Ciudad Adentro
Es claro que no es
suficiente con un cambio de gobierno. Ese hecho por sí mismo no redundará en
acciones para erradicar la violencia contra los periodistas pero sí otros, como
trabajar por llevar a México a un Estado de derecho pleno, una demanda añeja y
aún no satisfecha, de todos los mexicanos.
Esta necesidad
social lo abarca todo, pero el tema de hoy es la realidad del periodismo en
México, en riesgo por diversas causas y atacado desde varios frentes: asesinatos,
desapariciones, despidos injustificados, amenazas recurrentes, autocensura,
batallas legales, impunidad.
Esta semana fue
asesinada una periodista en Tabasco: Norma Sarabia. Su nombre se suma a la
lista de comunicadores muertos en homicidios vinculados con el ejercicio de la
profesión. La cifra va en aumento y parece que eso es todo lo que se hace:
contar las pérdidas que no los actos de justicia ni los ejemplos de combate a
la impunidad.
Artículo 19 es una
asociación independiente sin nexos con partido político alguno, defensora
permanente de la libertad de expresión y de los derechos de los periodistas;
para hacerlo, incluye en sus tareas el registro de asesinatos para disponer de
información confiable que permita exigir a las autoridades justicia y la
implementación de medidas de seguridad. Con base en datos de esta organización,
en 19 años se ha documentado el asesinato de 126 periodistas en México “en
posible relación con su labor periodística”. Del total, 47 se cometieron
durante el sexenio de Enrique Peña Nieto; 48 en el de Felipe Calderón y 25 en
el de Vicente Fox, si hablamos exclusivamente del siglo XXI, sin embargo, la
lista de asesinatos, impunes además, de la segunda mitad del siglo pasado,
eleva las cifras a niveles inaceptables que sitúan a México en el primero o en
los tres primeros lugares del registro de países más peligrosos de todo el
mundo para el ejercicio del periodismo.
Hace un mes más o
menos, durante una de las conferencias de prensa mañaneras, un periodista pidió
justicia en el caso de su padre asesinado en Tamaulipas, al Presidente Andrés
Manuel López Obrador, quien se comprometió a proteger a los periodistas y a
trabajar contra la impunidad que ha prevalecido en los casos de asesinato.
Durante su gestión que va para siete meses, se tiene registro ya de seis
periodistas muertos en circunstancias violentas.
Reconoció el
problema de violencia contra los periodistas, lo cual ya es ganancia, y reiteró
que no habrá impunidad. Lo que sigue ahora es empezar a ver acciones concretas
y específicas que den cuenta de que el nuevo gobierno abordará de verdad este
asunto desdeñado de manera sucesiva y perniciosa por las anteriores
administraciones; será preciso demostrar que es diferente y que, como en otros temas,
se trata de romper patrones en aras de fortalecer el Estado de derecho y
combatir impunidad y corrupción, dos males asociados indefectiblemente.
A principios de
este año, Artículo 19 exigió al Gobierno de López Obrador, que la Fiscalía
General de la República, autónoma, se mantenga así en las investigaciones de
crímenes a periodistas. Leopoldo Maldonado, subdirector de la organización,
dijo en su momento que la democracia en México no será real hasta que el Estado
de derecho sea pleno, lo mismo que la vigencia de los derechos humanos. Agregó
que 99 % de los delitos contra periodistas no se han esclarecido. Esto tiene
que cambiar. Los asesinatos y las amenazas son las principales causas de que
cada vez más periodistas y cada vez más medios opten por callar asuntos que
implican riesgos contra los comunicadores. Y eso en un ejercicio de reflexión y
de decisiones internas de cada medio, pero además hay hechos que sientan un
precedente contra la libertad de expresión y la labor de hacer investigaciones
que combatan, precisamente, corrupción y delincuencia, como lo que está
sucediendo en Tijuana: un juez tercero de lo Penal ordenó a la Agencia
Fronteriza de Noticias Tijuana “bajar y eliminar de sus servidores web, páginas web, redes sociales, archivos digitales y demás apartados donde
pudieran almacenar información” sobre un individuo del que sólo se menciona el
nombre de pila.
El panorama es
grave y hasta ahora desolador. Se necesitan acciones que den noticias de que
habrá justicia para todos los mexicanos y sus periodistas.
Columna publicada en El Informador el sábado 15 de junio de 2019.