sábado, 17 de agosto de 2013

Difícil de creer

Ciudad adentro

LAURA CASTRO GOLARTE (lauracastro05@gmail.com)

En Jalisco, el Partido Acción Nacional tuvo 18 años para llevar al Estado y a sus habitantes, a estadios superiores de desarrollo; y cientos de oportunidades para abatir la pobreza, combatir la corrupción (qué tanto criticaron desde la oposición) y poner orden (¿se acuerdan del lema “Por una patria ordenada y generosa y una vida mejor y más digna para todos”?) en la administración pública estatal. Más de 18 años si consideramos el “trabajo” desde la oposición, pero eso es pedir demasiado.
De hecho, fueron 18 años de desgaste, corrupción y pérdida de tiempo –por decir lo menos— que ahora persiguen a los panistas que desempeñan algún cargo de elección popular. ¡Qué mal!
Y lo peor es que, al igual que el PRI cuando perdió el gobierno, no parece que se den cuenta. Y pues con esto, cada vez me convenzo más de que esta conducta es propia de toda la clase política, no es exclusiva de un partido o de otro, sino de todos cuando dejan de ser gobierno.
Una muestra es la asociación civil Motor Social que preside Martín Hernández Balderas, quien fuera secretario de Desarrollo Social con Emilio González Márquez y que recién se presenta a los medios de comunicación en estos días. La asociación está integrada por varios panistas y ex panistas, por gente de otros partidos y por muchos otros que no pertenecen a ningún partido, pero el presidente dice que no tiene fines político-electorales sino de apoyo a las organizaciones sociales de Jalisco para que se procuren fondos, estén mejor organizadas y preparadas para la realización de su trabajo que puede ser desde la asistencia social hasta la promoción de la democracia. Difícil de creer.
Hernández Balderas fue cuestionado sobre varios asuntos, por ejemplo, con respecto a que si la asociación era refugio de panistas o si sus fines eran doctrinarios. Obviamente contestó que no. Difícil de creer.
Igual se le preguntó para qué otra asociación así, si ya operan el IJAS con las organizaciones enfocadas en la asistencia social; y Corporativa de Fundaciones que ofrece el mismo tipo de asesoría que pretende otorgar Motor Social; quien fuera titular de Desarrollo Social en el sexenio pasado respondió que labores de esta naturaleza siempre eran necesarias o algo así y que además tenían muy buena relación tanto con el IJAS como con la Corporativa.
Algunos de los integrantes de la asociación fueron relacionados en su momento con esa agrupación o movimiento (que dice Fernando Guzmán Pérez Peláez que es como el chupacabras: todo mundo dice que existe pero nadie lo ha visto) conocido como el “Yunque” pero Motor Social no tiene fines político-electorales, ni partidistas, ni de adoctrinamiento ni nada que se le parezca. Muy bien, por lo menos sabemos los fines que no tiene aunque sea difícil de creer.
Resulta difícil de creer, además, porque si fuera una asociación total y absolutamente desinteresada en lo político/partidista pues trabajaría discretamente, con humildad, apoyando a las organizaciones que lo requieren sin publicitar la labor, pero no.
Y por último, Hernández Balderas hace hincapié en que los fines no son de lucro, pero asociaciones de esta naturaleza, con los alcances que pretenden, requieren recursos para operar ¿de dónde saldrán? El presidente de Motor Social dijo que hay asociaciones y fundaciones que apoyan este tipo de iniciativas. Y pues sí, es cierto, es cosa de aprender el caminito, cumplir con los requisitos, recibir y justificar.
Esto de ayudar a las organizaciones sociales ¿cómo no lo hicieron antes? Cuando desde el gobierno se disponía de recursos, de relaciones y de todo el poder ¿Por qué no fue entonces? ¿Por qué hasta ahora? Muy difícil de creer.

Publicado en El Informador el sábado 17 de agosto de 2013.