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sábado, 15 de febrero de 2020

Valores democráticos


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

La libertad de expresión es un valor democrático; el derecho a estar de acuerdo o a disentir; el derecho de réplica, la rendición de cuentas... son valores democráticos. No está escrito así que yo sepa, pero escuchar, considerar las opiniones de los demás, sobre todo si son críticas, rectificar si hace falta, ser humilde, son conductas que dejan en evidencia un comportamiento democrático.
Incluir antes de excluir; ser consecuente con el cargo de poder del que se es responsable gracias al mandato popular, corregir cuando sea necesario, respetar a las instituciones creadas por el Estado y la sociedad y reconocer diferencias sin descalificar, son valores y conductas democráticas. Entre muchas más enfocadas en considerar a los que se debe el honor y el privilegio de servir, a la gente, electores o no, al pueblo que es su razón de ser; madurar.
Lo contrario a esto que describo es autoritario y practicarlo así con las tergiversaciones pertinentes y oportunas, se ha convertido en un arma política y de manipulación de masas, no exactamente a través de los medios de comunicación a los que se ataca de manera persistente y sistemática, sino de las redes sociales que se han convertido en los medios de comunicación directa entre gobernantes y gobernados.
No soy yo quien va a decir que el uso de redes sociales para comunicar de parte de los funcionarios sea un error, no está mal; el problema es que se desdeña y/o descalifica cualquier otro medio, cualquier otra forma de comunicación cuando es adversa o distinta al discurso oficial y esta postura, que lamentablemente cunde en Jalisco, México y el mundo, es todo menos democrática.
Además, ignorantes del ejercicio periodístico, de la ética periodística, de las características de los mensajes, del ciclo de la comunicación, de toda la formación, práctica y experiencia de la profesión, simplemente hablan o escriben, sin considerar a los diversos públicos y sin que les importe demasiado si se apegan a la verdad o no, que es la esencia del periodismo; y lo que están generando es división, sí, esos, a los que les correspondería unir y convocar a todos sin distinciones de ningún tipo en un pleno ejercicio democrático del poder.
No es nuevo ni es exclusivo de Jalisco, pero el nivel de encono y virulencia de Enrique Alfaro contra los medios de comunicación, todos los que son críticos de su ejercicio como gobernador, de sus decisiones y omisiones equivocadas, de las deficiencias e insuficiencias, de los malos elementos en su equipo, está alcanzando niveles verdaderamente preocupantes porque lejos de avanzar en su responsabilidad de gobernar, de ejercer con tino y visión nuestros impuestos y trabajar para abatir los rezagos añejos en diversas materias: seguridad, salud, infraestructura, actividades productivas, agenda de género y muchas otras, como la restitución urgente del tejido social, está varado en las arenas movedizas de la confrontación, la descalificación, las rupturas, los desencuentros, las generalizaciones, el desdén y, por encima de todo, de la soberbia.
Un ejemplo de cómo fue y de cómo pudo haber sido (por cierto, una oportunidad total y absolutamente desperdiciada que podría haberle reportado un depósito fuerte en su cuenta de capital político): Enrique Alfaro optó por el rechazo iracundo a la Comisión Estatal de Derechos Humanos a propósito de la macrorrecomendación por la contaminación del Río Santiago. “No necesito recomendaciones”, dijo, cuando ni siquiera se le estaban planteando a él, sino que se retomaban a partir de información que se ocultó por diez años y de manifestaciones de activistas afectados en sus vidas y su salud por este problema gravísimo. Enrique Alfaro pudo haberse subido al carro de las críticas, justificadísimas, además, a la administración de Emilio González Márquez y cerrar filas junto con la sociedad y la CEDHJ; pudo haber dicho: sí, vamos a considerar las novedades que arrojó el estudio, entendemos por lo que pasa la gente y nos abocamos a ello, desde el primer día estamos trabajando, atenderemos también a los expertos de la CEDHJ y a otros para afinar las estrategias... ¿qué le costaba? Nada. ¿Qué hubiera ganado? Todo.
Enrique Alfaro no es un ejemplo de gobernante democrático y no creo que su carrera política continúe después de la gubernatura dadas las muestras constantes de inmadurez que nos receta; se la está acabando poco a poco, él mismo, sin ayuda de nadie, bueno, quizá entre sus colaboradores sí tenga varios ayudantes para eso. Pelearse con los medios y los periodistas, con la Comisión de Derechos Humanos, con el Gobierno federal, con los ejidatarios con los que compartió causa (los del aeropuerto) y con cuanto crítico de su gobierno, especialmente si tiene razón, no es la base de una administración que vaya a pasar a la historia por buena y eficiente. Si sigue así, al final del ciclo, nada contará más que su desdén a los valores democráticos.

