sábado, 12 de mayo de 2012

¡Qué vivan los estudiantes!


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Aunque los candidatos a diferentes puestos de elección popular en procesos anteriores por lo general van a las universidades públicas y privadas a dizque presentar propuestas, dialogar y escuchar a los jóvenes, nunca como ahora he notado un especial activismo en los muchachos de todas las carreras, de instituciones de educación superior del Estado y privadas laicas e incluso católicas.
Y las experiencias de este proceso electoral, y me quiero referir exclusivamente al presidencial, aunque hay varios ejemplos locales, se pueden ver y comprobar en las redes sociales vía videos y fotografías así como testimoniales de asistentes a diversos actos con diferentes candidatos en varias partes de la República.
Los jóvenes son, muchas veces, descalificados y vilipendiados por la clase política, amén de la falta de programas específicos y con el enorme peso de la población juvenil que no estudia y no trabaja, no tanto porque ni quiera, sino porque no hay suficientes oportunidades ni en calidad ni en cantidad.
Apenas ayer, el candidato de PRI a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, tuvo una experiencia por demás desagradable con estudiantes de la Universidad Iberoamericana en la Ciudad de México. El tema se convirtió en trending topic ¡mundial! y se expresaron puntos de vista a favor y en contra. Y si bien no hay datos (espero que los haya) mi impresión es que las manifestaciones en redes sociales fueron más a favor de los estudiantes de la Ibero que del candidato.
En mi caso, más allá de estar a favor o en contra, creo que la reacción de los jóvenes en la Ibero y otras que se dieron por ejemplo (con gente de todas las generaciones) en el Zócalo capitalino durante el concierto de Paul McCartney, de rechazo a Peña Nieto; más algunas ya documentadas como la del candidato del PANAL, Gabriel Quadri, en la Escuela de Periodismo “Carlos Septién”, son sintomáticas de lo que está sucediendo con la juventud en México, lo que piensa, lo que siente, lo que no quiere y lo que sí quiere para el país.
Me parece que son expresiones que no se deben subestimar, menospreciar, soslayar y mucho menos descalificar; que la clase política, en lugar de criticar y exigir “que se investigue y se dé con los responsables” debería tomarlas en serio más que nunca. Y si les parecen excesivas, por algo será y, reitero, la clase política no puede ni debe simplemente ignorarlas.
Este país es de jóvenes, son la mayoría, y los estudiantes son los que están por integrarse a la vida laboral (en la productiva ya están), son mexicanos con la mente fresca y activa, pensantes, rebeldes por naturaleza, lectores y observadores ávidos de la realidad nacional y evidentemente preocupados por el destino de México.
Celebro estas manifestaciones, el activismo y la participación de jóvenes en general y especialmente estudiantes universitarios. Es alentador. Sí ¡Qué vivan los estudiantes!

Artículo publicado en El Informador el sábado 12 de mayo de 2012