domingo, 22 de mayo de 2011

Puerta del Sol

CIUDAD ADENTRO

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

La descomposición de la clase política es mundial. Lo he dicho y escrito en muchas ocasiones y la muestra más clara y reciente, son las manifestaciones en España, no contra alguna injusticia en particular, no a favor de los derechos humanos o de grupos minoritarios, tampoco en defensa de los animales, ni por cuestiones de género o discriminación, las protestas son contra la clase política.
El pueblo español, cuya clase política tuvo la capacidad de hacer a un lado las diferencias para sacar al país de la crisis con el famoso Pacto de la Moncloa, sabe que cuando los gobernantes y actores políticos ponen por encima a la nación, mucho más alto que sus intereses partidistas, personales o de grupo, un cambio es posible, hacer la diferencia es posible.
Pero de algunos años a la fecha, como en otras latitudes, la clase política no tiene más interés que el electoral, es decir, la lucha por el poder, a costa de lo que sea, de los ciudadanos, de la economía, de la honestidad, de la transparencia. No importa cuántos principios se violen, ni cuántos valores se tergiversen, ni si se atenta una y otra vez contra la democracia.
Y, en realidad, no hace mucho tiempo que la situación en España está mal, pero los españoles ya se cansaron y salieron a las calles y se plantaron en la Puerta del Sol en Madrid, apenas unos días antes de las elecciones que son mañana, para manifestar su rechazo a la clase política, para decir que están hartos del bipartidismo, para protestar porque si no tienen empleo es por la ineficiencia de la clase política, por la corrupción, los malos manejos, las decisiones equivocadas y la soberbia de los gobernantes.
La Junta Electoral española prohibió que hoy y mañana los manifestantes en la Puerta del Sol sigan protestando y llamando a “no votar” y los españoles, cuyo número en la plaza crece día con día proveniente de todas las regiones del país, acordaron que no violarán la prohibición, pero que sí elevarán un grito mudo porque su inconformidad no cesa.
Ciudadanos de Italia, Alemania y Francia se han manifestado en solidaridad con el llamado M-15 español, pero también por la mala actuación de sus clases políticas.
Los dichos, las consignas y las frases que repiten los manifestantes son las mismas que escucho aquí en México, son las del movimiento anulista de 2009, las de la marcha por la paz y la justicia y la de tantos otros mexicanos que han tomado las calles hartos de que la democracia no sea real, como piden en España.
Con todas las salvedades, las proporciones guardadas y los diferentes contextos, podríamos decir que aquí pasa lo mismo y creo que no faltará mucho para que la sociedad, cansada de una clase política que pareciera vive en otro planeta, encuentre su Puerta del Sol.

Artículo publicado en El Informador el sábado 21 de mayo de 2011.