sábado, 9 de junio de 2012

Lo que falta


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

En la última semana hemos sido testigos de una serie de movimientos estratégicos de las diferentes fuerzas políticas –y que seguramente continuarán mañana en los debates—que en muchos casos pueden generar confusión, incrementar el hartazgo y profundizar la incertidumbre y no precisamente democrática.
Algunos de estos movimientos son, por ejemplo, el apoyo que el ex Presidente de México, el panista Vicente Fox, le dio a Enrique Peña Nieto, candidato priista a la Presidencia; y la adhesión de Rosario Robles, quien fuera jefa de Gobierno del Distrito Federal y dirigente nacional del PRD.
Hechos de esta naturaleza se suman a la guerra sucia y muchas veces a decisiones, dentro de los mismos partidos, que se les pueden revertir pese a que la motivación sea sumar simpatías y votos (lo que pasa es que luego no les importa a qué costo); y ahí está el caso de Movimiento Ciudadano y la postulación de un personaje cercano a la Federación de Estudiantes de Guadalajara, con la mala fama que tiene esa organización. Y si bien ya se rectificó, por supuesto que los opositores, especialmente la administración central de la UdG, no lo van a olvidar tan fácilmente.
La UdG se indigna con esto cuando se multiplican las acusaciones de que están manipulando los simulacros de elecciones a favor de Aristóteles Sandoval  y de que funcionarios universitarios están obligando a los profesores a que se integren a las llamadas “cadenas” de votos a favor del Revolucionario Institucional; o los puntos que han ofrecido a estudiantes de prepa para que repartan propaganda, igual, del tricolor.
Y esto es apenas aquí, en el contexto de la elección local; pero a nivel nacional también se suceden testimonios de tarjetas, regalos y “cadenas” a cambio de la credencial de elector o de compromisos.
Sabemos que esto no puede ser, que no debería ser, que se trata de compra de votos y es un delito; y que la gente vota por quien quiere… Pero estos hechos generan, reitero, confusión e incertidumbre junto con las grandes diferencias en las preferencias electorales entre una encuesta y otra.
Y claro que son hechos que indignan casi hasta la rabia, porque están aprovechándose de la pobreza de millones. Mucha gente que no tiene nada y se conforma con poco, que con eso se contenta, con una plancha o una estufa; o con una tarjeta para hacer valer sin garantías, a futuro, las promesas.
Creí que las campañas políticas no podrían caer más bajo, pero así ha sido y me temo que aún nos falta mucho por ver. He citado apenas unos ejemplos, hay más y peores. La actuación de la mayoría de los candidatos a los diferentes puestos de elección y de sus partidos es una vergüenza, entraña mezquindad y hasta crueldad, cuando el contexto nacional es de violencia, de desintegración del tejido social, carencias, abusos, corrupción, de miles de muertos, de millones de pobres…

Artículo publicado en El Informador el sábado 9 de junio de 2012.