Ciudad
Adentro
México
es el país más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo. Del año
2000 a la fecha han sido asesinados 115 colegas por asuntos relacionados con su
actividad profesional. Y la impunidad en todo su apogeo. Sigue. Estamos de
luto. Hoy es el Día internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes
contra periodistas (IDEI) y es, además, el Día de Muertos. ¿Ironía? ¿Paradoja?
La
agenda mediática está concentrada en este momento en el caso Culiacán y es
comprensible, sin embargo, hay muchos otros temas que no se deben quedar en el
tintero y pasar inadvertidos, como este.
Hay
esfuerzos de largo aliento que emprenden asociaciones y activistas que no
quitan el dedo del renglón para que la realidad de los periodistas en México
cambie y esté a salvo de embates constantes desde distintos frentes. A veces
parece que todo cuanto se hace es infructuoso, pero espero que no y agradezco
su labor, siempre.
Justo
hoy, a propósito del IDEI, llegan a México representantes de 17 organizaciones
internacionales enfocadas en la defensa y promoción de la libertad de expresión
y de información. La misión trabajará durante una semana en diversas
actividades con un objetivo central: lograr que la crisis de libertad de
expresión y que el compromiso del Gobierno mexicano para disminuir la impunidad
en crímenes contra periodistas, sean prioritarios.
El
escenario es grave, parece que empeora año con año y las agresiones contra
periodistas no cesan. En 2019, lamentablemente, la cuenta de periodistas
asesinados es de 10 hasta el mes de agosto y las agresiones suman decenas; en esta
realidad también hay desaparecidos y más de 230 periodistas desplazados junto
con sus familias. Los despidos por diversas causas, desde crisis económica
hasta vil censura, pasando por muchas otras, no se incluyen.
Entre
el 2 y el 8 de noviembre, la misión participará en reuniones con integrantes
del Estado mexicano “a fin de hacer un llamado para disminuir el índice de
impunidad en crímenes contra periodistas y proponer mecanismos de
colaboración”.
Es
un asunto muy complejo. En enero de este año, Artículo 19, una de estas
organizaciones internacionales, la filial en México, presentó un documento titulado “Pautas
sobre libertad de expresión e información en el nuevo gobierno” y se trata de
un diagnóstico en varios aspectos del trabajo periodístico sobre todo, pero
también de acceso a la información, por ejemplo, de mujeres indígenas. Pese a
su brevedad (12 páginas) expone sucintamente un panorama nada alentador, bien
identificado, preciso, con aportaciones para que el gobierno se ponga manos a
la obra (Documento completo).
El
documento es valioso de principio a fin y sí recomiendo a los lectores que lo
incluyan en sus materiales informativos porque contribuye a tener una mejor
comprensión de los periodistas y a valorar en su justa medida nuestro trabajo:
“Hoy nos pronunciamos por el derecho que tenemos todas y todos a expresarnos,
informarnos (y) a participar en la vida pública. Hoy reconocemos que el mismo
Estado que impulsó leyes de transparencia y creó instituciones de avanzada para
garantizar el acceso a la información, ha sido incapaz de rendir cuentas. Vemos
con indignación cómo la verdad y la memoria sobre hechos atroces cometidos en
los últimos 50 años, incluida la absurda “guerra contra el narcotráfico”, han
sido ocultados, negados o tergiversados”. Ojo, esto se presentó en enero de
2019, es una exposición de la realidad de años anteriores y, al mismo tiempo,
una lista de tareas para la actual administración en materia de seguridad para
periodistas; defensa del derecho de las mujeres a expresarnos y recibir
información; del derecho al uso del espacio público para protestar; el derecho
a la libertad de información; la promoción de medios libres e información
plural; derecho a la libertad de expresión e información en el ámbito digital y
por el derecho a la verdad y el deber de recordar.
En
el documento y en otros pronunciamientos de Artículo 19 hay consideraciones muy
precisas sobre el funcionamiento del Mecanismo para la Protección de Personas
Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, porque hasta ahora “se ha
convertido en una entidad meramente reactiva”.
Espero
que al menosprecio de nuestra labor se anteponga una comprensión precisa de lo
que implica y que se erradique del discurso presidencial el juicio sumario al
trabajo periodístico. Espero que la labor de esta misión y los esfuerzos
cotidianos y constantes, rindan por fin frutos, es urgente.
Columna publicada en El Informador el sábado 2 de noviembre de 2019.