domingo, 5 de abril de 2009

Enemigos electorales



LAURA CASTRO GOLARTE

Todo este asunto de la guerra sucia entre partidos, como era fácil suponer, va en aumento, sólo que los protagonistas de este bodrio no se dan cuenta de que conforme insisten en la estrategia, se hunden en el fango como si fueran arenas movedizas y presos del pánico, se hunden más.
Creen que van por el camino correcto y las encuestas que mandan hacer les da seguridad a unos y genera preocupación en otros. Pero en cualquier caso creen que la idea es genial y acertada con el propósito, claro, de ganar las elecciones del 5 de julio, de todas, todas.
Están tan convencidos de que la estrategia es la correcta, que hasta partidos que no habían participado en el cochinero, porque estaban inmersos en el propio, decidieron entrar en el lodazal. Es decir, las primeras agresiones surgieron del PAN contra el PRI y este partido, pese al propósito manifiesto de hacer caso omiso, terminó cayendo en el juego y ahora el PRD se integra al espectáculo.
La cosa es, insisto, que están tan enfrascados en sus intereses y objetivos que no se dan cuenta de lo que pasa a su alrededor y siguen sin escuchar las voces ciudadanas provenientes de todas partes.
Y resulta (cada vez me convenzo más de que la sociedad en su conjunto conoce más el modus operandi de la clase política) que la ciudadanía sí está cayendo en la cuenta de la manipulación implícita en sus estrategias electorales y sabe que los actores políticos son sólo enemigos electorales, es decir, ocasionales. No son enemigos políticos ni ideológicos, unos más que con otros, pero todos igual, porque finalmente, a la hora de la hora, cuando se necesita, votan en bloque o, si acaso, hacen un teatro que lleva al mismo lugar.
La mal llamada Ley Antiaborto es un ejemplo claro aquí en Jalisco en donde PRI y PAN, con el apoyo del perredista Samuel Romero Valle dejaron a un lado sus dizque diferencias políticas. Y a nivel nacional también hay varios ejemplos pero el que destaca es el de la reforma electoral y el apartado en donde definen y reparten el poder y las prerrogativas, léase, financiamiento público.
La certeza que tenemos como ciudadanos (pese al señalamiento de que nos falta cultura democrática y que somos apáticos, que no nos importa, que se nos olvida y todo eso) de que todo es un gran teatro, estoy segura se verá reflejada en las elecciones de julio próximo.
Las iniciativas ciudadanas para hacer uso de nuestro voto de otra manera se multiplican, mientras la dizque guerra sucia, se “encarniza”.
Artículo publicado en El Informador http://www.informador.com.mx el sábado 4 de abril de 2009.