Columna publicada en El Informador el sábado 15 de febrero de 2020.

sábado, 2 de febrero de 2019

Malas noticias para Jalisco


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Cuenta la forma y cuenta el fondo. La manera en que operaron el gobernador del Estado, Enrique Alfaro y sus diputados de Movimiento Ciudadano encabezados por el verdaderamente impresentable Salvador Caro, más que preocupar, indigna y enciende un foco rojo tirando a negro: autoritarismo puro, falsas promesas, actitud marrullera y caprichosa, desdén por las causas ciudadanas y enfrentamiento con la sociedad civil organizada.
A menos de dos meses de que la administración pública estatal entrara en funciones, a las primeras de cambio, muy diferente a lo prometido en campaña, se ignora la voz experta, de luchas añejas, de mujeres valientes que han entregado sus vidas y talentos a favor de la igualdad de género.
La extinción del Instituto Jalisciense de las Mujeres por iniciativa del gobernador y operada por Salvador Caro y los demás emecistas más los legisladores del Verde, PRD y PT que votaron a favor, es una señal muy desalentadora; más que eso, es un mensaje de traición a compromisos y a causas.

Fotografía tomada de Partidero.
Desde antes de que tomara posesión Alfaro se había considerado y planteado la posibilidad de desaparecer al IJM y agregar a una nueva secretaría la agenda de género. Grupos defensores de derechos humanos y mujeres que son ejemplo de trabajo asertivo y afirmativo con logros documentados (en los que sin duda se incluía el IJM) advirtieron que esa iniciativa lejos de contribuir significaría un retroceso.
Argumentaron con criterio y sentido común que esa “fusión” en realidad restaría importancia al trabajo realizado en el IJM con todo y las dificultades de siempre generalmente marcadas por la falta de presupuesto; pero además, se les estaba agrupando con sectores vulnerables sí, pero minoritarios… y las mujeres representan más de la mitad de la población.
¿Para qué entonces montar un escenario de atención y escucha? ¿Qué la postura no era hacer política de manera diferente? ¿Marcar una clara distancia con respecto a los usos y costumbres de la clase política corrupta y marrullera que hemos tenido? El error me parece grave, muy grave y creo firmemente que no había necesidad porque además los grupos defensores de derechos humanos, con tiempo expresaron y argumentaron su desacuerdo. ¿Qué tal negociar, gestionar, ejercer oficio político, discutir, convencer, aducir? ¿Por qué, en lugar de eso, sorprender e imponer? La carrera política de alguien avanza veloz… en picada.
Son malas noticias no sólo para las mujeres sino para todos los jaliscienses, hombres y mujeres a merced ahora de decisiones arbitrarias, autoritarias, lejanas varios años luz de lo prometido y comprometido. Qué decepción tan grande.
Y parece que hacen la mancuerna perfecta ¿no? Me refiero a Alfaro y a Caro. Desde antes claro, pero ahora queda en evidencia de una manera burda; adiós a las esperanzas de contrapeso y equilibrio. Las “explicaciones” de Caro de por qué se adelantó la sesión y la votación de la iniciativa para desaparecer el IJM, la verdad que están para guardarlas en el archivo donde se almacenan las más grandes bajezas de la clase política mexicana; Caro hace gala de estulticia, carece de habilidades políticas, no sé qué hace ahí.
Me gustaría saber qué dicen y piensan las mujeres que trabajan con Alfaro, Margarita Sierra por ejemplo. ¿Y qué pasó con el voto a favor de Mara Robles y de las otras mujeres del MC? ¿Para qué sirve o quién podrá creer en la “bancada de mujeres” en el Congreso del Estado pomposamente armado en noviembre del año pasado con la idea de dar seguimiento a la agenda legislativa a favor de la igualdad de género y combatir la violencia? Claro, son ejemplo de cuando el activismo sólo sirve para llegar y alcanzar metas personales; de cuando las causas colectivas sólo sirvieron para trepar. Qué mal.
Ayer se publicó en medios que había una contradicción manifiesta en los colectivos, que pedían para México lo que rechazaban en Jalisco, pero no es así. Está claramente tergiversada la información. Para lo que no encuentro calificativos es la afirmación de Alfaro de que las “feministas inconformes” se aliaron con Morena, PRI y PAN para descalificar su propuesta cuando se había cuestionado desde el año pasado. ¿Así va a ser? ¿Cuándo algo no camine como él quiere entonces va a descalificar?
La actitud del gobernador Alfaro, la de Salvador Caro, las de las mujeres legisladoras que votaron a favor, las que guardaron silencio, el madruguete, el cierre de las puertas del Congreso a las activistas que querían manifestar su inconformidad e indignación, el desdén, las falsas promesas, el teatro, la simulación… todo eso es violencia.
¿Así va a ser? Si la respuesta es sí y no hay indicios de que se vaya a actuar de otra manera, apegada al sentir de la sociedad, sin engaños ni tretas mañosas, son malas noticias para Jalisco, muy, pero muy malas.

