sábado, 24 de julio de 2010

Desorden

Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Todavía estoy perpleja después de haber leído que a menos de dos meses del 16 de Septiembre, cuando se conmemorarán 200 años del inicio de la Independencia, el titular de la Secretaría de Educación Pública asume la coordinación de los “festejos” por el Centenario del inicio de la Revolución y del Bicentenario; y más perpleja aún porque Alonso Lujambio, aunque reconoció que “se ha percibido un desorden” dijo que el cambio de estafeta en la coordinación “es oportuna”.
Dos mil 900 millones de pesos se han gastado hasta la fecha en la organización de no sé cuántas actividades, en una “Estela de luz” en el Paseo de la Reforma en la Ciudad de México que ni el mismo secretario sabe cómo va (ni qué es, yo creo) y en la difusión de… nada.
Desde la administración de Vicente Fox se anunció con gran boato la designación de Cuauhtémoc Cárdenas como coordinador de los “festejos” pero el ingeniero, muy sensible a la manipulación política, pronto dejó el encargo y desde entonces ha sido un ir y venir de personajes, lucha de egos y protagonismos y de, en pocas palabras: nada.
Y mientras se gastó ya esa cantidad exorbitante y se informa que todavía “se destinarán más recursos”, se reconoce por fin que el número de mexicanos en extrema pobreza es de seis millones ¡seis millones! Y se anuncia, como si fuera la gran cosa, que se enviaron 900 millones de pesos a Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas para enfrentar los daños que dejó el Huracán “Alex”; y se sabe, por ejemplo, que en marzo el Fondo Monetario Internacional aprobó una línea de crédito para México por 48 mil millones de pesos, para cuando se quiera usar, todo o en partes; que el Banco Mundial acaba de autorizar dos préstamos por 800 millones de dólares en total, dizque para el sistema de agua por el cambio climático y la modernización del transporte público; y el Banco Interamericano de Desarrollo otro por 500 millones de pesos “para promover mercados hipotecarios eficientes”.
Y claro, no hay recursos que alcancen para dotar de capacitación, equipo y mejores condiciones laborales a los policías; ni para que todos los mexicanos, todos, tengamos acceso a servicios “de clase mundial” en materia de salud, educación, agua y energía eléctrica.
Me temo que el desorden al que se refiere el secretario de Educación no es exclusivo de la organización de los “festejos” por las fechas históricas. Me temo que las autoridades de todos los niveles están rebasadas por la inseguridad y el crimen organizado, por los desastres, por los sindicatos, por la pobreza, por los poderes fácticos, por los rezagos en infraestructura, por la corrupción.
Ah, pero eso sí, se defienden como gato boca arriba de la sociedad; por la sociedad a la que se deben no pueden ser rebasados. Pareciera que los mexicanos somos los enemigos de nuestras propias autoridades.
Artículo publicado en El Informador el sábado 24 de julio de 2010.