miércoles, 18 de febrero de 2015

Hydra de Lerna

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

¿Pues no que las reformas que van a transformar a México y que para mover a México y no sé cuánto más? Lo peor es que en cuanto terminé de escribir la pregunta me quedó la sensación, una vez más, la certeza en realidad, de que no hay algo que se exponga, se argumente, se exhiba, se compruebe, que sea atendido por, en este caso, la Presidencia de la República. Sí, no habrá respuesta.
Instalados en el modo simulador, nada de lo que pasa a su alrededor en la calle, en la tierra, en las banquetas, en las casas, en las escuelas… pasa. Las-manifestaciones-son-injustas, son-intentos-desestabilizadores y, de plano, ya parece complot. Claro que no usa esa palabra porque todos recordamos quién empezó con eso y no es políticamente correcto.
Muy bien, dejo de lado estas banas disquisiciones para detenerme en una de las tan llevadas, traídas y cacareadas reformas estructurales, la educativa, la que sacará a México del atraso y conducirá al país a los límites del progreso y del primer mundo, al infinito y más allá.
He leído y escuchado diferentes posturas y versiones sobre el plantón de maestros en la Ciudad de México. Por lo general, los docentes son acribillados con insultos y se apela, como siempre, al derecho de los demás. Sí, tienen razón. Los unos y los otros. La ciudadanía se vuelca contra los profesores azuzada por los medios de comunicación que no van a fondo en el análisis del problema, en la reflexión sobre el conflicto.
Los maestros de la Comisión Nacional de Trabajadores de la Educación, la CNTE, como todos sabemos el organismo disidente del SNTE, sí, del sindicato del que era mandamás Elba Esther Gordillo, no están de acuerdo con algunos puntos de la reforma educativa —y lo señalamos hace tiempo— porque pueden ser herramientas fácilmente manipulables tanto por el Gobierno federal como por el propio sindicato (según dicen, el más poderoso de América Latina por su afiliación de más de un millón 200 mil docentes).
¿Cómo se haría la manipulación? Sencillo (en estos casos no hay imposibles): mediante la falsificación de resultados para impedir que profesores disidentes o simplemente críticos, mantengan su plaza. Claro que este pequeño detalle no se difunde con la amplitud necesaria.
Este es sólo un aspecto. Hay otros relativos al manejo de la nómina y al censo que se hizo el año pasado que dejó fuera a alrededor de seis mil profesores que ahora exigen ser incluidos, porque se les dejó de pagar, nada menos y nada más.
La reforma incluye cambios que eran un verdadero clamor ciudadano. Por ejemplo, las plazas ya no se heredan (controlar la venta será mucho más complicado) y quien llegue lo hará a través de concurso, es decir, si sus capacidades y habilidades así lo permiten. Sin embargo, si hay manipulación en la evaluación de los profesores estaremos ante una ficción y un panorama educativo que en realidad no cambia, sólo se transforma en la fachada pero por dentro sigue igual o peor.
Ahora bien ¿los maestros que se manifiestan están mal, son flojos, quieren todo fácil? No necesariamente. ¿Hay algunos que sí? Sí, sin duda y a lo mejor no son precisamente los de la CNTE sino los del SNTE y todos lo sabemos, todos conocemos a maestras y directores de escuelas públicas que dedican más tiempo a la venta de comida y de otras cosas y a la organización del cumpleaños de la directora y de su santo, claro, que a la educación y a impartirla con niveles de alta calidad. Para ubicar a docentes flojos y desobligados no es necesario ir a los plantones, en cualquier escuela pública podemos encontrar, digo, por aquello de las generalizaciones.

¿Qué debería pasar? En primer lugar, el Gobierno federal, creador del monstruo corporativista de mil cabezas desde hace décadas (el sistema pues), con voluntad claro, tendría que ir a fondo y resolver esa problemática desde la raíz. Negociar, gestionar, ceder, limitar y llegar a acuerdos. Lo que la reforma educativa quitó a los profesores del país eran privilegios que el mismo sistema les había otorgado. Esto obliga a una negociación, real y efectiva, no teatritos mediáticos que se caen con la primera e incipiente ventisca; se requieren compromiso y ganas, intención pura y auténtica, hechos congruentes, de lo contrario, ese monstruo de mil cabezas, cual Hydra de Lerna se reproducirá y crecerá y crecerá ad infinitum.

Se publicó en El Informador el sábado 14 de febrero de 2015.