domingo, 25 de septiembre de 2011

No se nota

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Que el gobierno de Emilio González Márquez está dando resultados y seguirá dando; que en los últimos 11 años se ha avanzado en el combate a la pobreza en el país; que México está preparado para sortear la crisis económica mundial que se avecina; que la tasa de migración hacia Estados Unidos es prácticamente de cero; que se suman éxitos en el combate al crimen organizado; que no habrá guerra sucia electoral; que ciertas decisiones de la cúpula política contribuyen a la unidad; que se otorgaron permisos que no se dieron y viceversa. Que estamos mejor, que la calidad educativa crece y que en México se está trabajando por dar oportunidades a los jóvenes con escuela, empleo y hospitales…
Muchas mentiras son dichas y repetidas cotidianamente, en México y allende las fronteras. Datos, cifras y conceptos difíciles de comprobar o de cotejar con otras estadísticas y otros números pero que sabemos no son ciertos porque no se nota la mejoría, en ningún sentido.
Porque sabemos un día y otro también, de alguien que se quedó sin trabajo y de quien desde hace meses lo busca sin éxito; de las irregularidades cotidianas en las escuelas públicas; de las represalias; de las inconsistencias y barbaridades de quienes se supone deben procurar justicia y luego de quienes la administran; porque cada día o cada semana, si es que es posible, registramos incrementos en los precios, porque no nos alcanza y en diferentes velocidades vamos sintiendo que perdemos calidad de vida, oportunidades de acceder a satisfactores, de aspirar a una vida más digna y armónica y sana y plena.
No se nota en las calles, no se nota en el transporte público, no se nota en la seguridad, no se nota en los servicios de agua y luz; no se nota en los sueldos y el poder adquisitivo, no se nota en las carreteras, ni en las plazas; no se nota en políticas públicas que tengan como propósito aplicar la ley y hacer que se cumpla; y sí, en cambio, en cómo se las ingenian desde el “servicio público” para corromperse y corromper. No se nota en las ventanillas de trámites; ni en la reducción de trámites; ni en el trabajo de muchos maestros, agentes de tránsito, policías, ministerios públicos y jueces; ni alcaldes o regidores o diputados.
No se nota cuando miles de jóvenes no salen en listas; ni en el número de desaparecidos, ni de muertos, ni de secuestrados, ni de victimados en diversas formas y magnitudes.
No se nota en la calidad del agua; no se recuperan ríos, ni se detiene la contaminación ni la tala clandestina; ni terminan las influencias y los abusos, los privilegios de quienes no se los merecen, ni sus altos sueldos ni sus faltas y omisiones; ni sus vacaciones en cualquier lugar del mundo.
No se nota ni se siente ni se ve el fruto del trabajo de un servidor público honesto, de uno.

Artículo publicado en El Informador el sábado 23 de septiembre de 2011.