sábado, 23 de mayo de 2009

Abuso electoral


LAURA CASTRO GOLARTE

Casi todos los jaliscienses, por no decir que todos, hemos registrado puntualmente todo lo sucedido en el Estado con respecto a la influenza humana. Primero, cuando a nivel nacional se decretó la alerta sanitaria, en Jalisco no pasaba nada.
Y días después, tampoco. El gobernador Emilio González Márquez se vanagloriaba de que Jalisco estaba libre de influenza, entonces todavía porcina. Todos los días ofrecía una conferencia de prensa en donde informaba al respecto y hasta se daba el lujo de inaugurar obritas aquí y allá sin cubrebocas, él y todos los colaboradores que lo acompañaban.
Seguramente el lector recuerda que cuando se decretó la suspensión de clases en todo el país, el secretario de Educación dijo que en Jalisco no era necesario y que por lo pronto, ese día, habría clases incluso para los estudiantes del turno vespertino.
Muy poco tiempo después cambió el panorama: se confirmaron los primeros casos de influenza humana y día con día aumentaban de manera exponencial. Hasta el jueves pasado eran 111 y cientos aún las pruebas pendientes.
Entonces se ampliaron en Jalisco la emergencia, la suspensión de clases y de las actividades económicas que implicaban la congregación de más de 20 personas en un solo espacio.
Ya después se supo que el Ejecutivo envió tarde las muestras de los pacientes sospechosos y de varios ejemplos de negligencia, documentados en este diario.
En este contexto, y después de la advertencia de varios sectores y ciudadanos de que la alerta epidemiológica no se usara con fines político-electorales, ahora el gobernador aparece (voz e imagen) en medios de comunicación electrónicos para reiterar una y otra vez las medidas de prevención y los cuidados que todos debemos tener para protegernos contra el virus (además de que ha pospuesto la atención de otros asuntos porque está muy ocupado con el asunto de la influenza).
La cosa es que estamos en plenas campañas, y la ley expresamente prohíbe que en estos tiempos los gobernantes usen su voz y su imagen para difundir mensajes, aun cuando tengan que ver con salud y educación.
Es tan fácil como emitir mensajes institucionales y omitir la figura del Ejecutivo estatal, pero no, había que aprovechar… es un claro y burdo abuso electoral.
La autoridad electoral, tan limitada, tan constreñida, se concretó a hacer una exhortación (no tiene más recursos o facultades) al Ejecutivo para que modifique los mensajes y se suprima la aparición del gobernador. Hasta el día de ayer no se había atendido el llamado.
Lo malo, muy malo, es el abuso; lo bueno, muy bueno, es que la gente sí se da cuenta.

Artículo publicado en El Informador el sábado 23 de mayo de 2009.