Ciudad Adentro
La lista de casos impunes en México es larga y añeja.
Se podría empezar el 2 de octubre de 1968, aunque seguramente habrá casos
anteriores, y en estos poco más de cincuenta años los crímenes masivos, la
negligencia, complicidad y falta de voluntad han engrosado el cúmulo de
agravios que lastiman a miles de mexicanos y a la sociedad en su conjunto.
Estos crímenes en los que el Estado participa o es
omiso no son exclusivos de nuestro país, sin embargo, hay ejemplos en otras
naciones de que, con voluntad, por lo menos se intenta conocer la verdad en
atención a los deudos.
Para mucha gente, lo expresan de manera abierta otra
vez, retomar asuntos como el de los 43 jóvenes desaparecidos de la Normal de
Ayotzinapa es molesto; y así con respecto a otros casos desde el 2 de octubre
de 1968, Aguas Blancas, Acteal, San Salvador Atenco, Tlatlaya, San Fernando
(Tamaulipas), Apatzingán... hasta los feminicidios y los asesinatos de
periodistas, por referir los hechos más visibles y escandalosos. Otros crímenes
y sucesos en México, desde hace años, arrojan los datos de lo que va
apareciendo hoy conforme se encuentran fosas y se incrementa la lista de
desaparecidos.
Son miles y miles y la lucha por conocer el paradero y
saber la verdad de lo que sucedió no va a parar hasta que se resuelva, porque
son pendientes, porque la impunidad ha campeado y es hora de romper el patrón y
empezar sobre otras bases, porque urge restituir el tejido social, reducir los
niveles de violencia, los agravios contra la sociedad mexicana.
Fuente: AFP.
Esta semana se reunieron una vez más los padres de los
normalistas de Ayotzinapa con el Presidente Andrés Manuel López Obrador y hay
por lo menos confianza en que las investigaciones avanzarán a diferencia de lo
que sucedió el sexenio pasado, por lo que respecta específicamente a este caso.
Es importante conocer la verdad, verdad, si se puede
llamar de esa manera, simplemente para diferenciarla de la “verdad histórica”
que no fue tal y que, lejos de calmar las inquietudes de los deudos de los
jóvenes, enardeció aún más los ánimos y atizó el coraje y los resentimientos
contra las autoridades de entonces.
Es un caso doloroso, como todos. Se espera, según lo
anunciado, que entre febrero y marzo, es decir, en dos meses cuando mucho, haya
resultados de una parte de la investigación: restos óseos encontrados en 18
procesos de búsqueda están siendo analizados tanto en México como en Austria
con la participación de forenses argentinos; y la diferencia en este caso
estriba en que probablemente los jóvenes fueron separados por lo menos en dos
grupos entre el 26 y el 27 de septiembre de 2014 y por eso los restos estarían
en lugares diferentes. Esto lo informó el representante legal de los padres de
los normalistas, Vidulfo Rosales, quien agregó —y no más para no desvirtuar las
investigaciones— que los restos bajo análisis fueron localizados en localidades
aledañas a Iguala, Guerrero.
Es importante conocer la verdad, es un derecho. La
Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos presentaron un informe
justo en 2014 donde se expresa la importancia de avanzar en casos impunes como
este y los otros aquí enlistados, así como los que han tenido lugar en
diferentes países del continente: “La falta de información completa, objetiva y
veraz sobre lo sucedido en esos períodos ha sido una constante, una política de
Estado e incluso una ‘estrategia de guerra’, como en el caso de la práctica de
las desapariciones forzadas. Así, la Comisión ha señalado que ‘un difícil
problema que han debido afrontar las recientes democracias es el de la
investigación de las anteriores violaciones de derechos humanos y el de la
eventual sanción a los responsables de tales violaciones’ [...] El derecho a la
verdad ha surgido como respuesta frente a la falta de esclarecimiento,
investigación, juzgamiento y sanción de los casos de graves violaciones de
derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario por parte
de los Estados” (documento completo aquí: http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/Derecho-Verdad-es.pdf y comparto además la liga del sitio con los informes
temáticos: http://www.oas.org/es/cidh/informes/tematicos.asp, entre otros, el que se presentó en 2018
específicamente sobre el caso de los normalistas: http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/MESA-es.pdf: “Informe final: Mecanismo Especial de Seguimiento al
Asunto Ayotzinapa”).
La voluntad es importante y creo que estamos cerca de,
por lo menos, testificar una manera distinta de abordar estos asuntos
pendientes tan doloroso, reitero, sobre los que se tiene derecho a conocer la
verdad.
Columna publicada en El Informador el sábado 11 de enero de 2020.