martes, 19 de marzo de 2013

Reforma educativa


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)


Ayer hubo una mega manifestación que paralizó durante algunas horas buena parte de la Ciudad de México en un día especialmente conflictivo: viernes de quincena en la víspera de un fin de semana largo. Fueron maestros, alrededor de cuatro mil, de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, CNTE, inconformes por la reforma educativa. Al término de la marcha, en las puertas de la Secretaría de Gobernación entregaron un pliego petitorio que incluye, entre otras cuestiones, la derogación del Art. 3° Constitucional.
Sobre la reforma educativa recientemente dirigentes de padres de familia afirmaron que se deja la puerta abierta para que las cuotas que se cobran cada inicio de ciclo sean obligatorias y, en términos generales, esto es lo que ha trascendido, es decir, asuntos de tipo laboral por lo que hace a las demandas de los docentes; y la “preocupación” de que las cuotas vayan a ser obligatorias.
Tuve la oportunidad de entrevistar en esta semana al Dr. Miguel Bazdresch Parada, académico del ITESO experto en el tema educativo, quien explicó punto por punto qué sí es la reforma, qué no y qué le falta, por supuesto, a la letra, porque todavía está pendiente la ley secundaria correspondiente, es decir, el marco legal con todos los detalles para su puesta en marcha, a más tardar (según dicen), antes de que arranque el siguiente ciclo escolar. Falta esa ley entonces y, más importante, que se ponga en práctica.
Dos asuntos me parecen fundamentales, reitero, tomando en consideración la literalidad de la reforma: primero, en ningún punto se indica de manera expresa que se cobrará, es decir, se hace una sobre interpretación como explicó el Dr. Bazdresch y por lo general con ánimos manipuladores. Y, segundo, es un mito que la evaluación universal se usará para correr profesores, como sí se planteó como algo real cuando la maestra Elba Esther Gordillo todavía andaba en circulación hace más o menos año y medio.
Que hay preocupación, que no podemos pecar de ingenuos, que hay un trasfondo político, que nos están madrugando, que a la hora de la hora… bla bla bla. Para empezar, las cuotas ya se cobran y continúan las quejas de padres de familia porque en muchos planteles se condiciona el ingreso de los niños al plantel o la aplicación de exámenes. En esto es en lo que tenemos que poner atención y hacer valer nuestros derechos.
Y claro que queda en evidencia lo que no está en la reforma y es urgente, como la “reforma” en el gobierno educativo en todos los niveles, es decir, en las secretarías de Educación federal y de los estados; la parte urgente y básica que tiene que ver con la formación de los profesores y la revisión de la educación normal.
Los desafíos de la educación en México son grandes y complejos y se conocen. La reforma educativa atiende algunos pendientes añejos pero no es exhaustiva. Nos toca exigir que se avance, que se mejore, que incluya lo que falta y quede en evidencia la voluntad para que por lo menos en esta parte los cambios sean de fondo. Como sociedad sí toca actuar, dejar la posición cómoda y conformista, se trata de la educación de nuestros hijos y, aunque suene trillado, del futuro de México.

Artículo publicado en El Informador el sábado 16 de marzo de 2013.