Columna publicada en El Informador el sábado 2 de febrero de 2019.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Tenemos tiempo

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

¿Será posible? ¿No se supone que habíamos superado las prácticas autoritarias y dictatoriales? ¿Que la democracia había adquirido carta de residencia? ¿Que simplemente se trataba de perfeccionar y consolidar? Una vez más, nuestro sistema político electoral queda en evidencia con las prácticas que le conocemos tan bien al PRI y al más puro y viejo estilo el “dedazo” hace su aparición en escena.
Lo peor de todo es que amplios sectores de la sociedad se tragan el cuento. No los juzgo. Lo he dicho y escrito en otras ocasiones: el sistema está diseñado para mantener a las mayorías en pobreza y pobreza extrema y sin educación o con educación de pésima calidad. En un entorno así no se genera conciencia y es fácil “convencer” con tarjetas de cien o de quinientos pesos y también infundiendo miedo. Lo tienen tan probado y con tal éxito, que ahora se regresa a los tiempos del cinismo y la desfachatez con un dedazo vil y vulgar.
A quienes de pronto sí juzgo son a los que, desde ambientes hasta cierto punto privilegiados, repiten el discurso inventado por el mismo sistema de: no-importa-el-partido-sino-las-personas o el-candidato-es-lo-que-cuenta y aberraciones por el estilo, con todo y que está más que probado que el sistema es el mismo, no ha cambiado ni siquiera con la alternancia, una de las mayores farsas de nuestra historia reciente.
Tenemos tiempo de aquí a las elecciones de 2018 para cambiar las cosas. Para cambiar nosotros mismos nuestras percepciones, pararnos desde otro sitio y ser capaces de detectar las malas intenciones, la manipulación, la tergiversación de dichos y hechos de los otros. De despertar pues, en otras palabras.
Tenemos tiempo para estar atentos a personas y procesos y con calma y hasta con frialdad, tomar las mejores decisiones que de verdad signifiquen mejores condiciones de vida para los mexicanos.
Sé que no es la primera vez que lo digo y que hasta ahora no ha funcionado, pero creo en que hay que insistir, en no podemos ni debemos cansarnos, no quitar el dedo del renglón y volver a intentarlo. El poder es un asunto complejo. Los mejores intencionados terminan absorbidos por él y cooptados por el sistema. Y hablo de México y el mundo. Una vez instalados, cobijados por la buena vida y un sistema que los sobreprotege, entonces la sociedad deja de estar en el foco de sus intereses y la soberbia y la mezquindad campean. Las necesidades sociales son algo hasta estorboso y no se nos ocurra a periodistas y ciudadanos hacer la más leve crítica porque entonces viene la intolerancia y las descalificaciones de quienes considerábamos eran las mejores opciones en el espectro electoral.
Es muy difícil, desde adentro (seguro habrá quienes lo hayan intentado, sin éxito hasta ahora) y no se diga desde afuera, pero no queda otra. Hay que seguir y tenemos tiempo. Apenas se van definiendo candidatos y mientras no modifiquemos radicalmente el sistema es lo que hay. Es una vergüenza pero es lo que tenemos; y de pronto parece un callejón sin salida pero llegará el día, porque además hay generaciones de jóvenes que verdaderamente alimentan esperanzas de que es posible y de que sucederá más temprano que tarde.

