sábado, 24 de abril de 2010

Reforma política II

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Cuando la semana pasada hablé sobre el paquete de iniciativas para una reforma política en México, parecía que habría resultados concretos antes del fin del presente periodo ordinario de sesiones en el Senado, es decir, tenía la idea de que en realidad las bancadas ya habían negociado y, aunque, mal hecha, tendríamos reforma a más tardar el 30 de abril de este año.
Ahora creo que, una vez más, la reforma política tendrá que esperar mejores tiempos, porque resulta que esta, la que están discutiendo ahora los senadores “está contaminada por la agenda electoral y los intereses partidistas”, según dijo el jueves el senador priista Manlio Fabio Beltrones.
La respuesta me parece cínica, porque precisamente la agenda electoral y los intereses partidistas han sido una crítica permanente en este y otros espacios de periodistas, analistas, organismos no gubernamentales y sociedad en general, como las razones por las que dudábamos que los legisladores trabajaran realmente pensando en México y no en ellos y en sus institutos políticos.
Una vez más, la clase política mexicana se confirma como una de las más improductivas, no confiables y ciegas del mundo, apartada absolutamente de las urgencias sociales.
Y si el jueves nos enteramos de que la reforma está “trabada” es porque representantes de organismos ciudadanos acudieron al Senado a exigir que se avance considerando que el año entrante prácticamente es electoral y la contaminación a la que se refiere el senador Beltrones se recrudecerá y entonces sí, no va a pasar nada.
Y mal también lo que dijo Carlos Navarrete, senador del PRD: “las reformas deben analizarse sin prisas y sin ocurrencias”.
En cuanto a Santiago Creel, senador panista, tampoco convence con su seguridad de que en las próximas semanas (es decir, todas, ni siquiera dijo cuántas) habrá resultados. Además, mientras el priista dice que hay que fortalecer el sistema de partidos, el panista sostiene que es preciso romper el monopolio.
De 41 temas a discusión en comisiones sólo se ha avanzado –según ellos—en cinco.
Una vez más recuerdo aquí que el paquete de reformas en materia política fue entregado por el Presidente Felipe Calderón al Senado el 15 de diciembre del año pasado y estamos en el cuarto mes de 2010 y sólo en cinco de 41 temas los senadores han logrado consensos y quién sabe.
Ahora resulta que el proceso se contaminó (ellos lo contaminaron); que no pueden trabajar una-reforma-tan-trascendental en tan poco tiempo ni aprobar cambios “al vapor” (ellos se retrasaron) y que se han privilegiado los intereses partidistas (ellos lo hicieron, claro).
Los dichos de los tres senadores parecen dirigidos a otros como responsables de que la reforma política esté “trabada”. Ellos forman parte del sistema y no sólo eso, lo engordan, lo crecen, lo cuidan, para ellos en realidad, las cosas así están bien. No se les ve voluntad por ningún lado y es que creen que creemos.