lunes, 13 de enero de 2020

Ayotzinapa y derecho a la verdad


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

La lista de casos impunes en México es larga y añeja. Se podría empezar el 2 de octubre de 1968, aunque seguramente habrá casos anteriores, y en estos poco más de cincuenta años los crímenes masivos, la negligencia, complicidad y falta de voluntad han engrosado el cúmulo de agravios que lastiman a miles de mexicanos y a la sociedad en su conjunto.
Estos crímenes en los que el Estado participa o es omiso no son exclusivos de nuestro país, sin embargo, hay ejemplos en otras naciones de que, con voluntad, por lo menos se intenta conocer la verdad en atención a los deudos.
Para mucha gente, lo expresan de manera abierta otra vez, retomar asuntos como el de los 43 jóvenes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa es molesto; y así con respecto a otros casos desde el 2 de octubre de 1968, Aguas Blancas, Acteal, San Salvador Atenco, Tlatlaya, San Fernando (Tamaulipas), Apatzingán... hasta los feminicidios y los asesinatos de periodistas, por referir los hechos más visibles y escandalosos. Otros crímenes y sucesos en México, desde hace años, arrojan los datos de lo que va apareciendo hoy conforme se encuentran fosas y se incrementa la lista de desaparecidos.
Son miles y miles y la lucha por conocer el paradero y saber la verdad de lo que sucedió no va a parar hasta que se resuelva, porque son pendientes, porque la impunidad ha campeado y es hora de romper el patrón y empezar sobre otras bases, porque urge restituir el tejido social, reducir los niveles de violencia, los agravios contra la sociedad mexicana.


Fuente: AFP.

Esta semana se reunieron una vez más los padres de los normalistas de Ayotzinapa con el Presidente Andrés Manuel López Obrador y hay por lo menos confianza en que las investigaciones avanzarán a diferencia de lo que sucedió el sexenio pasado, por lo que respecta específicamente a este caso.
Es importante conocer la verdad, verdad, si se puede llamar de esa manera, simplemente para diferenciarla de la “verdad histórica” que no fue tal y que, lejos de calmar las inquietudes de los deudos de los jóvenes, enardeció aún más los ánimos y atizó el coraje y los resentimientos contra las autoridades de entonces.
Es un caso doloroso, como todos. Se espera, según lo anunciado, que entre febrero y marzo, es decir, en dos meses cuando mucho, haya resultados de una parte de la investigación: restos óseos encontrados en 18 procesos de búsqueda están siendo analizados tanto en México como en Austria con la participación de forenses argentinos; y la diferencia en este caso estriba en que probablemente los jóvenes fueron separados por lo menos en dos grupos entre el 26 y el 27 de septiembre de 2014 y por eso los restos estarían en lugares diferentes. Esto lo informó el representante legal de los padres de los normalistas, Vidulfo Rosales, quien agregó —y no más para no desvirtuar las investigaciones— que los restos bajo análisis fueron localizados en localidades aledañas a Iguala, Guerrero.
Es importante conocer la verdad, es un derecho. La Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos presentaron un informe justo en 2014 donde se expresa la importancia de avanzar en casos impunes como este y los otros aquí enlistados, así como los que han tenido lugar en diferentes países del continente: “La falta de información completa, objetiva y veraz sobre lo sucedido en esos períodos ha sido una constante, una política de Estado e incluso una ‘estrategia de guerra’, como en el caso de la práctica de las desapariciones forzadas. Así, la Comisión ha señalado que ‘un difícil problema que han debido afrontar las recientes democracias es el de la investigación de las anteriores violaciones de derechos humanos y el de la eventual sanción a los responsables de tales violaciones’ [...] El derecho a la verdad ha surgido como respuesta frente a la falta de esclarecimiento, investigación, juzgamiento y sanción de los casos de graves violaciones de derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario por parte de los Estados” (documento completo aquí: http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/Derecho-Verdad-es.pdf y comparto además la liga del sitio con los informes temáticos: http://www.oas.org/es/cidh/informes/tematicos.asp, entre otros, el que se presentó en 2018 específicamente sobre el caso de los normalistas: http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/MESA-es.pdf: “Informe final: Mecanismo Especial de Seguimiento al Asunto Ayotzinapa”).
La voluntad es importante y creo que estamos cerca de, por lo menos, testificar una manera distinta de abordar estos asuntos pendientes tan doloroso, reitero, sobre los que se tiene derecho a conocer la verdad.

Columna publicada en El Informador el sábado 11 de enero de 2020.

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