sábado, 8 de abril de 2017

No es suficiente

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Las dos últimas semanas han estado cargadas de malas noticias. El panorama no es nada alentador porque además, exponemos, criticamos, nos desgañitamos y desde el poder el desdén es aterrador. Menosprecio y descalificación, y esas conductas recurrentes en los gobernantes es verdaderamente ofensiva. ¿Qué nos queda? No perderlo de vista, ni cansarnos, ni dejar de exponerlo ni de intentar cambios, vía la denuncias ciudadanas en los medios que sea posible, en el modus operandi de la clase política mexicana.
¿Lo bueno cuenta? No lo suficiente para darnos cuenta de la descomposición y deterioro del tejido social, de la corrupción en las instituciones, de la negligencia criminal, de la deshonestidad, de la información falsa o maquillada, de esta persistente simulación que oculta ante los ojos de los dizque servidores públicos, la realidad que nos ahoga.
Tres periodistas fueron asesinados y otros dos atacados, uno de Veracruz también y otro de Baja California Sur que hoy luchan por sobrevivir. Cecilio Pineda de Guerrero, Ricardo Monlui Córdova de Veracruz y Miroslava Breach de Chihuahua fueron acallados para siempre en lo que va de 2017. La cuenta de comunicadores asesinados en México ha servido para ubicar al país en el tercer lugar entre los peores en esta materia, sólo después de Siria y Afganistán, naciones en guerra.
Tampoco es suficiente para desdeñar, como tan bien hacen los gobiernos federal y estatales, la decisión del juez Anuar González Hemadi, de otorgar un amparo a un violador integrante de la banda de los Porkys, de Veracruz. Los argumentos del juez que no voy a repetir aquí, son verdaderamente inconcebibles y significan un golpe durísimo contra el Estado de derecho en México. Veracruz es México, independientemente de cuestiones jurisdiccionales. Esta noticia le dio la vuelta al mundo y la vergüenza y el dolor son mayúsculos por la impunidad y la injusticia, por la falta de seguridad para nuestros menores de edad, hombres y mujeres.
Claro que eso no es suficiente para pensar, ni siquiera considerar que en México no hay paz, ni tranquilidad, ni prevalece el Estado de derecho.
Tampoco para juzgar los hechos ahora revelados, desde hace tiempo vaticinados, de la corrupción que se le atribuye al exgobernador de Chihuahua, César Duarte, el otro Duarte, actualmente prófugo de la justicia.
Lo bueno no puede contar ante este panorama de corrupción, impunidad y descomposición social. El 28 de marzo, después del asesinado de los periodistas; de la decisión del juez veracruzano en el caso Porkys; del hallazgo de miles y miles de restos en fosas clandestinas de ese estado; del chiquero partidista que no cesa y después de las fugas de los dos exgobernadores Duarte y de las noticias sobre sus redes de complicidad, el Presidente de México dice que todo está bien. Que todo marcha sobre ruedas: educación, lucha contra la desigualdad, crecimiento económico y paz y tranquilidad. Es ofensivo.
Porque, en primer lugar, habla de ficciones. Lo que dice que está casi resuelto no cubre a la mayoría en México (educación, salud, vivienda, alimentación) y para quienes hablamos de crisis, no sólo económica (política, social, cultural, de identidad, de autoridad), el mensaje es también, ofensivo: “Quienes les digan que vivimos en un país que está en crisis, crisis es seguramente lo que pueden tener en sus mentes, porque no es lo que está pasando”.
¿Lo bueno cuenta? No lo suficiente para obviar la información difundida ayer en esta casa editorial con relación al trabajo de la Secretaría de la Función Pública: De 2006 a 2017, la dependencia presentó 27 mil  876 denuncias penales pero sólo emitió cuatro mil 15 sanciones contra funcionarios de la administración federal por corrupción: abuso de poder, nepotismo, influyentismo, desvío de recursos, robo, fraude y otras linduras por el estilo. Pero… para el Presidente todo está bien. Tampoco mancha el panorama presidencial color de rosa la detención en Estados Unidos de quien fuera fiscal del Estado de Nayarit y la cloaca que con tal arresto se destapó. No es suficiente y es ofensivo.

Columna publicada en El Informador el sábado 1 de abril de 2017.