No merecemos este gobierno. Nadie vota conscientemente por el peor y constantemente desde diferentes trincheras se señalan errores y omisiones, hay marchas, manifiestos, expresiones de descontento, ideas y propuestas concretas desde la academia. A muchos nos agobia la impotencia pero hay que insistir, México es un país de gente trabajadora y noble; gente pacífica que merece un mejor futuro, una realidad distinta; merecemos vivir en paz, con justicia, con ingresos suficientes para la satisfacción de las necesidades y no mínimamente, bien; con buenos trabajos y buenos sueldos; con acceso a una buena educación, a salud, a recreación; a sistemas de transporte y de disposición de desechos sólidos modernos; con seguridad para nosotros y para nuestros hijos; merecemos una sociedad con oportunidades, en donde sea posible albergar proyectos personales y familiares realizables; en donde la desigualdad se abata paulatina y constantemente y entonces sí nos sintamos cómodos con una democracia real y efectiva. Es posible y estamos a tiempo.

Columna publicada en El Informador el sábado 9 de diciembre de 2017.

jueves, 29 de junio de 2017

Dijo lo que dijo

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Las malas experiencias en medios estadounidenses por no verificar la información antes de publicarla han endurecido las reglas y las normas que se deben cumplir antes de que un trabajo periodístico merezca un espacio virtual o en la edición impresa, de periódicos cuyo prestigio no está en tela de duda como The New York Times.
Es claro que el Presidente de México no tiene o aparenta no tener, un conocimiento mínimo de cómo funciona el periodismo en Estados Unidos, incluso en México, sin contar el periodismo advenedizo, corrupto y consecuente claro está; de ese, seguro, conoce muy bien el modus operandi. Del otro, lejos de reconocerlo como periodismo de alto nivel, responsable, independiente y comprometido con la sociedad, ha dado muestras de desdén y de molestia por las publicaciones que sí, lo han afectado y a su familia, severamente a lo largo de este sexenio que fenece.
Todo esto ha quedado en evidencia con su reacción tardía al reportaje que apareció apenas el miércoles en The New York Times, firmado por Azam Ahmed y Nicole Perlroth y tituladoSomos los nuevos enemigos del Estado: el espionaje a activistas y periodistas en México”. Se trata de un trabajo impecable, con todas las fuentes y las referencias necesarias para tener la seguridad de que el contenido es verdadero, y expone —objetivo y función del periodismo de investigación— una realidad que cayó como losa de cientos de toneladas sobre la clase política nacional, pero que hasta el momento sólo ha merecido respuestas tibias, desafortunadas y contradictorias que, en suma, despiertan más sospechas que certezas.
De entrada, el vocero de la Presidencia de la República afirmó que no hay pruebas. Esta simple sentencia deja en claro que hay molestia, una gran molestia, similar a la que generó el tema de la Casa Blanca. Ahora sí que como decía mi abuelita: “se hacen del delito” ¿por qué? Porque si no hay nada que temer, creo yo, la primera reacción debió haber sido algo así como: “es lamentable que periodistas y activistas estén siendo sometidos a un presunto espionaje como se ha denunciado, pero el Gobierno de la República, respetuoso de las libertades civiles especialmente de la libertad de expresión y de las causas sociales que enarbolan los activistas, atenderá este asunto para dilucidar quién o quiénes están detrás de estas prácticas, se fincarán responsabilidades y se tomarán medidas para que esto no suceda nunca más por ningún motivo”.
Digo, aunque también hubiera costado trabajo creer una reacción así, por lo menos se están haciendo responsables en lugar de descalificar de inmediato, como hizo Peña aquí en Jalisco al día siguiente. Descalificar no, de hecho, bueno, eso está siempre implícito en sus mensajes tratándose de prensa libre y comprometida, sino amenazar, cito textual: “al amparo de la ley pueda aplicarse la justicia contra aquellos que han levantado estos falsos señalamientos contra el gobierno”.
Dijo lo que dijo. Nada de que: lo que el Presidente quiso decir… No. Se  expresa una vez más el coraje por lo publicado en esta y en otras partes del discurso como cuando afirmó “resulta muy fácil convocar para que se señale al gobierno como una entidad que espía, nada más falso que eso, porque ninguna de las personas que se sienta agraviada, puede afirmar o mostrar o evidenciar siquiera que su vida se haya visto afectada, lastimada, por estas supuestas intervenciones, por ese supuesto espionaje…”. Ademanes de desdén incluidos.
Esto es lamentable y como afirman varias organizaciones civiles que reaccionaron al discurso, es preocupante. La actitud presidencial es contra quienes denuncian, contra las víctimas de espionaje; en lugar de manifestarse de su lado precisamente porque se trata de una práctica ilegal que, como el mismo Peña dijo “no cabe en una democracia”. Porque efectivamente no cabe en una democracia, pero sí existe y si se practica, si ha costado tantos millones de dólares y si sí hay afectados ¿y la democracia?

