Ciudad Adentro
En medio de este
panorama de malas noticias, de otras que no son tan malas, pero así se leen o
se perciben o se interpretan, queda poco espacio consciente para detectar
hechos que también son novedades y seguramente repercutirán, más temprano que
tarde, en mejores condiciones económicas y sociales en el corto y mediano
plazo.
La semana pasada
comenté una de esas novedades: los acuerdos y anuncios de inversión de dos
cúpulas empresariales por casi 70 mil millones de dólares en los próximos años
(Consejo Coordinador Empresarial y Consejo Mexicano de Negocios) y el
compromiso del Gobierno federal de no obstaculizar estas iniciativas, al
contrario, incentivarlas y no generar incertidumbre.
Esta semana se
difundieron tres noticias muy buenas, específicamente para Jalisco, en donde
hemos estado de capa más que caída por los altos y preocupantes índices de
violencia e inseguridad. La primera tiene que ver con la llegada de los
recursos comprometidos por el Presidente López Obrador para continuar con los
trabajos de la Línea Tres del Tren Ligero. Como se recordará, esta obra, que entraría
en operación antes de que terminara la administración anterior (era la idea),
estaba parada por falta de recursos, uno de los problemas heredados y muy
costosos de Aristóteles Sandoval y de Enrique Peña.
El lunes se
informó, en la primera plana de este diario, que se destrabaron los dineros
para acelerar la conclusión de esta línea que, esperamos todos, resolverá en
gran medida la movilidad y la vialidad en esta compleja urbe. David Zamora,
titular de la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública de Jalisco, aseguró
que los recursos comenzaron a fluir. Están prometidos (se necesitan pues)
cuatro mil 500 millones de pesos este año, por lo pronto ya llegaron 800
millones para cubrir adeudos a contratistas y se autorizaron 180 millones más
para el pago del peaje en las estaciones. Aparte, el Estado dispone de 400
millones de pesos para rehabilitar calles dañadas por las obras en tres
municipios metropolitanos. En la misma información, Zamora aseguró que la obra
estará lista en diciembre de este año para empezar a operar en enero de 2020.
La segunda buena
noticia es la relativa a la reunión del miércoles entre el Presidente de México
y 47 empresarios de Jalisco, allá en Palacio Nacional, a donde acudieron a
plantear una serie de pendientes y proyectos que requieren el impulso del
Gobierno federal. Obtuvieron compromisos: estamos hablando del respaldo a obras
de movilidad y agua; así como de refuerzos en materia de seguridad. Más allá de
los detalles, que son importantes, me interesa destacar el trabajo que están
haciendo los empresarios de Jalisco que no se quedan de brazos cruzados, que
plantean problemas y propuestas y que, como hacía mucho que no, muestran una
actitud proactiva, participativa e intensiva para que todo camine y cada vez
mejor y más rápido en Jalisco.
Las obras en
cuestión son el Peribús, para el que se solicitaron 700 millones de pesos y el
Presidente se mostró “receptivo”; igual con respecto a las presas Zapotillo y
Purgatorio sólo con una condición: es necesario que los gobiernos de Jalisco y
Guanajuato se pongan de acuerdo. Aparte, López Obrador informó en esa reunión
que hay mil 600 millones de pesos para las carreteras de Jalisco y se
comprometió a acelerar el paso en la resolución del conflicto con ejidatarios
de El Zapote, de manera que sea posible emprender la construcción de una
segunda pista; a destrabar o incrementar los apoyos financieros a través de
banca de desarrollo y a que la Guardia
Nacional estará presente en Jalisco para reducir la inseguridad así como a la
decisión del Gobierno del Estado con respecto a la reestructuración del Poder
Judicial, un pendiente de urgente resolución.
Y la tercera, que
tiene que ver también con el activismo desde el sector privado, fue la
realización del Segundo Foro Regional de Federalismo y Seguridad que ahora tuvo
lugar en Mazatlán, Sinaloa.
Igual que el
primero, en esta ocasión participaron empresarios y académicos de esa entidad y
legisladores que se llevaron de tarea gestionar y emprender iniciativas para
fortalecer el federalismo en México, una preocupación más o menos generalizada.
Son tres buenas y
muy buenas porque dan cuenta del cumplimiento de compromisos, de inversiones
que desembocarán en empleo y movimiento económico pero, sobre todo, de una
actitud de participación en sectores que habían dejado de hacerlo. Ojalá que
estos empresarios, su conducta y determinación por trabajar a favor de que las
cosas pasen, sean emulados por otros, hasta ahora timoratos y temerosos a la
hora de invertir.
Columna publicada en El Informador el sábado 29 de junio de 2019.