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lunes, 13 de enero de 2020

Ayotzinapa y derecho a la verdad


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

La lista de casos impunes en México es larga y añeja. Se podría empezar el 2 de octubre de 1968, aunque seguramente habrá casos anteriores, y en estos poco más de cincuenta años los crímenes masivos, la negligencia, complicidad y falta de voluntad han engrosado el cúmulo de agravios que lastiman a miles de mexicanos y a la sociedad en su conjunto.
Estos crímenes en los que el Estado participa o es omiso no son exclusivos de nuestro país, sin embargo, hay ejemplos en otras naciones de que, con voluntad, por lo menos se intenta conocer la verdad en atención a los deudos.
Para mucha gente, lo expresan de manera abierta otra vez, retomar asuntos como el de los 43 jóvenes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa es molesto; y así con respecto a otros casos desde el 2 de octubre de 1968, Aguas Blancas, Acteal, San Salvador Atenco, Tlatlaya, San Fernando (Tamaulipas), Apatzingán... hasta los feminicidios y los asesinatos de periodistas, por referir los hechos más visibles y escandalosos. Otros crímenes y sucesos en México, desde hace años, arrojan los datos de lo que va apareciendo hoy conforme se encuentran fosas y se incrementa la lista de desaparecidos.
Son miles y miles y la lucha por conocer el paradero y saber la verdad de lo que sucedió no va a parar hasta que se resuelva, porque son pendientes, porque la impunidad ha campeado y es hora de romper el patrón y empezar sobre otras bases, porque urge restituir el tejido social, reducir los niveles de violencia, los agravios contra la sociedad mexicana.


Fuente: AFP.

Esta semana se reunieron una vez más los padres de los normalistas de Ayotzinapa con el Presidente Andrés Manuel López Obrador y hay por lo menos confianza en que las investigaciones avanzarán a diferencia de lo que sucedió el sexenio pasado, por lo que respecta específicamente a este caso.
Es importante conocer la verdad, verdad, si se puede llamar de esa manera, simplemente para diferenciarla de la “verdad histórica” que no fue tal y que, lejos de calmar las inquietudes de los deudos de los jóvenes, enardeció aún más los ánimos y atizó el coraje y los resentimientos contra las autoridades de entonces.
Es un caso doloroso, como todos. Se espera, según lo anunciado, que entre febrero y marzo, es decir, en dos meses cuando mucho, haya resultados de una parte de la investigación: restos óseos encontrados en 18 procesos de búsqueda están siendo analizados tanto en México como en Austria con la participación de forenses argentinos; y la diferencia en este caso estriba en que probablemente los jóvenes fueron separados por lo menos en dos grupos entre el 26 y el 27 de septiembre de 2014 y por eso los restos estarían en lugares diferentes. Esto lo informó el representante legal de los padres de los normalistas, Vidulfo Rosales, quien agregó —y no más para no desvirtuar las investigaciones— que los restos bajo análisis fueron localizados en localidades aledañas a Iguala, Guerrero.
Es importante conocer la verdad, es un derecho. La Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos presentaron un informe justo en 2014 donde se expresa la importancia de avanzar en casos impunes como este y los otros aquí enlistados, así como los que han tenido lugar en diferentes países del continente: “La falta de información completa, objetiva y veraz sobre lo sucedido en esos períodos ha sido una constante, una política de Estado e incluso una ‘estrategia de guerra’, como en el caso de la práctica de las desapariciones forzadas. Así, la Comisión ha señalado que ‘un difícil problema que han debido afrontar las recientes democracias es el de la investigación de las anteriores violaciones de derechos humanos y el de la eventual sanción a los responsables de tales violaciones’ [...] El derecho a la verdad ha surgido como respuesta frente a la falta de esclarecimiento, investigación, juzgamiento y sanción de los casos de graves violaciones de derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario por parte de los Estados” (documento completo aquí: http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/Derecho-Verdad-es.pdf y comparto además la liga del sitio con los informes temáticos: http://www.oas.org/es/cidh/informes/tematicos.asp, entre otros, el que se presentó en 2018 específicamente sobre el caso de los normalistas: http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/MESA-es.pdf: “Informe final: Mecanismo Especial de Seguimiento al Asunto Ayotzinapa”).
La voluntad es importante y creo que estamos cerca de, por lo menos, testificar una manera distinta de abordar estos asuntos pendientes tan doloroso, reitero, sobre los que se tiene derecho a conocer la verdad.