Los señalamientos de parte de los periodistas y activistas, afectados y no (esto ha propiciado cierta unión del gremio) se endurecieron: “al condenar al fracaso las investigaciones, al normalizar el impacto de los intentos de espionaje en la vida de las personas, al restar importancia a las intervenciones y, sobre todo, al proferir una preocupante amenaza a las y los denunciantes, el Presidente Peña Nieto ha mostrado que no será capaz de investigarse a sí mismo”. A ver cómo responde a la exigencia de constituir un panel de expertos para que funja como escrutador de las investigaciones de la PGR. A ver. Dijo lo que dijo, pero si quiere enmendar, esta propuesta es una oportunidad.

Columna publicada en El Informador el sábado 24 de junio de 2017.

sábado, 27 de febrero de 2016

Complicado

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Cómo me gustaría, algún día, cuando en verdad alcancemos la madurez política, escuchar que políticos de oposición al gobierno que sea, se muestran comprensivos y solidarios. Ojo, no se me vaya a malinterpretar: tampoco se trata de ser consecuentes, cerrar los ojos o sembrar para cosechar cuando sea necesario gozar de impunidad.
Y tengo que ir por partes porque, efectivamente, lo que quiero comentar es complicado. El tema es el relativo a la grabación que de Hugo Luna se filtró la semana pasada y que, como es común en estos casos, todavía da de qué hablar. Han pasado ocho días y las reacciones persisten incluida una denuncia penal por la presunta comisión de tres delitos presentada por el PAN Jalisco; amén de las expresiones de otro Hugo, pero Contreras, en el sentido que los dichos de Hugo Luna, jefe de Gabinete de Enrique Alfaro, presidente municipal de Guadalajara, “lastiman y ofenden”.
Para empezar, la cuestión es que ningún partido y, por ende, ninguno de los representantes actuales, sin entrar en mayor detalle porque hay diferencias, tiene algo así como la boca completa para criticar y señalar. La verdad es que aquí no hay quien arroje ninguna piedra porque no hallaremos a nadie libre de culpa.
Sus conductas como funcionarios, representantes populares o servidores públicos no son exactamente ejemplares y, en todo caso, tendrían mucho que cuestionar hacia el interior de sus propios partidos políticos. Tanto en el caso del PAN como del PRI podrían aprovechar la coyuntura para enmendarse y de una vez ofrecer disculpas por agravios añejos infligidos a los ciudadanos.
¿A qué me refiero con la comprensión y la solidaridad? Las filtraciones son prácticas cuestionables por donde se le vea. Quien graba una conversación ya tiene la intención de hacer uso de ella, ya sea para chantajear o simplemente para hacerla pública. No tendría que ser así, porque, incluso, si la grabación no iba como se esperaba, pues hasta se podría uno imaginar la manipulación correspondiente para que quedara grabado lo suficiente para inculpar, señalar, juzgar y demás.
Entonces, todos los políticos deberían unirse para evitar estas prácticas y, al mismo tiempo, si no resulta muy difícil, signar un compromiso real e inviolable, de transparencia y rendición de cuentas. ¿Por qué no lo hacen? Porque todos, más tarde o más temprano —siempre se puede ofrecer— tendrían la posibilidad de acceder al mismo recurso, muy ajeno a los valores democráticos, por cierto. Así que no, ni comprensión, ni solidaridad, mucho menos un frente común. Malo.
