sábado, 24 de octubre de 2020

Contra la corrupción

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)


Desde que tengo uso de memoria existe corrupción en México. Me acuerdo, por ejemplo, cuando era niña, que mi papá hablaba de “mordelones” y siempre que lo hacía sabíamos que se refería a un agente de tránsito y no a un perro. La “mordida” era (¿es?) la dádiva, pedida u ofrecida, para que el “tamarindo” (esto en la Ciudad de México por el color del uniforme) se hiciera de la vista gorda ante una infracción vial y dejara ir al conductor sin multa. También pasaba que se inventaban las infracciones y el conductor terminaba abriendo la billetera (“gánale al PRI”); si el ciudadano optaba por no dar dinero, estaba consciente de que tendría que perder un día o más para pagar la multa. Creo, en general, que estamos familiarizados con estos casos.

Este era el nivel inferior de la corrupción, porque las “mordidas” se acostumbraban casi en todas las dependencias de gobierno (municipal, estatal y federal) donde el ciudadano debía realizar algún trámite; también había coyotes que encarecían cualquier gestión; o burócratas de ventanilla que, si no recibían un “detalle” o “regalo”, retrasaban la conclusión del trámite, lo dificultaban con cuanto obstáculo o de plano negaban los permisos. Luego había que lidiar con los sindicatos, las grandes centrales obreras que amenazaban con huelgas si no se les entregaba una mensualidad.

Lo sabemos ¿o no? Digo, pregunto porque de pronto me llama la atención que algunas personas, de diversos grupos sociales, de manera directa o a través de redes, no manifiestan un gusto especial por el combate a la corrupción que se está haciendo, al contrario. El ejemplo que me motivó a escribir sobre esto hoy es el de los fideicomisos cuya desaparición está en proceso y serán auditados técnica, administrativa y financieramente.


Fuente: Recorte de pantalla de la conferencia de prensa del 21 de octubre de 2020. 
Gobierno de México.

Me llama la atención el caso por muchas cosas, sobre todo, porque se ha fomentado (me refiero a que se reitera y se buscan reacciones sobre bases falsas) en algunos medios, información que no es precisa, se omiten datos; el más frecuentes es que, sostienen y repiten, al suprimirse los fideicomisos los rubros de su especialidad quedarán desprotegidos. Bueno, incluso hay una carta firmada por científicos y académicos de universidades estadounidenses, que lamentan el retiro del apoyo a la ciencia en México al desaparecer los fideicomisos cuando eso no está planteado en la medida.

Es curioso que esto suceda cuando se ha dicho varias veces, no sólo en la conferencia de prensa mañanera sino en algunos medios, pocos, por cierto, que el apoyo no se retira, sino los fideicomisos, porque precisamente por su estructura resultan difíciles de fiscalizar. En la conferencia del miércoles pasado se ofrecieron detalles de las principales irregularidades, de las empresa, grandes y muy grandes, nacionales y transnacionales, que recibían apoyo sin necesidad (fondos del Conacyt) y, particularmente, de los recursos que a través de “Juntos Podemos” recibió (aunque lo niega) Josefina Vázquez Mota, la política panista que es una vergüenza para México y no sé si para su partido, igual y no, a lo mejor hasta orgullosos están. ¿O qué se puede pensar si conocemos ahora los oficios?: “Hago de su conocimiento que la licenciada Josefina Vázquez Mota realizará una visita de trabajo a esa circunscripción, en el marco de las actividades de colaboración institucional relacionadas con el programa Juntos Podemos. Al respecto y por instrucciones superiores, mucho se agradecerá su gentil apoyo para apoyarla con transportación (vehículo con operador) desde su arribo hasta su partida”. Instrucciones superiores, bueno, ya vimos quiénes eran, todos funcionarios del gobierno peñista, suena a pago y “conciliación” de intereses. Y en el mismo oficio se agrega: “En caso de ser necesario, este Instituto (de los Mexicanos en el Exterior, IME), instruye cubrir los gastos diversos que se generen en dicha visita (Anexo 26) con los recursos existentes de la sub partida 44102-11 Atención a comunidades de mexicanos (IME)”. Este es solo un ejemplo de cómo operaba; el total de recursos que se atribuyen a manejos poco claros, no comprobados hasta ahora, expuestos en 2017, de Vázquez Mota y Juntos Podemos, asciende a mil millones de pesos, es decir, alrededor de 47.5 millones de dólares. Dos millones 722 mil dólares se gastaron en seis meses (alrededor de 57 millones de pesos ¡9.5 millones de pesos al mes!) para impartir 12 cursos y ocho talleres y para cuatro unidades móviles, así como para material impreso para 20 promotores.  

Estos casos de corrupción, entre muchos otros, más y menos graves, son los que se están combatiendo ¿cómo alguien puede lamentarlo u oponerse? ¿Debemos pensar entonces que quienes se desgarran las vestiduras por estos asuntos están a favor de la corrupción? ¿De las prácticas perversas y añejas perfeccionadas a través del tiempo? ¿De la fuga de recursos públicos y el consecuente daño a las arcas nacionales, a los impuestos que pagamos?

Está explicado con detalle, se han aclarado las imprecisiones, las omisiones y las fake news sobre este asunto. La insistencia en tergiversar no responde sino a intereses (económicos, políticos, electorales, de odio irracional) que no son los de la mayoría de los mexicanos. Celebro la lucha contra la corrupción, quisiera que no fuera un recuerdo infantil de las nuevas generaciones de mexicanos.


Columna publicada en El Informador el sábado 24 de octubre de 2020.

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