domingo, 19 de abril de 2015

Refinamiento

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Los señalamientos que se han hecho en los últimos días al padre del gobernador de Jalisco, Leonel Sandoval Figueroa, no son los primeros. Cuando Aristóteles era candidato al gobierno del Estado y luego en calidad de electo, desde la oposición se hicieron críticas y preguntas muy puntuales sobre la actuación de su papá en el Poder Judicial del Estado, sin embargo, aquellas “observaciones” pronto se hicieron a un lado una vez que Aristóteles rindió protesta.
De lo que nos hemos enterado esta semana, producto de una filtración y publicado inicialmente en el periódico Reforma de la capital del país, invita a pensar y a preguntarnos de dónde salió y por qué hasta ahora.
Claro que difícilmente sabremos a ciencia cierta quién pasó la información y quién hizo la grabación, pero estamos hablando de altos niveles de operación.
Si al “estilo” de las campañas en Jalisco, a pesar de que ni siquiera involucra elección de gobernador, sumamos la intervención desde la ciudad de México para contribuir y enrarecer, estamos hablando de “palabras mayores” en cuanto a los actores que están metiendo su cuchara desde adentro, algo así como aquel famoso “fuego amigo” al que aludía el también famoso y ahora medio perdido Jefe Diego (Fernández de Cevallos).
Con esta información queda en evidencia una vez más apenas una muestra de cómo se las gastan nuestros políticos, cómo se llevan entre ellos y los grados de refinación que han alcanzado. Y con refinamiento o refinación —para evitar malas interpretaciones— me refiero a esa conducta humana que implica ser peor en algo. Normalmente se aplica a las personas de edad avanzada que si fueron tercas en su juventud y vida adulta, por ejemplo, cuando llegan a la vejez “refinan” tal defecto o vicio conductual.
Las campañas de los partidos políticos en procesos electorales, desde hace varios lustros (desde que partidos distintos al PRI empezaron a ganar elecciones) se han convertido en espacios de guerra sucia y denostación entre los contrincantes y entre los militantes (“fuego amigo”), en ambas prácticas todos los partidos han refinado.
Y hay otra que, elección tras elección, se usa más con visos de empeoramiento y es el estilo de la negación, simulación, fantasía o como prefiera el lector llamar. La semana pasada hice referencia a uno de los anuncios del PRI que verdaderamente raya en la esquizofrenia, estas afirmaciones de que la oposición gobierna para destruir y para provocar malestar y enojo; y que el PRI trabaja y hace los proyectos realidad y de que en Jalisco todos estamos unidos y somos alegres y positivos. Bueno, es lo que quisiéramos, pero difícilmente con el entorno de inseguridad, crisis económica (ayer al medio día el dólar casi llegaba a los 16 pesos) y errores administrativos se puede generalizar. O que se les pregunte por favor a las personas que viven en las mesas en Zapopan o a quienes se ganan la vida en las esquinas de cuanto crucero…
Y luego ahí está el Partido Verde, un instituto político que se ha ganado el repudio generalizado y sigue como si nada; sanciones, órdenes del INE (que no está sirviendo para nada y qué mal) para retirar spots y nada. Continúa con afirmaciones de que han hecho maravillas por México y los mexicanos, inventando en algunos casos y en otros saludando con sombrero ajeno. Lo peor del Verde es que deja en evidencia que hay conocimiento de la realidad nacional, de los problemas que enfrentan por ejemplo los jóvenes, pero es información que sólo se usa para ganar adeptos, no para actuar en consecuencia.
El PAN no se queda atrás y bueno, me permite recordar otro estilo que contrasta con los panistas de antes que se las daban de muy finolis, que desafortunadamente está cundiendo no sólo entre panistas y es el recurso de lo vulgar y lo corriente, de la promoción del mal gusto. Pero el PAN también se presenta, a través de sus candidatos, como si no hubiera gobernado ya y mal. Como si fueran santos y puros, todos surgidos del limbo, perfectos e inmaculados. Apuestan a la desmemoria y no son los únicos.
Es raro que algún partido se distinga por una campaña diferente basada en propuestas y enfocada en los electores con la conciencia clara de que estamos hartos de campañas y de políticos, porque pasa el tiempo y nada más no mejoramos, vamos de mal en peor en todo. Los políticos actúan como si esa percepción ciudadana no existiera o fuera falsa, es decir, persisten en desdeñar a los que se supone tenemos el sartén por el mango y también refinan en eso.

Publicada en El Informador el sábado 18 de abril de 2015.