Por supuesto, la postura de Hugo Luna que sus palabras y sobre todo el tono dejan de manifiesto, es de alguien por lo menos, así, por lo bajito, autoritario. El directamente involucrado sostiene que la grabación está editada y esto si lo pongo en duda, nada más y nada menos por el mensaje de Alfaro a través de Facebook quien tuvo que contestar punto por punto los dichos de su colaborador, ofreció disculpas y dio la cara como responsable de incluir entre su equipo a su actual jefe de Gabinete.
Sobre esto dos cosas: la primera, celebro el mensaje del presidente municipal. Me parece honesto, derecho, claro y transparente, de frente a la ciudadanía para justificar la actuación  de su jefe de Gabinete; la segunda, lamento que lo sostenga. Se podría alegar que no hay delitos implícitos ni presuntos en lo que dijo el funcionario y está bien, no hay problema, pero de fondo hay una actitud más mala que buena y que se perfila como causante de futuros problemas al Gobierno municipal si Alfaro no toma cartas en el asunto. Esta actitud suya de sostener en los puestos a los individuos a costa de lo que sea es una espada de doble filo que, aguas, se podría volver en su contra, convertirse en un efecto perverso y, lógicamente, indeseable por donde se le vea.
Un partido distinto a los tradicionales es gobierno en Guadalajara (y casi en toda la zona metropolitana) y las expectativas de la ciudadanía son altísimas, como nunca antes desde que conocemos la alternancia. Es muy delicado el ambiente en el que esto se desarrolla porque la mira está en las autoridades, la gente está atenta y no se diga la oposición que, como siempre, no desaprovecha oportunidad alguna para denostar y llevar agua para molinos electorales, que no sociales.
No es momento para correr tan altísimos riesgos con individuos que no tienen medida ni límites y que podrían estar sufriendo las tan conocidas transformaciones o mutaciones que causa el poder. Complicado, sí, pero no irremediable.

Columna publicada en El Informador el sábado 27 de febrero de 2016.


sábado, 5 de diciembre de 2015

Noticias de Galeano

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Todas las causas de América Latina, la profunda, la prehispánica, la de las venas abiertas, la esquilmada y explotada, la reprimida y desigual; la América Latina con sueños de grandeza y escaso margen de maniobra; la América Latina pobre, violenta y violentada; la de la resistencia, la de estudiantes activos y activistas a los que cantó Mercedes Sosa; la América Latina biodiversa, natural y palpitante, productora de piedras preciosas, metales, maderas, frutas y drogas; todas sus causas, las de la gente, las justas y dolorosas, las añejas y las recientes, las históricas y hasta las del futuro, eran las causas de Eduardo Galeano.
Escribió, gritó y lloró por ellas y por todas las víctimas; murió con el dedo en el renglón, con sus propias venas abiertas como mimetizado, fundido con la América que tanto amo y seguramente sigue amando desde donde se encuentra, la América que es México y El Salvador y Ecuador y Uruguay y Chile y Argentina y Perú… del Río Bravo a la Patagonia más los millones de hijos de la América meridional y septentrional que viven y trabajan en Estados Unidos y Canadá.
Hoy tenemos noticias de Eduardo Galeano, de sus pensamientos, preocupaciones y dolores, gracias a que estuvo en Guadalajara su compañera de 40 años de vida, Helena Villagra, quien al recibir el Doctorado Honoris Causa en su nombre, expresó con puntualidad lo que sabía dolió profundamente a Galeano: la desaparición de los 43 jóvenes de Ayotzinapa y a ellos dedicó el reconocimiento que otorgó la Universidad de Guadalajara apenas este jueves.

