sábado, 10 de agosto de 2013

Desdén

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

Desde 2007, es decir, hace seis años aproximadamente, se aprobó elevar de 80 a 105 metros la cortina de la presa El Zapotillo para almacenar más agua y atender la demanda, además de los habitantes de León, Guanajuato, de los pobladores de 14 municipios de Los Altos y de una parte de la población de la zona metropolitana de Guadalajara.
Tal decisión implicaba inundar tres localidades: Acasico, Palmarejo y Temacapulín, cuyos habitantes, sobre todo los de Temaca, emprendieron una lucha sin cuartel para impedir que los cambios se aplicaran. No tuvieron éxito –con todo y que colocaron el caso en el concierto internacional— hasta esta semana cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió que Emilio González Márquez, entonces gobernador de Jalisco, actuó contra la Constitución al desdeñar la aprobación del Poder Legislativo del Estado y, por lo tanto, el convenio firmado con los gobiernos federal y de Guanajuato quedó sin efecto.
El miércoles, cuando se generó la información, el Gobierno del Estado no se pronunció en ningún sentido sino hasta el jueves, cuando Aristóteles Sandoval reiteró que se mantendrá la decisión de no inundar las poblaciones ya citadas, ubicadas en el municipio de Cañadas de Obregón.
Las noticias podrían ser alentadoras y para los habitantes de esas tres comunidades, motivo de fiesta y celebración; sin embargo, no se puede cantar victoria porque si el Ejecutivo estatal salva la omisión cometida por el anterior gobernador, estaremos en donde mismo y continuará la construcción del embalse con una cortina de 105 metros de altura.
Y todos sabemos que con el regreso del PRI, así como Aristóteles aprovecha ahora la coyuntura para ponerse del lado de la gente, si llega una orden del Gobierno federal de que ni crea, pues tendrá que dar marcha atrás como ya lo hizo una vez.
El asunto es –y en otras ocasiones he comentado esto— que aparentemente hay una especie de consigna que trasciende incluso los intereses de los partidos políticos para que esa presa se construya con el objetivo de abastecer de agua potable a la ciudad de León, y con la cortina a 80 metros está bien, no hay problema, se cumplirá con eso, la complicación ahora está en que no se ha resuelto lo de la falta de agua para los habitantes de 14 municipios de Los Altos (alrededor de un millón de personas).
Para dotar de agua a Guadalajara está la alternativa de El Purgatorio, en franco proceso; pero aun así, no hay –y desde hace tiempo— una agenda pública relacionada con el Lago de Chapala y agua para Guadalajara porque la opción de El Purgatorio es casi como un paliativo; una solución definitiva se podría emprender si los políticos que nos gobiernan fueran visionarios y generosos. Vuelvo al punto: hay expertos que desde las organizaciones no gubernamentales han estudiado y propuesto acciones concretas, viables e innovadoras para salvar a Chapala, para asegurar el abastecimiento de agua potable a la zona metropolitana de Guadalajara, recuperar los ríos y otros embalses contaminados y mejorar, en resumidas cuentas, el medio ambiente de la Cuenca Lerma-Chapala-Santiago.

Antes, hace algunos lustros, la agenda del agua era prioritaria…Ya no y esta actitud gubernamental revela –como en tantas otras cosas y una vez más— el desdén de la clase política a los asuntos que preocupan a la gente.

Publicado en El Informador el sábado 10 de agosto de 2013.