Columna publicada en El Informador el sábado 11 de enero de 2020.

lunes, 11 de junio de 2018

Menos de un mes


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Hace tres semanas escribí que las encuestas ni los debates eran herramientas confiables para basar en ellas una decisión trascendental como la que tomaremos los electores mexicanos el próximo 1 de julio y también me referí a la guerra sucia, un elemento que lejos de “ayudar” a definir por quién votar, está generando confusión, más enojo social y grandes divisiones en todos los niveles y tipos de relación.
A menos de un mes de la jornada electoral la guerra sucia desde casi todos los frentes se ha recrudecido. Esta semana, dos asuntos específicos afectaron, por un lado, al candidato de la coalición PAN, PRD y Movimiento Ciudadano y, por otro, al de la coalición Morena, PES y PT; ambos, todo parece indicar, urdidos por el Gobierno de Peña Nieto, al que se ha acusado directamente.
Por supuesto, llama la atención que esto salga y se difunda con especial generosidad en los medios de comunicación, cuando no había pasado ni una semana de la emisión del reportaje en Aristegui Noticias en donde se revela que Meade, en su calidad de secretario de Energía, permitió un “quebranto” en Pemex por un proyecto de Odebrecht.
El quebranto está calculado en mil 900 millones correspondientes a los primeros meses de operación de Etileno XXI. La aprobación data del sexenio de Felipe Calderón (PAN) cuando Meade desoyó y/o desestimó a otros funcionarios que advirtieron sobre las afectaciones a Pemex con un acuerdo de esa naturaleza; y la puesta en marcha es de este sexenio, de la administración de Peña (PRI). Imposible no pensar en una simbiosis o integración siamesa.
La diferencia de este tema que afecta a Meade con respecto a los otros dos, contra Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador, es que el de Meade es resultado de una investigación periodística y de Méxicoleaks (a lo que no ha respondido, dicho sea de paso); y los otros dos se atribuyen directamente a operativos del gobierno peñista; se hace responsable al mismo PRI con todos los recursos y privilegios de que dispone, por ejemplo, para financiar una campaña telefónica anónima contra AMLO y una página titulada "Caso Anaya" con la proyección del video que ha generado gran revuelo en medios de comunicación, particularmente electrónicos, mientras el asunto de Etileno XXI pasó al olvido. Por cierto, incluyo aquí la liga del reportaje de Aristegui Noticias porque (reportaje) por cierto, no contó con la difusión que sí tuvo y tiene el video de Juan Barreiro que involucra directamente a Anaya.
Ahora, ya inmersos en franca guerra sucia, también llama la atención cómo el Frente y su candidato Anaya están asegurando que hay un pacto de impunidad entre AMLO y Peña. Digo, ya se le han descubierto varias mentiras a este candidato (ver Verificado.mx) pero esta particularmente podría incluirse en el script de una comedia barata y de ficción, además.
Me parece desafortunada la ‘acusación’ porque, de tan increíble, lejos de beneficiar al candidato del Frente, lo perjudica: en un intercambio de opiniones con algunas personas, varias de ellas anayistas, hay quienes creen que estuvo y está muy mal que sostengan tal despropósito porque deja entrever desesperación al no lograr incremento en los porcentajes de las preferencias electorales que se han difundido hasta ahora; y les preocupa que su candidato recurra a señalamientos así porque esa conducta fácilmente puede ser interpretada de obsesiva por sus enemigos políticos.
Este es el ambiente de las campañas políticas en México, terrible, de dar vergüenza y pena ajena, sin embargo, no es lo peor: aunque se ha difundido caso por caso, poco se ha profundizado con respecto a los asesinatos de políticos en este proceso electoral. Las elecciones de este año, ya, se ganaron la etiqueta de las más violentas de la historia. Ciento diez políticos de todos los partidos, asesinados: 95 hombres y 15 mujeres (ayer atentaron contra un excandidato en Torreón que se encontraba delicado al momento de escribir esta columna); del total, 69 políticos, 28 precandidatos y 13 candidatos; de todos los casos, siete en el Estado de México, 13 en Puebla, 18 en Oaxaca, ocho en Veracruz y 24 en Guerrero. Y los partidos más afectados, en ese orden: PRI, PRD, PAN y Morena (politico.mx).
A menos de un mes del día de las elecciones, ojalá los mismos políticos dejen a la ciudadanía un tiempo de serenidad y calma para tomar decisiones razonadas y bien documentadas; nos toca informarnos bien, es lo menos que podemos hacer por México en un espacio en donde el margen de operación del ciudadano es corto y está bajo presión.