Eduardo Galeano. Cultura colectiva.

Este hecho, tan doloroso para los deudos que siguen exigiendo con la consigna “vivos de los llevaron, vivos los queremos”, se ha convertido en un caso emblemático y simbólico que representa a muchos otros provocados por los abusos de poder, por la represión que caracteriza a los gobiernos autoritarios, por la falta de respuestas satisfactorias, por el desdén que desde el poder se hace de las demandas sociales y ciudadanas; porque es evidencia de las injusticias de un sistema obsoleto y corrupto cuya estructura perversa parece diseñada así para aplastar a la sociedad de la que vive.
Esta realidad no es exclusiva de México y lo digo así no para que sirva de consuelo en lo absoluto, sino por las causas de Galeano y porque las cuentas pendientes en la región se acumulan e incrementan de manera exponencial sin que se modifique el estado de cosas a favor de los habitantes de este vasto y maravilloso territorio; no profunda ni permanentemente, paliativos y épocas efímeras de bonanza que luego se agotan por lo mismo.
De alguna manera Galeano estuvo aquí y a través de Helena volvió a poner el dedo en la llaga porque los 43 normalistas de Ayotzinapa ahora son bandera.
Hay voces que manifiestan hartazgo sobre el asunto y sostienen que los padres de los muchachos ya lo deberían olvidar; que se resignen a que sus hijos no aparecerán nunca; que quedará impune como tantos otros crímenes de Estado y, por lo tanto, mejor se vayan a sus casas a llorar sus pérdidas. Hay otras voces que desconfían de los deudos de los normalistas, los fiscalizan y hasta hacen cálculos del dinero que se gastan en sus viajes y manifestaciones y llegan a decir que eso es realmente lo que les importa, andarse paseando por el mundo.
Y entonces llega Eduardo en la voz de Helena y esta noticia reaviva la causa; confronta a los que se resisten a que se haga justicia y se convierte en una llamada de atención no nada más para el Estado que debe responder sino para la sociedad que olvida, que no quiere saber, que trata de evadir siempre que puede y se dice enfadada.
Los #43 de Ayotzinapa eran también una causa de Galeano y debería ser de todos porque así, esa causa no es otra cosa que una aspiración de justicia, de rendición de cuentas y de paz para todos.

Columna publicada en El Informador el sábado 5 de diciembre de 2015.

