sábado, 19 de noviembre de 2011

Paro legislativo

Ciudad Adentro

Laura Castro Golarte (lauracastro05@gmail.com)

La crisis que estalló en el Congreso del Estado esta semana, por un problema largamente anunciado, es algo que no se puede ni debe volver a repetir y son los legisladores los que tienen que resolverlo. Saben el remedio y disponen del trapito, pero no han querido y nos enfrentamos al eterno problema de la “voluntad política” recrudecido ahora por la mezquindad que impera en la conducta de los legisladores.
El gobernador del Estado, Emilio González Márquez, no estuvo de acuerdo con el presupuesto que modificaron los diputados para 2011 y simplemente lo vetó. Y de esta actitud del Jefe del Ejecutivo estatal se desataron varios conflictos y escasez de recursos para varios rubros (Jalisco es una de las entidades más endeudadas del país).
En su momento, esto dejó en evidencia la falta de capacidad para llegar a acuerdos entre la clase política, ni de un lado ni del otro movieron un dedo para arreglar las cosas, instalados en la soberbia como estaban y como siguen.
Bueno, pues ya con el problema encima y a sabiendas de que se iba a poner peor, pese a las iniciativas para ahorrar recursos y bajarse el sueldo, los legisladores tampoco cedieron pero ni un solo centavo de sus ingresos y tampoco cancelaron las costosísimas y siempre con fines electorales casas de enlace, a través de las cuales que dizque están en contacto con los representados.
Y luego, para cerrar con broche de oro (aunque esta historia aún no se acaba) viene el paro legislativo refiriéndonos a la suspensión de labores de los trabajadores, por supuesto, porque los diputados normalmente están en “paro”, parálisis pues, para que no se confunda, dados los magros resultados de esta legislatura.
El dinero quién sabe de dónde salió, así como por arte de magia, pero en vía de mientras, sí generaron preocupación y despertaron temores en la ciudadanía que se afectaría por el “paro solidario” de burócratas de 121 sindicatos del servicio público estatal y municipal, incluyendo conductores de Tren Ligero, Macrobús y Sistecozome.
Por fortuna, no se le cargó una cuenta más que pagar a los contribuyentes, por ese dinero mágico que de pronto apareció, pero la ciudadanía no puede estar sujeta a los vaivenes políticos, a la reiterada y arraigada mezquindad en quienes se dicen servidores públicos; ni ser el pretexto o el objeto para que cada partido lleve agua a sus molinos; o el mismo líder de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado.
Parece que no, pero este tipo de espectáculos que por lo pronto no, pero que sí han llegado a afectar a la sociedad severamente, se está sumando a la serie de inconformidades que ya acumula el futuro electorado. Insisto, los políticos de todos los colores y de todos los órdenes de gobierno, están tentando al diablo, tan cómodos como están con sus sueldos seguros y no se diga el próximo cargo público. Síganle.

Artículo publicado en El Informador el sábado 19 de noviembre de 2011.