Columna publicada en El Informador el sábado 9 de junio de 2018.

domingo, 27 de mayo de 2018

Alto, por favor


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

El proceso electoral en el que estamos inmersos (es difícil encontrar a alguien que no) es hasta ahora uno de los más intensos, violentos, sucios e invasivos que recuerdo. La polarización que se fomenta desde los medios de comunicación y las redes sociales está llegando a niveles de enardecimiento que nos hacen olvidar o desdeñar hasta nuestra propia humanidad.
Después de nuestras recurrentes y desoídas quejas contra la guerra sucia de cada elección, ante la persistencia de la clase política en estas formas de construir candidaturas y gobiernos, una buena cantidad de mexicanos han caído irremediablemente en el juego del poder y los enfrentamientos entre personas de a pie, entre civiles, entre mexicanos dedicados a trabajar y a sacar adelante a sus familias y al país en conjunto, entre familias y amigos, cada vez son, además de más frecuentes, más violentos y divisorios.
Alto, por favor. Encima de tener que sufrir y capotear la crisis económica como se pueda, con dos y tres trabajos, lavando autos y vendiendo latas, productos de catálogo y ropa de segunda; encima de tener que aceptar los malos servicios de salud y de educación porque no hay más (si es que se tiene acceso a ellos); de soportar y aguantar la ineficiencia de las oficinas de gobierno a donde vamos a hacer diversos trámites, del nivel que sea; de trabajar a sabiendas de la precariedad del empleo que se puede perder en cualquier momento; más los problemas familiares derivados, muchos de ellos, de una sociedad en franca descomposición y un tejido social más que roto, desgarrado; nos quieren imponer otra vez la división por preferencias político-electorales con actitudes que bordean la obsesión compulsiva y hasta la esquizofrenia; las mentiras y la falta de escrúpulos.
Alto, por favor. Somos ciudadanos integrantes de una democracia imperfecta y con altos índices de simulación, sin embargo, como parte de ella tenemos responsabilidades que por lo general no asumimos. Ya se ha dicho mucho, pero lo cierto es que lo que ha pasado en los últimos lustros revela que nos hemos concretado a votar; y si quien gana no es el candidato de nuestra preferencia, regresamos a la vorágine de la vida diaria y se acabó, hasta dentro de tres o de seis años, volver a votar si es que quedan ganas, si es que tenemos tiempo.
México merece mejores políticos, pero si como ciudadanos no usamos los mecanismos de la democracia, débiles y todo, jamás los tendremos. Los jóvenes que están incursionando en política con la férrea determinación de practicarla de otra manera y reemplazar a quienes ahora integran la clase política en México, son una esperanza muy grande; es un movimiento que está empezando y que necesita respaldo, arropamiento y acompañamiento de la sociedad para que las cosas en México cambien de fondo y bien, con efectos a largo plazo que alcancen a las próximas generaciones de mexicanos.