lunes, 24 de agosto de 2015

Autoritarismo

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

¿Desde cuándo varias voces y en diferentes espacios hemos dicho que el autoritarismo es una realidad en México? En los años de la hegemonía priista antes de la alternancia del año 2000 no había dudas al respecto y bueno, esa conducta de la clase política era lo cotidiano. Ilusa e ingenuamente creímos que con el triunfo del PAN el autoritarismo se acabaría pero no fue así. Y luego dicen, algunos, que vivimos en plena democracia y que los consensos y no sé cuántos cuentos más.
Por supuesto que en el discurso, todos los políticos, de todos los partidos lo niegan rotundamente, sin embargo, la mímesis es tal que, por lo menos en dos casos ya, documentados ampliamente en Jalisco, se dejó de lado la simulación, no por desecharla de manera deliberada, sino porque el autoritarismo está tan arraigado en ellos, es algo tan profundo y tan marcado, tan consubstancial de sus personalidades, que es lo normal; y aun cuando sus actitudes son abiertamente autoritarias ellos no se percatan y hasta creen que están haciendo lo correcto.
Hoy iba a escribir sobre otro asunto, el teatro, farsa o vodevil corriente siempre de los partidos políticos en la dizque renovación de sus dirigencias, pero el tuit de Aristóteles Sandoval, gobernador de Jalisco, motivó el cambio inmediato de tema porque resulta que esa actitud autoritaria, que no es exclusiva de él, nos está causando un daño y un deterioro en el tejido social y en la relación entre gobernados y gobernantes, descomunal, no es nuevo, pero pese a las denuncias, quejas y manifestaciones, persiste y se recrudece.
La noticia es que, si acaso alguien creyó que habría cambios cuando el PRI regresara al poder, pues no, error rotundo. Y se actúa de esta manera como si nada.
¿Cuáles son los dos casos documentados en Jalisco? Emilio González Márquez sin duda alguna es uno de ellos cuando en aquella borrachera infame nos mentó la madre sin recato y hasta con el permiso del cardenal Juan Sandoval, a todos los que criticamos la famosísima macrolimosna.
La frase más autoritaria de aquella perorata del ex gobernador fue: “La gente votó por mí” infiriendo con esto, claro, que tenía una especie de cheque en blanco para hacer lo que le diera la gana sin esforzarse siquiera en la búsqueda de consensos mínimos, actitud contraria per se al autoritarismo.
Y ahora Aristóteles, con la mano en la cintura, escribe el siguiente tuit, inconcebible realmente, de escándalo si se supone que el sistema político en México es democrático: “Todos los jaliscienses tienen derecho a expresarse y manifestarse, pero ello no representa una medida de presión para el Ejecutivo”. Es cierto, así actúa la clase política, no debería ni sorprendernos, es lo normal para él y para tantos otros que se rigen bajo los mismos principios, tan claros que son una definición básica en el Diccionario Político de Norberto Bobbio:  En la tipología de los sistemas políticos se suele llamar autoritarios a los regímenes que privilegian el aspecto del mando y menosprecian de un modo más o menos radical el del consenso, concentrando el poder político en un hombre o en un solo órgano y restando valor a las instituciones representativas.
Lo curioso es que en este tipo de regímenes, la oposición por ejemplo, está reducida al mínimo y es perseguida, por lo general, cosa que no sucede en México, lo que es más, partido que llega al poder, partido que no puede frenar sus ímpetus autoritarios.
Hablo de dos casos en Jalisco, uno del PAN y otro del PRI; pero el autoritarismo, una de cuyas características es la censura, lo práctica este Presidente y lo hicieron los anteriores, de manera que la democracia que vivimos en México es sólo una ficción, un parapeto costosísimo.
La cuestión es que los regímenes autoritarios, aun cuando no encajen exactamente en la definición de Bobbio, despiertan a las sociedades. Ya llevamos mucho así, vamos a ver hasta cuándo, sobre todo ahora que alguien ya lo dijo abierta y públicamente; sí, quizá faltaba que se pronunciara con todas sus letras, que para los políticos los ciudadanos no somos importantes; ya sin una actitud hipócrita, a ver cómo se mueven las cosas. Digo, si es que esa fue la intención.

Columna publicada en el El Informador  el sábado 22 de agosto de 2015.

jueves, 26 de febrero de 2009

Buenas Noches Metrópoli 250209 (1)

Primera parte de la entrevista con Iván Rodríguez y Teresita Morfín, académicos del Departamento de Salud, Psicología y Comunidad y Jorge Enrique Rocha, del Centro de Investigación y Formación Social, responsable del Programa por los Derechos Humanos y la Paz, del ITESO. Tema: Evasión.Radio Metrópoli 1150AM (Programas)
http://www.ondasdealegria.com/h22/022522.html
La Estación de las Noticias
http://www.notisistema.com

Buenas Noches Metrópoli 250209 (2)

Segunda parte de la entrevista con Iván Rodríguez y Teresita Morfín, académicos del Departamento de Salud, Psicología y Comunidad y Jorge Enrique Rocha, del Centro de Investigación y Formación Social, responsable del Programa por los Derechos Humanos y la Paz, del ITESO. Tema: Evasión.
Radio Metrópoli 1150AM (Programas)
http://www.ondasdealegria.com/h23/022523.html
La Estación de las Noticias
http://www.notisistema.com

Crónica sincrónica

México: un tiempo nuevo     Laura Castro Golarte     El aguacero estaba a punto. Amenazó todo el día y los charcos en las esqu...