jueves, 18 de agosto de 2011

¡Qué desastre!

CIUDAD ADENTRO

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Lejos, muy lejos de tener noticias de algún ligero cambio de rumbo en nuestra clase política, para bien claro, va de mal en peor y el panorama es día con día más desalentador. Esta semana se lucieron y son varios los ejemplos que confirman, una vez más, que los mexicanos, con nuestras necesidades, nuestra evolución, nuestra conciencia y percepciones, vamos por una vía; y los políticos, por otra, ajenos totalmente a una realidad que se nos viene encima como lápida.
Mientras sufrimos a partir de hoy el impacto de otro “gasolinazo”, debemos soportar los más recientes dichos del secretario de Hacienda, Ernesto Cordero (que, dicho sea de paso, no sé cómo es que aspira a la Presidencia de la República si desconoce a la sociedad mexicana), quien a pregunta expresa sobre qué podía recomendar a los “ciudadanos de a pie” en un contexto de turbulencias económicas, respondió que comprar Cetes o invertir en la Bolsa Mexicana de Valores, porque está subvaluada, dijo y ahorita “se puede comprar barato”.
Debería ocuparse ahora, el secretario, de difundir sus recomendaciones entre los 52 millones de mexicanos que viven en pobreza. También dijo que no teníamos de qué preocuparnos mientras el sistema capitalista se desmorona, que por las reservas internacionales, la fortaleza y bla, bla, bla.
Otro ejemplo que de plano, avergüenza, es el circo que protagonizaron el secretario de Vialidad, Diego Monraz (PAN) y el presidente municipal de Guadalajara, Aristóteles Sandoval (PRI). Verdaderamente es un desastre que la clase política exhiba esta clase de conductas que para la ciudadanía representa costos, retrasos y molestias. El primero “adelantándose” e interfiriendo en una obra municipal (reflejo de un pleito añejo, irracional y egoísta) y el segundo sintiéndose ofendido y recurriendo a calificativos como “cinismo y descaro”.
Una más: la reaparición del ex diputado local, Samuel Romero Valle, perredista, quien ha sido cuestionado –junto con otros— por una serie de irregularidades denunciadas y presuntamente cometidas (o toleradas) por los integrantes de la legislatura anterior. Se presenta dizque a “dar la cara” y resulta que no se acuerda de nada, mucho menos de bonos o cosas por el estilo.
O la afirmación del gobernador del Estado, Emilio González Márquez, de que el porcentaje de pobres en Jalisco no se ha incrementado. Ya el Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social dijo que no, pero si acaso el gobernador tuviera razón, valiente consuelo.
Y, casi para terminar, Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de la República, acaba de descubrir el hilo negro: “… la cercanía con la economía más importante del mundo afecta a los mexicanos”. Y remata: “pero las turbulencias financieras pegan a las naciones desarrolladas”. ¡Ah bueno! Entonces no tenemos de qué preocuparnos porque, efectivamente, no somos una nación desarrollada.
Así están las cosas y, para documentar el optimismo, un hada de plástico causa revuelo en Guadalajara, casi como preparación para recibir a las reliquias que vienen en camino. ¡Qué desastre!

Artículo publicado en El Informador el sábado 13 de agosto de 2011