LCG
Eso es algo que podemos hacer; además, buscar información, toda la información que consideremos necesaria para que nuestros votos el próximo 1 de julio sean producto de un ejercicio personal de investigación y reflexión. Si no tenemos internet pues un cyber  o en el teléfono o en la tablet de nuestros hijos, pero buscar información, contrastarla, compararla, sacar nuestras propias conclusiones, normar nuestro criterio. A las primeras de cambio se sorprenderán de lo mucho que se oculta, de la gran cantidad de mentiras y de todo lo que se tergiversa y manipula. No es justo que, encima de todo, seamos manipulados y que a la hora de la hora ni siquiera nosotros, cada quien, cada uno en la soledad de la mampara, votemos libremente, sino los que operaron a través de nosotros con información engañosa, filtrada, editada, tergiversada, inventada y demás
Hay enardecimiento y también confusión: música para los oídos de la clase política. No lo permitamos, ese es nuestro poder.
Alto, por favor, a la intolerancia, a los juicios sumarios, a las ofensas porque no hay coincidencia en preferencias electorales. Al final del día, una vez que pasen las elecciones y se cierre el proceso electoral, quien sea que gane, no debe gobernar solo y esa es otra de las responsabilidades que como ciudadanos miembros de una democracia tenemos; nos toca mejorar esa democracia, aceitarla y echarla a andar; mantenerla activa y dinámica; no permitir que se pervierta ni se viole; trabajar en repararla y perfeccionarla. Nos corresponde.
Reitero por enésima vez: nos necesitamos juntos, ese es nuestro gran poder y alto ya por favor a la guerra sucia y a las campañas de odio, no somos así, nos han hecho caer en eso y sólo nosotros, cada quien, podemos atajar el avance de formas de hacer política que urge erradicar.

Columna publicada en El Informador el sábado 26 de mayo de 2018.

