Ciudad Adentro
LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)
Desde la
segunda quincena de enero, poco antes del 27 de febrero de este año, cuando se
registró el primer caso de Covid-19 en México, todavía con información
preliminar e incierta sobre las características del nuevo virus y de la
enfermedad de “etiología desconocida” que causaba, se diseñó la estrategia en
la Secretaría de Salud del Gobierno federal y a través del Boletín
epidemiológico y los mecanismos de información y capacitación que funcionan
desde hace lustros en el sistema en todo el país, se planteó una evolución muy
cercana a lo que ha sido el desarrollo de la pandemia en México, incluso antes
de que fuera identificada como tal.
Es parte
de los conocimientos que sobre epidemiología y pandemia tienen los
especialistas en la materia, con base también en casos similares a lo largo de
la historia. Si tiene oportunidad de ver la primera conferencia de prensa en la
Secretaría de Salud, justo del 27 de febrero, se podrán dar una idea muy
cercana de lo que comento (para que no busquen mucho: Conferencia de prensa 271020). Y debo decir además que fue desde la segunda semana
de enero de este año que se empezó a publicar información sobre la enfermedad
todavía desconocida, en el Boletín epidemiológico que se elabora y
circula cada semana desde fines del siglo XIX y está accesible en internet.
Desde
entonces, se dijo que había comunicación estrecha con los 32 estados de la
República. Bien, todo esto para recordar que, a mediados de mayo, en una de las
conferencias vespertinas en las que se ofrece información de la Covid-19 todos
los días, se anunció que la incidencia de la enfermedad podría recrudecerse a
partir de octubre, en el inicio de la temporada de influenza. Dicho y hecho.
La
cuestión es que no sólo ha sido la llegada del frío, sino que, en general, se
han relajado las medidas de protección y prevención contra la Covid-19. En
Jalisco, para no ir muy lejos, los niveles de positividad, después del botón de
emergencia, se han incrementado de manera preocupante, hasta 42 % con datos al
9 de diciembre pasado; la capacidad de varios hospitales en cuanto a la
disponibilidad de camas con ventilador está al tope, según el Sistema IRAG (Sistema IRAG) y también están aumentando contagios y defunciones
con base en datos de Radar Jalisco. El Dr. Carlos Alonso lamentablemente
concluyó que el botón de emergencia no sirvió para detener la cadena de
contagios.
Las
cifras de las diversas fuentes coinciden, más allá de las diferencias que han
prevalecido durante toda la pandemia. Eso no es más que indicativo de que las
cosas no están bien. Y no sólo en Jalisco o la Ciudad de México (el llamado de
ayer de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno, a través de redes sociales, es
fuerte), en todo el país; no se diga en el mundo, con el discurso urgente de
Angela Merkel, la canciller Federal de Alemania. Son buenas noticias las
relativas a la vacuna, pero el proceso lleva su tiempo, no será inmediato.
En
España, la viróloga Margarita del Val que he citado en otras ocasiones y
recomiendo ampliamente, dijo hace menos de un mes lo siguiente: “No podemos
negociar con el virus que vamos a tener unas navidades tranquilas, porque va a
hacer frío y en interiores hay más riesgo. 25 de diciembre: Zoom, Zoom, Zoom.
Pues eso. Que todo lo malo de esta vida sea que no vamos a poder celebrar la
comida de Navidad. Es un mal menor. Hay que buscar alternativas” (Margarita del Val).
En
México, el día de hoy empieza el famosísimo puente Lupe-Reyes (felicidades a
todas las Lupitas). Nos encanta la fiesta sí, somos pachangueros, está en
nuestra idiosincrasia; esta actitud, particularmente el amor por la familia y
el deseo de reunirnos siempre con pretextos o sin ellos, es admirada incluso en
otros países. En lo personal me encantan, pero no está el horno para bollos. No
es pertinente hacer lo que acostumbramos en estas fechas, toca aguantarse, que
quepa en nosotros la prudencia, ser pacientes, buscar alternativas como dice la
Dra. Del Val y esperar tiempos propicios porque sólo así saldremos en mejores
condiciones de este impase. Es una apuesta por la salud y la vida.
A veces pienso
que se nos olvida que estamos en medio de una pandemia en el mundo con
características sólo comparables con la de 1918, cuando la gripe española. Aun
así, estamos mejor que entonces, mucho mejor, precisamente por eso hay que
cuidarnos y cuidar a los otros, para no llegar a los niveles que se registraron
entonces. Por una vez en la vida no vamos a celebrar el Lupe-Reyes como sabemos
y como nos gusta, por favor, pero estaremos vivos para hacerlo el año que entra.
#YoMeQuedoEnCasa #TeCuidoMeCuidas.
Columna publicada en El Informador el sábado 12 de diciembre de 2020.