sábado, 18 de julio de 2009

Y...

LAURA CASTRO GOLARTE

La realidad nacional se nos viene encima: delincuencia, crimen organizado, corrupción, crisis económica, ineptitud, negligencia, irresponsabilidad, vanidades y banalidades, lucha encarnizada por el poder, egoísmo, falta de escrúpulos, insensibilidad… los niños de Hermosillo.
La clase política ha actuado de manera criminal porque ahora que se destapó la caja de Pandora (y seguramente no ha salido toda la podredumbre), no hay grupo político o partido que se salve. Los datos que han ido aflorando, muy lentamente por cierto, son un reflejo indiscutible de la descomposición de nuestra clase política, que así, no le sirve a la sociedad mexicana.
No sirve que se recriminen mutuamente, ni los paliativos, ni las medidas a posteriori, mucho menos los puntos de acuerdo para condenar y llamar a cuentas… para nada.
Para las familias de los pequeñitos, que todavía tienen que soportar privilegios burocráticos, como las vacaciones de los ministros de la Suprema Corte de Justicia, no hay ni habrá acción alguna que les dé consuelo, pero sí serviría un poco, creo, a ellos y a todos los mexicanos, un mea culpa de las “autoridades”, un reconocimiento sincero del daño que hace la corrupción acumulada durante décadas, alimentada en los últimos años; aceptar permisividades y omisiones. De cómo ahora, por cerrar los ojos en un remolino imparable de complicidades mutuas, 48 niños están muertos.
Podrían reconocer que fallaron, que a pesar de la alternancia las redes de intereses ajenos a los de la nación no se han roto, antes bien se han fortalecido; podrían aceptar también que les falta carácter, que no tienen agallas para dar la cara y meter en cintura a quienes con fachada de legalidad o desde la oscuridad y la ilegalidad, mueven los hilos de este país.
Podrían por lo menos decir que tienen miedo y que sí, tragedias como la de Hermosillo salieron de su control y después igual se les fue de las manos, como otras, como tantas. Y podrían actuar, no hacer como que hacen. Ya nadie les cree.
Y mientras los padres de los niños esperan a que los ministros terminen de vacacionar, los mexicanos nos tenemos que contentar con la oferta de un vale de 15 mil pesos para cambiar el automóvil; y tenemos que escuchar ahora y mañana también, que México no está peor que otros países; y que nos acercamos a la “normalidad” democrática; y que un delincuente invita al Presidente de la República a pactar; y en Michoacán y Chihuahua tienen que soportar un virtual estado de sitio y en Jalisco la guerra civil panista y la ineptitud de los gobiernos; y… y… y…

Artículo publicado en El Informador el sábado 18 de julio de 2009.