Guerra sucia, debates y encuestas


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

La democracia en México es una de las más precarias del mundo. Ya lo he dicho antes: vivimos en una democracia disfrazada de autoritarismo, sin embargo, persisten los mecanismos propios de un sistema democrático para la renovación de los gobernantes y, como todo, no son perfectos, además de que constantemente se pretenden alterar, obviar, violar, desdeñar y así.
Uno de los grandes logros sociales luego de la “caída del  sistema” en 1988 fue la constitución de un órgano electoral autónomo y ciudadano. El alumbramiento del Instituto Federal Electoral ciudadanizado fue lento y complicado, pero llegamos a tener una de las entidades más sólidas y confiables en la historia de México. Me refiero, claro, al IFE de José Woldenberg.
Junto con el IFE, la ingeniería electoral en México se fue modernizando y se empezaron a dejar atrás las formas del fraude que el PRI construyó a lo largo de décadas pero además se introdujeron estilos de hacer campaña totalmente ajenos a la historia política mexicana, de manera que la combinación del ejemplo estadunidense con nuestra idiosincrasia y el sistema político nacional han dado como resultado los engendros que tenemos en materia de mercadotecnia electoral por un lado y, por el otro, en el asunto de las encuestas.
La novedad nos atrajo y nos atrapó como araña o como sirena; y caímos. El primer debate presidencial en un sistema en donde todo era políticamente correcto y simulado, sorprendió, emocionó y llevó a acariciar la esperanza (otra vez después de 1988) de que una realidad sin el PRI era posible: 1994. No nos equivocamos, era posible, tanto, que el PRI operó con todo para evitarlo. Aquel año se llegó a creer que el mejor en el debate sería el ganador de las elecciones, pero después del 12 de mayo Fernández de Cevallos (PAN) desapareció de la escena, y no por un cerco mediático (que claro que había) sino porque el mismo candidato hizo mutis, en una decisión cuestionada aún ahora.
Después de ese debate, los siguientes (en torno a los cuales, por cierto, cada vez hay menos expectativas de usarlos como herramienta de apoyo para saber por quién votar) han sido espectáculos unas veces tipo comedia barata y otras, ejemplo de guerra sucia y violencia electoral, estilos muy convenientes para las televisoras que van en busca de rating por morbo. Ya vimos cómo algunos candidatos son capaces de mentir y tergiversar con tal de ganar, con la mayor desfachatez y cinismo. Quedan en evidencia bajezas y falta de escrúpulos; a ver qué tienen preparado para mañana.
La historia de los debates políticos en México no llega a 25 años y la verdad es que tienen fallas de origen: Zedillo, quien ganó las elecciones, fue el gran perdedor en el debate; Fernández de Cevallos, el gran agresor y ganador del debate ¿para qué? y Cuauhtémoc Cárdenas, el demócrata que prefirió hacer propuestas en lugar de contestar agresiones y terminó arrepentido 20 años después.
Las encuestas electorales son de un sexenio anterior, justo cuando ganó Cárdenas: 1988. No estaban profesionalizadas ni eran fiscalizadas y/o vigiladas por la autoridad electoral, pero los resultados de entonces fueron más acertados que los más recientes, específicamente del año 2000 a la fecha. Recomiendo un artículo de Letras Libres con una breve historia de las encuestas en México (aquí la liga: Breve historia de las encuestas) de Yamil Nares, en donde queda clara la evolución que han registrado, con altibajos marcados por la desconfianza. Sus desatinos han llevado a las casas encuestadoras a reinventarse y lo que funciona ahora, más o menos, son las que se dedican a “agregar” encuestas y emitir promedios y probabilidades, no obstante, tampoco son, no deben ser, una herramienta para tomar decisiones electorales. Puede ser cómodo para gente que no dispone de información suficiente, que no se interesa por la política, que hace las cosas al aventón, pero no es positivo, ni recomendable, ni responsable, porque con frecuencia se manipulan resultados para orientar a los votantes o cómo se explica que en una encuesta, entre el primero y el segundo lugar (y me refiero a la elección presidencial) haya cinco puntos de diferencia y en otra, 20. Entonces, aguas con las encuestas.
Estos mecanismos que podrían ser útiles para un electorado harto, desinformado y confundido, no están funcionando, porque aparte a ellos se suma la guerra sucia que persiste a pesar de los llamados a pararla.
La invitación aquí es a gestionar personalmente la información necesaria para tomar la mejor decisión; contrastar fuentes, investigar, profundizar, reflexionar en conciencia y estar seguros de que nuestro voto es nuestro. Es complicado, hay que dedicarle tiempo, sí, pero creo que es lo menos que podemos hacer.

Columna publicada en El Informador el sábado 19 de mayo de 2018.

