sábado, 6 de abril de 2013

Polvos de aquellos lodos


Ciudad Adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Desde que Enrique Peña Nieto asumió la Presidencia de la República he notado y he dado cuenta de algunas cosas en este espacio, que el viejo régimen volvió con fuerza. Digamos que todavía no de manera total y absoluta, indiscutible, pero para los pocos meses que lleva esta administración, sí llevan un paso firme y reconocible.
¿Cuál es el asunto ahora? Uno sumamente vergonzoso para propios y extraños; de esas cuestiones que creíamos en el pasado pero que salen del fango como catapultadas por la porquería, la falta de ética, el entreguismo y la corrupción. Se trata, nada más y nada menos que del premio que la Asociación Mexicana de Editores de Periódicos le entregaron al gobernador de Veracruz, César Duarte, que dizque por su defensa a la libertad de expresión.
Para empezar, otorgar premios de medios de comunicación a fuentes o a funcionarios en este caso, me parece una verdadera aberración, deja en evidencia una relación perversa que no abona a la libertad de expresión ni al respeto del trabajo de los periodistas.
Lo peor en lo que hace a este “reconocimiento” de manera específica, es que se otorga al gobernador de un estado en donde han matado en los últimos años a ¡nueve periodistas! Y no se ha hecho nada ni para hacer justicia ni para prevenir agresiones a otros reporteros y comunicadores.
Así era antes de que la alternancia (pésima experiencia) fuera una realidad en México. Los premios y los cebollazos eran en ambos sentidos, de medios a gobiernos y viceversa y, por supuesto, siempre y cuando hubiera “afinidad de caracteres” por definir de alguna forma la “buena” relación entre ambos actores, hablando en términos generales porque por fortuna siempre se han dado excepciones.
Luego las cosas cambiaron, incluso el día de la Libertad de Expresión dejó de ser el 7 de junio para pasar al 3 de mayo y los premios nacionales de Periodismo se ciudadanizaron en una serie de esfuerzos por sí reconocer el trabajo de los reporteros y periodistas de investigación, cronistas y columnistas entre otros y los premios de medios, si acaso continuaron, se otorgaban a personajes de diferentes ámbitos de la vida local o nacional como deportistas, artistas y por el estilo, pero a gobernadores, alcaldes o a cual  quier otro funcionario, no que yo sepa, no al menos con los niveles de escándalo de este “premio” al gobernador de Veracruz.
Lamentablemente esta es una noticia más de los intentos claros e impúdicos por volver al viejo estilo, a las viejas formas, las viejas prácticas… corrupción, autoritarismo, prebendas, componendas, cochupos, chayotes  y acciones por el estilo que daban al traste con cualquier esfuerzo a favor de la libertad de prensa y de expresión. Y lo peor no es esto, sino que los medios y sus periodistas que no sean “afines” al régimen federal o a los locales empiecen a sufrir cierres y atentados como antes, en una andanada de agresiones que se sumaría a las que ya padecen muchos medios por causa del narcotráfico. Recientemente leí la entrevista que le hicieron a una periodista que se atrevió a hacer una investigación de la corrupción en Pemex y ahora vive en el exilio. Y dice con todas sus letras que ella está fuera de México no por el crimen organizado, sino por el Estado.
Son polvos de aquellos lodos que amenazan con convertirse en avalancha y lodazal.

Publicado en El Informador el sábado 6 de abril de 2013.