo un manejo impecable de la pandemia, a todos nos agarró con los dedos en la puerta y, más allá de las decisiones que toman los gobiernos, de si estamos de acuerdo con unas, con otras o con ninguna, incluso si no creemos, debemos cuidar y cuidar a los demás en un ejercicio que necesariamente tendría que ser recíproco.

Toca dejar de lado cálculos políticos e intereses mundanos en un entorno marcado por la amenaza a nuestras vidas, a nuestra salud, cada día, todos los días, mientras debemos resolver otras situaciones, económicas, de trabajo, de vivienda, de movilidad, de relaciones sociales. Es difícil, muy, pero todos sabemos qué es lo primero. #YoMeQuedoEnCasa


Columna publicada en El Informador el sábado 5 de septiembre de 2020.