sábado, 29 de abril de 2017

Tocar fondo

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Desde hace ya varios procesos electorales, tanto federales como locales, la ciudadanía ha manifestado su hartazgo con respecto al modus operandi de los partidos y políticos en campaña. En Jalisco, por ser una de las entidades con una especie de alternancia temprana, antes que en el gobierno federal, hemos estado por más tiempo expuestos al espectáculo de pacotilla de cada tres años.
Golpes bajos, guerra sucia, luchas en lodo —casi literal— exposición de intimidades, datos, videos y fotografías truqueadas o falseadas, descontextualizadas, acusaciones sin fundamento y otras con fundamento convenientemente reservadas para ventilarlas cuando se les puede sacar mayor provecho, siembra de dudas, trampas, “cuatros”, “chamaqueos” y cuanta marrullería se les ocurra elección tras elección, son reflejo del refinamiento que ha alcanzado la bajeza y la falta de escrúpulos en la clase política.
La degeneración cuestionada por la ciudadanía sigue inexorable y no se avizora en el corto plazo, mucho menos más allá, un cambio en las formas y los modos, al contrario. Vamos de mal en peor.
Este año no habrá elecciones en Jalisco, pero a través de los medios de comunicación también estamos expuestos y así todos los habitantes del país que ni siquiera cuando no hay comicios locales podemos descansar del basural que nos recetan los políticos mexicanos.
Más que las elecciones en Nayarit o en Coahuila que, dicho sea de paso, tienen lo suyo, el proceso del Estado de México es el que se lleva los reflectores, casi toda la atención, porque se supone que es el “laboratorio electoral” previo al proceso presidencial, en este caso, de 2018. Difiero de esa idea porque en el gobierno federal tenemos ejemplos de alternancia, desastrosa en ambos sexenios, pero alternancia al fin, y en el Estado de México, no.
¿Qué quieren decir con eso de laboratorio? Que quien gane en el Estado de México ganará la elección presidencial. Reitero mis dudas, sin embargo, creo que sí es un laboratorio de fraude y marrullería electoral, eso sí, sin duda. Es la entidad en donde se han perfeccionado las formas de fraude, específicamente la compra de votos.
No es raro si además de saber que se trata de una de las formas de fraude preferidas del PRI relacionamos el dato con el lugar que ocupa esa entidad en los niveles de pobreza: El Estado de México se ubica en las 15 entidades de la República con más pobreza en el país. Y esto, se supone, no debería ser así porque paradójicamente, es también uno de los estados que más aporta al PIB nacional: nada menos que el segundo lugar. Es cuando uno se convence de que el combate a la pobreza es sólo un conjunto de medidas paliativas pero no remediales, que no me digan por favor. Es conveniente para los políticos, del PRI en primer lugar, mantener a la gente en la pobreza y en la ignorancia, por eso también el fracaso de sus dizque reformas educativas.
Desde cuándo que en México se deberían registrar avances notables en la reducción de los niveles de pobreza con todos los programas sociales que se han emprendido por lo menos en los últimos treinta años y vamos de mal en peor también.
Y desde cuándo deberíamos avanzar en los estándares internacionales que miden la excelencia educativa y también vamos para atrás. Yo estoy convencida de que ambos rubros se manipulan con fines electorales y eso es criminal.
Bueno, pues además de estas herramientas que usa la clase política en México, está el chiquero en el que han convertido los procesos electorales. No les importan nuestras quejas, no les importa el enojo y el hartazgo ciudadano, mienten sin miramientos, no hay honor, ni dignidad, ni vergüenza, se enloda a los enemigos políticos aunque ello implique acabar con vidas y carreras y se manipula la aplicación de programas sociales, políticas públicas y la discusión y aprobación de leyes. El país se paraliza y en los funcionarios públicos priva el interés de quedar acomodado en el trienio o en el sexenio que viene.
Tenemos que romper con esto, no es posible. México no lo merece, no lo merecemos los ciudadanos que con nuestros impuestos mantenemos todo este tinglado, esta cloaca que no queremos y que no nos representa.

Urge que las prácticas político-electorales en México toquen fondo para purgar y empezar de nuevo.

Columna publicada en El Informador el sábado 29 de abril de 2017.

