Ciudad Adentro
No sólo en México se toman las desgracias, los
desastres y las contingencias con humor; en Italia pasó, hubo memes y, al principio,
la reacción de políticos y opositores fue muy similar a lo que estamos viviendo
ahora en nuestro país incluso con actitudes de lo más irresponsable como la del
senador (por Dios), Samuel García Sepúlveda, quien se basó en información que
ha circulado en redes sociales para decir que se maquillan cifras sobre la
cantidad de mexicanos confirmados con el nuevo coronavirus, el Conavid-19. En
estos casos la revocación de mandato debería ser automática; es criminal lo que
hizo.
Vivimos juntos la experiencia del AH1N1 y, con sus
diferencias, sabemos de qué se trata y lo que nos toca. En aquellos años nos
portamos de manera ejemplar, en términos generales, con todo y que muchos
pensábamos que era exagerado o, incluso, una farsa. Por sí o por no, por las creencias
y temores de todos, era necesario cumplir con las disposiciones y cuidarnos
entre todos; vacunarnos, aunque no creyéramos en las vacunas, por ejemplo. Hicimos
lo que teníamos que hacer y salimos adelante ¿por qué tiene que ser distinto
ahora?
No depende de ningún gobernante, somos nosotros, la
sociedad, la que se informa y toma las medidas necesarias, las que considera
pertinentes, las que le indica su intuición, su buen juicio, su sentido común.
Contamos ahora con información en cantidades industriales y seguramente con
elementos para discriminar y saber qué sí es confiable y qué no.
Lamentablemente, tanto en Italia como en España, por
mencionar los casos que he seguido, muchos jóvenes, al suspenderse clases,
decidieron tomarlo como si fueran vacaciones y esta decisión irreflexiva contribuyó
al incremento de los niveles de contagio que registran ambos países. Hasta
ahora, después de miles de personas enfermas y cientos de muertos, se promueve
el hashtag #MeQuedoEnCasa.
Imagen tomada de Gobierno de México. |
Estamos perfectamente a tiempo de tomar las medidas
pertinentes y, sobre todo, mostrar una actitud serena, responsable, enfocada en
lo que viene, sin pánico, para que cuando se llegue a la segunda fase estemos prácticamente
blindados contra el coronavirus, el nuevo, que sabemos pone en riesgo la vida
de los adultos mayores, sobre todo.
Nos toca y sabemos que hay que lavarse las manos,
evitar las reuniones y la asistencia a lugares concurridos. Y si no, hay una
página disponible para estar al día de la información relativa y de las
políticas públicas de salud en nuestro país: COVID-19.
El rector general de la Universidad de Guadalajara,
Ricardo Villanueva, en la conferencia de prensa de ayer con el gobernador
Enrique Alfaro, dijo algo que no me parece descabellado y que, si tenemos en
mente tal idea como meta, saldremos muy bien librados: si Jalisco tiene cero
casos hasta ahora, hay que mantenerlo así y transitar por la contingencia en
las mismas condiciones, de manera que todas las medidas preventivas son
bienvenidas, los operativos, las clases virtuales, sí, todo muy bien, pero lo
principal nos toca a nosotros.
Pronto tendremos que encerrarnos en casa, hacer todo
virtual, estar bien informados, llamar a los teléfonos en caso de duda o
sospecha: 800-0044-800 del Gobierno federal y 333 823 32 20 del Gobierno
estatal, ambos funcionan las 24 horas. Y en la página cuya liga ya agregué,
también hay información sobre mitos y realidades, experiencias y artículos
científicos, materiales de consulta y otros muy útiles.
Sin alarmas y con plena claridad, debemos aprestarnos
ya a las medidas extraordinarias que nos cambiarán la vida. Depende de nosotros
que esto sea más o menos traumático, más o menos prolongado. Tenemos tiempo
para aprender de las experiencias en otros países y prepararnos
convenientemente sin añadir presiones o angustias innecesarias.
Nos toca hacer caso omiso de voces irreflexivas e
irresponsables que, para variar, llevan agua a sus molinos, no es momento para
eso, sí hay que resistir cualquier intento de manipulación o de tergiversación
que perjudique lejos de contribuir; es criminal que lo hagan y aticen el fuego
de la división.
Nos necesitamos juntos; nos toca ser responsables,
inteligentes, conscientes, solidarios, compasivos... estar muy al pendiente del
otro, de los otros. No vendrá nadie del gobierno federal ni estatal ni
municipal a lavarnos las manos, ni a impedir que asistamos a algún lugar pletórico
de gente, ni que vayamos a un centro de salud porque creemos que estamos
enfermos ni podremos tener un vigilante que cuide las distancias. Reitero: nos
toca.
Columna publicada en El Informador el sábado 14 de marzo de 2020.