lunes, 8 de marzo de 2010

Lo sabíamos

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE

Todos lo sabíamos. Son esas acciones de nuestra clase política que sus miembros niegan sistemática y enfermizamente pero que todos sabemos que practican un día sí y otro también, siempre con fines electorales. Y no las reconocen porque están seguros de que todavía pueden tapar el sol con un dedo y a la sociedad darle atole con el dedo.
Me refiero al asunto expuesto apenas el jueves por el presidente nacional del PAN, César Nava, quien reconoce los acuerdos “extraoficiales” entre su partido y el PRI para que éste aprobara el paquete fiscal 2010 a cambio de que Acción Nacional no buscara alianzas electorales en el Estado de México (léase Enrique Peña Nieto).
La reacción del PRI no se hizo esperar: los senadores del tricolor, encabezados por Manlio Fabio Beltrones, lo niegan rotundamente y llaman a Nava y al Gobierno federal “mediocres y mentirosos” cuando hace menos de un mes Francisco Rojas, priista también, habló públicamente del asunto (La Jornada, 19 de febrero de 2010), como si nada, aun antes de las declaraciones de Nava, que por cierto, se dan unos días después de la obstrucción a su solicitud de licencia en la Cámara baja.
En el comunicado de los senadores priistas se remarcan los adjetivos ya citados al referirse al dicho del presidente del PAN, de que el Presidente de la República no estaba enterado del mentado acuerdo y sostienen: “Es una ingenuidad que nadie en sus cinco sentidos podría atender”. Pues ahora sí que, lo mismo digo.
Por supuesto, la descomposición de los políticos mexicanos queda aún más en evidencia; sus protagonistas están instalados en el cinismo y la falta de escrúpulos.
Seguramente el lector recuerda que el año pasado, cuando se negociaba el paquete económico 2010, nos marearon con la propuesta de un incremento generalizado de 2% en el impuesto al consumo. Y mientras había desgarre de vestiduras y reacciones en contra al por mayor, los legisladores acordaban aumentar en 1% el IVA, cosa que finalmente sucedió y ahora pagamos todos.
Al empezar este año entraron en vigor aumentos sorpresivos en gas y gasolina y en su momento, en los dimes y diretes entre diputados y senadores quedó en evidencia que se habían dado acuerdos a escondidas de la opinión pública con fines electorales, sin embargo, como siempre, todos lo negaron.
El tema aparentemente había concluido hasta que con las alianzas bizarras entre el PAN y el PRD con el único propósito de “destronar” al PRI en las entidades federativas en donde sigue siendo hegemónico, la olla de grillos ahora es un hervidero de alacranes y bueno, nos están “regalando” uno de los espectáculos más lamentables, desalentadores y nauseabundos que si bien, ya Conocíamos, a lo mejor no queríamos ver de una manera tan obvia y descarada.

Artículo publicado el sábado 6 de marzo en El Informador.