sábado, 26 de junio de 2010

Desastre electoral

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Dentro de una semana, el domingo 4 de julio, habrá elecciones en 14 estados de la República y en 12 de ellos, los electores votarán por gobernador del Estado. En este contexto, desde hace meses, aun antes de que arrancaran formalmente los procesos electorales, los partidos políticos han operado en torno a ello, no sólo desde las dirigencias y militancias, sino también desde los poderes Ejecutivo y Legislativo de los 14 estados con comicios y de los federales.
Y el cinismo de la clase política ha llegado a tal nivel que para sus integrantes esto es normal, tan normal que no tienen empacho en declarar que precisamente por el ambiente electoral no es oportuno abordar temas pendientes en la Cámara de Diputados o en la de Senadores, como la reforma política o la de justicia, sólo por mencionar dos ejemplos de asuntos urgentes para la sociedad mexicana.
Pero claro que eso no importa. En estos momentos todos los actores políticos están inmersos en las campañas y nos “regalan” el cada vez más lamentable y decadente espectáculo de la guerra sucia entre ellos, porque piensan que así ganarán más votos.
La porquería que acompaña a las elecciones ya desde hace varios procesos, ahora está peor que nunca y basta revisar declaraciones, acciones y posturas para entender que así será, e irá en aumento, elección tras elección, es decir, año tras año, porque los procesos locales han dejado de tener repercusiones sólo en los estados y ahora, tomando en cuenta además la cercanía de 2012, los cálculos están a la orden del día.
La clase política mexicana --ningún partido se salva-- actúa sin límites, en total y absoluta impunidad, sin escrúpulos y sin principios ni valores democráticos para ellos, dignos de tomar en cuenta. Mientras más sucios los procesos electorales, mejor. Es el mensaje que envían a los mexicanos un día sí y otro también.
Con tristeza y desaliento compruebo que los movimientos ciudadanos del año pasado que mediante la promoción de la anulación del voto y la abstención deliberada pretendían sacudir a la clase política, no surtieron efecto, no por lo pronto… estoy convencida de que es preciso insistir.
Sin embargo, en lo que la participación ciudadana pesa y es tomada en cuenta por los políticos, los mexicanos estamos expuestos a las acusaciones entre partidos por espionaje telefónico o por desvío de recursos públicos o por lo que sea. Aunque, en este punto, debo decir que aun cuando sólo recurrieran a los recursos asignados, de todas maneras, por la calidad de las campañas, parecen desviados.
Se están gastando miles de millones de pesos en los procesos electorales y además están los costos por la inacción de los legisladores, la sociedad pierde por eso y por la guerra sucia y porque, gane quien gane las elecciones en los 14 estados, ninguno garantiza un desempeño eficaz, honesto y responsable. Es un desastre.

Artículo publicado en El Informador el sábado 26 de junio de 2010.

viernes, 25 de junio de 2010

Elecciones 2010

Colaboración del Dr. David Velasco, sj, académico del ITESO sobre "Sesenta días en huelga de hambre" y comentarios con respecto a la guerra sucia entre partidos por las elecciones en 14 estados de la República el próximo 4 de julio y sobre la Universidad de Guadalajara y las exigencias de más presupuesto.
http://www.notisistema.net/h09/062309.html
Forma y Fondo
Jorge Octavio Navarro (Jonás) y Laura Castro Golarte

lunes, 22 de junio de 2009

Sanciones al PAN

Entrevista con el consejero electoral Víctor Hugo Bernal, del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, sobre las sanciones al PAN por la guerra sucia.
http://www.notisistema.net/h09/062209.html
Forma y Fondo
Jorge Octavio Navarro (Jonás) y Laura Castro Golarte

viernes, 19 de junio de 2009

Campañas políticas

Entrevista con Joaquín Osorio Goicoechea, politólogo, académico del ITESO, sobre el nivel de las campañas políticas y sobre los movimientos para anular el voto y para abstenerse. Conducción: Ricardo Camarena.
http://www.notisistema.net/h22/061822.html
Buenas Noches Metrópoli (1)

México y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU

Colaboración del Mtro. David Velasco sj, académico del ITESO y comentarios sobre el proceso electoral local.
http://www.notisistema.net/h09/061709.html
Forma y Fondo
Jorge Octavio Navarro (Jonás)

lunes, 15 de junio de 2009

"Anúlalos"

Entrevista en cabina con German Petersen Cortés, estudiante de Ciencias Políticas del ITESO y miembro del movimiento "Anúlalos" que promueve la anulación del voto. Y vía telefónica, entrevista con Eduardo Almaguer, presidente del PRI Guadalajara, sobre señalamientos contra Aristóteles Sandoval.
http://www.notisistema.net/h09/061509.html
Forma y Fondo
Jorge Octavio Navarro y Laura Castro Golarte

lunes, 8 de junio de 2009

Guerra sucia

Comentarios sobre el bajo nivel de las campañas entre algunos candidatos a la Presidencia Municipal de Guadalajara y entrevista con David Gómez Álvarez, presidente del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Jalisco.
http://www.notisistema.net/h09/060809.html
Forma y Fondo
Jorge Octavio Navarro (Jonás) y Laura Castro Golarte

viernes, 5 de junio de 2009

Sobre el debate...

