domingo, 1 de noviembre de 2015

Diputados "reloaded"

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Desde hace varias legislaturas, más de las que quisiéramos, el Poder Legislativo de Jalisco se había caracterizado por superarse trienio tras trienio: cada vez más ineficiente, corrupto, cínico, perezoso, en la inopia legislativa y con la comisión de irregularidades varias (muchas de ellas, si no es que todas, aún pendientes) entre otras conductas por el estilo; pocas relacionadas con el impulso de marcos legislativos pertinentes para la sociedad jalisciense, si acaso, bloqueo a iniciativas que podrían revertírseles o contrarreformas porque resultó que no les convenían ya ciertos avances como los que se llegaron a tener en transparencia, derechos humanos, organismos electorales y otros estrechamente vinculados a la ciudadanización o participación de la sociedad civil.
Así de tergiversado el asunto y de terror porque por más que se hacían señalamientos y manifestaciones, legislatura tras legislatura, nada cambiaba para bien, para mal, sí, todo. De mal en peor a pasos agigantados.
La legislatura que se despidió ayer, la LX, contrario a todo pronóstico, sí puso un alto en varios asuntos perniciosos y viciosos; es de celebrar y bueno, también de reconocer con todo y que es lo mínimo que les tocaba hacer en calidad de urgencia.
De manera notable se redujeron los escándalos, se puso orden en las finanzas (un asunto crítico aparentemente sin solución) y por lo menos se intentó sacar adelante iniciativas antes inconcebibles para Jalisco.
Ayer, el tema del día en El Informador fue precisamente el Congreso del Estado, la legislatura saliente y, sobre todo, la entrante. Pero antes de abordar las cuestiones relativas a los diputados que inician “trabajos” mañana, es decir, los “nuevos” (ajá), quiero referirme a dos de las decisiones que tomaron el jueves, una buena y otra no.
La primera, urgente, tiene que ver con poner orden y fijar límites al Tribunal de lo Administrativo del Estado, un órgano que ha estado incurriendo en abusos y excesos notables, más allá de cumplir con los objetivos para los que fue creado. Es un ejemplo clásico de efecto perverso, pero bueno, con los cambios aprobados esta semana, particularmente el que implica acotar las facultades del TAE para que, por ejemplo, no esté en condiciones de emitir suspensiones a los planes parciales de desarrollo de los ayuntamientos, las noticias son buenas. Se habían tardado pero ya está. Ahora hay que estar atentos que se aplique la ley para que esto funcione y se logre el equilibrio necesario y urgente en esta materia.
Bien, la decisión mala que tomaron los todavía hoy diputados de la LX Legislatura, es la que limita al único diputado independiente que entrará en funciones mañana: Pedro Kumamoto.
La verdad es que me cuesta trabajo creer la limitación que urdieron, o las facultades que impidieron con sus votos en contra: Kumamoto, por ser diputado independiente, puede formar parte de la Junta de Coordinación Política pero no tiene derecho ¡a voz ni a voto! porque no integra una fracción partidista. Increíble, pero cierto. Digo ¿qué pierden o que cosas terribles pueden pasar si el diputado independiente tiene voz y voto en la Junta? ¿Será que acaso terminará él solo con prebendas, privilegios y oscuros acuerdos? Qué mal. No fueron todos, pero igual no sirvió de nada la oposición.
Ahora bien, con respecto a los que entran, me siento como cuando en la sala de cine está por empezar una película de terror, es algo así como “LVIII Legislatura 2” o “LVIII Legislatura reloaded”: Jorge Arana y Enrique Aubry, ambos del PRI, perdón, uno del Verde, son los representantes máximos; de ese tiempo data el asunto con el despacho López Castro y un presunto fraude por 58 millones de pesos. Y luego Miguel Monraz, del PAN, es de los involucrados en aquel caso por el que se ganaron el mote de “diputados maquinitas”.
La conformación de la LXI Legislatura, con una bancada que sí cuenta de Movimiento Ciudadano, por la cantidad de legisladores, debería alentar más que aterrorizar, todo dependerá de que se mantenga el orden, la austeridad, la vigilancia, la rendición de cuentas, el trabajo, la responsabilidad social y la voluntad política. A ver por cuál recarga se decantan. Están en la mira y bajo la lupa, todos.

Columna publicada en El Informador el sábado 31 de octubre de 2015.