Ciudad Adentro
Estamos prácticamente a un mes de las elecciones presidenciales y pese al
pacto de civilidad que esta semana firmaron los partidos y el IFE, la
información llamada de “contraste” o vil “guerra sucia” entre los candidatos a
diferentes puestos de elección popular, sus equipos de campaña, los dirigentes
partidistas y, lamentablemente, algunos medios y periodistas que también participan,
está arreciendo.
Es una práctica recurrente y desafortunada que debe parar cuanto antes
porque lo que despierta en buena parte de los electores es confusión, dudas,
incertidumbre, hartazgo; y genera divisiones, alimenta conductas agresivas y
hasta violentas en todas sus formas.
No es lo que necesitamos, no es lo que merecemos… Y los diversos actores
políticos que entran en este juego están cayendo en una irresponsabilidad
descomunal, considerando el contexto nacional, de por sí violento y enrarecido.
Pareciera –y ya lo he señalado en anteriores procesos electorales—que lo
que se pretende desde la clase política es que la gente no vaya a votar, atizar
la indignación, el descontento y, en muchos casos, alentar la desilusión o la
decepción, aun cuando no se tengan bases
o datos duros con respecto a las acusaciones que se lanzan.
Porque se dan los dos escenarios: acusaciones reales, con fundamento, que
luego no se retoman y sólo se acumulan los expedientes de la impunidad; o
señalamientos falsos que a fuerza de ser repetidos por muchos son tomados como
verdades. Conocemos estas historias, sobre todo desde la elección presidencial
de 2006 y se repiten en los procesos electorales locales.
El llamado aquí es para mantenernos al margen lo más posible de la andanada
de acusaciones; que nada altere nuestro propio proceso decisorio para las
elecciones del 1 de julio. Después, lo que se llegue a comprobar, que se
persiga hasta sus últimas consecuencias y se castigue; y las que son falsas,
ignorarlas pero al mismo tiempo desenmascarar a quienes las urden y las difunden.
Como es muy difícil que al calor de las elecciones los señalamientos
lleguen a término (incluso después) lo mejor es concentrarse en los proyectos y
propuestas de los candidatos. No están en los spots ni en los debates. Así que nos toca buscar la información por
nuestra propia cuenta directamente con los partidos o en los sitios de
internet, para reforzar nuestras decisiones, para cambiarlas o, si acaso,
apenas para tomarlas, porque son muchos aún los indecisos según varias
encuestas.
Es posible que un partido mande imprimir calcomanías o volantes con el
logotipo de otro partido, con información para desacreditarlo; claro que lo es;
son capaces de esto y cosas peores y nosotros, como electores, nos tenemos que
cuidar, muchos más en estos últimos 30 días.
Que no nos atrapen las estrategias entre uno y otro bando, algunas muy
pesadas, fuertes, verdaderamente sucias; también por eso es preciso estar muy
bien informado y revisar varias fuentes, nos sorprenderíamos de cómo se
construyen mentiras y difamaciones.
Reitero, cuidado.
Artículo publicado en El Informador el sábado 2 de junio de 2012.