Entrevista en cabina con el candidato a diputado local por el XIV Distrito con cabecera en Guadalajara, por la alianza PRI-PVEM, Carlos Briseño Becerra. Y entrevista vía telefónica con Eduardo Rosales, presidente del Comité Directivo Estatal del PAN en Jalisco.
http://www.notisistema.net/h09/060509.html
Forma y Fondo
Jorge Octavio Navarro (Jonás) y Laura Castro Golarte

domingo, 5 de abril de 2009

Enemigos electorales



LAURA CASTRO GOLARTE

Todo este asunto de la guerra sucia entre partidos, como era fácil suponer, va en aumento, sólo que los protagonistas de este bodrio no se dan cuenta de que conforme insisten en la estrategia, se hunden en el fango como si fueran arenas movedizas y presos del pánico, se hunden más.
Creen que van por el camino correcto y las encuestas que mandan hacer les da seguridad a unos y genera preocupación en otros. Pero en cualquier caso creen que la idea es genial y acertada con el propósito, claro, de ganar las elecciones del 5 de julio, de todas, todas.
Están tan convencidos de que la estrategia es la correcta, que hasta partidos que no habían participado en el cochinero, porque estaban inmersos en el propio, decidieron entrar en el lodazal. Es decir, las primeras agresiones surgieron del PAN contra el PRI y este partido, pese al propósito manifiesto de hacer caso omiso, terminó cayendo en el juego y ahora el PRD se integra al espectáculo.
La cosa es, insisto, que están tan enfrascados en sus intereses y objetivos que no se dan cuenta de lo que pasa a su alrededor y siguen sin escuchar las voces ciudadanas provenientes de todas partes.
Y resulta (cada vez me convenzo más de que la sociedad en su conjunto conoce más el modus operandi de la clase política) que la ciudadanía sí está cayendo en la cuenta de la manipulación implícita en sus estrategias electorales y sabe que los actores políticos son sólo enemigos electorales, es decir, ocasionales. No son enemigos políticos ni ideológicos, unos más que con otros, pero todos igual, porque finalmente, a la hora de la hora, cuando se necesita, votan en bloque o, si acaso, hacen un teatro que lleva al mismo lugar.
La mal llamada Ley Antiaborto es un ejemplo claro aquí en Jalisco en donde PRI y PAN, con el apoyo del perredista Samuel Romero Valle dejaron a un lado sus dizque diferencias políticas. Y a nivel nacional también hay varios ejemplos pero el que destaca es el de la reforma electoral y el apartado en donde definen y reparten el poder y las prerrogativas, léase, financiamiento público.
La certeza que tenemos como ciudadanos (pese al señalamiento de que nos falta cultura democrática y que somos apáticos, que no nos importa, que se nos olvida y todo eso) de que todo es un gran teatro, estoy segura se verá reflejada en las elecciones de julio próximo.
Las iniciativas ciudadanas para hacer uso de nuestro voto de otra manera se multiplican, mientras la dizque guerra sucia, se “encarniza”.
Artículo publicado en El Informador http://www.informador.com.mx el sábado 4 de abril de 2009.

viernes, 3 de abril de 2009

Forma y fondo 030409

Comentarios de Jorge Octavio Navarro (Jonás) y Laura Castro Golarte sobre la clase política y la guerra sucia entre partidos. Primera noticia del asesinato del jefe de la División de Homicidios Intencionales de la Procuraduría de Justicia del Estado de Jalisco, Carlos Alberto Rayas. Reporte de Javier Ortega Ponce.
http://www.notisistema.net/h09/040309.html
Radio Metrópoli 1150AM/La Estación de las Noticias
El Sitio de la Información
http://www.notisistema.com

Crónica sincrónica

México: un tiempo nuevo     Laura Castro Golarte     El aguacero estaba a punto. Amenazó todo el día y los charcos en las esqu...