jueves, 9 de junio de 2011

In crescendo

CIUDAD ADENTRO

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

La inconformidad ciudadana en México crece, y no se trata sólo de las quejas cotidianas por la mala actuación de la clase política sino de grupos con estructura que por diversas causas aglutinan a mexicanos que demandan justicia con respecto a hechos muy concretos y de diferente índole.
La lista es larga y en un escenario en el que la clase política descalifica y menosprecia estas expresiones, surgen grupos y personas cuya inconformidad es cercana a la irracionalidad y la anarquía.
En este contexto, a los gobernantes les resulta fácil, pero sobre todo conveniente, medir a todos con el mismo rasero y no atender de plano las demandas ciudadanas.
Así, lo que tenemos es una clase política que está inmersa en el proceso electoral de 2012, aun cuando todavía no empieza, mientras la sociedad civil, organizada o no, se desgañita exigiendo, proponiendo y denunciando hechos y situaciones que son una carga cotidiana que los gobiernos de todos los niveles y de todos los partidos no se ocupan en aligerar.
Administración tras administración, con alternancia y todo, los pendientes no se resuelven, como los legislativos: reformas política, laboral, energética, seguridad… Tampoco se ha hecho justicia, por ejemplo, con los damnificados del 22 de abril hace casi 20 años, ni con los que fueron torturados el 28 de mayo de 2004 en Guadalajara; ni con los niños muertos por el incendio en la Guardería ABC en Hermosillo hace dos años ya; ni con los deudos de los mineros muertos en Pasta de Conchos,; ni con los desplazados por la inseguridad y la violencia en estados como Tamaulipas, Chihuahua y Michoacán. Ni se ha resuelto la contaminación en el Río Santiago ni se detiene la tala excesiva y los daños en San Sebastián del Oeste o la amenaza contra un sitio sagrado de los huicholes en San Luis Potosí, porque el Gobierno federal autorizó la explotación minera…
Y mientras aumenta más de 16% el número de mexicanos que no puede comprar con su salario la canasta básica, el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, se regodea en decir a los cuatro vientos que los jaliscienses ganamos en promedio 42 mil pesos trimestrales y el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, no duda en afirmar que México ya no es un país pobre y el presidente Felipe Calderón reitera que “vamos ganando” el combate contra el crimen organizado aunque la percepción social sea diametralmente opuesta.
Más mexicanos en Estados Unidos, más mexicanos endeudados, mal atendidos en el sector salud, mal educados en las escuelas públicas, sin empleo… Y también más mexicanos organizados que defienden derechos humanos, medio ambiente, que promueven cambios estructurales en el sistema político; más mexicanos que se indignan y no se quedan callados, que actúan por las ciudades, por la educación, por la justicia, por la seguridad con paz y dignidad; más mexicanos, cada vez más en un proceso que va in crescendo y que, estoy segura, así seguirá.

Artículo publicado en El Informador el sábado 4 de junio de 2011