Ciudad adentro
En Jalisco, el Partido Acción Nacional tuvo 18 años para llevar al Estado y
a sus habitantes, a estadios superiores de desarrollo; y cientos de oportunidades
para abatir la pobreza, combatir la corrupción (qué tanto criticaron desde la
oposición) y poner orden (¿se acuerdan del lema “Por una patria ordenada y
generosa y una vida mejor y más digna para todos”?) en la administración
pública estatal. Más de 18 años si consideramos el “trabajo” desde la
oposición, pero eso es pedir demasiado.
De hecho, fueron 18 años de desgaste, corrupción y pérdida de tiempo –por
decir lo menos— que ahora persiguen a los panistas que desempeñan algún cargo
de elección popular. ¡Qué mal!
Y lo peor es que, al igual que el PRI cuando perdió el gobierno, no parece
que se den cuenta. Y pues con esto, cada vez me convenzo más de que esta
conducta es propia de toda la clase política, no es exclusiva de un partido o
de otro, sino de todos cuando dejan de ser gobierno.
Una muestra es la asociación civil Motor Social que preside Martín
Hernández Balderas, quien fuera secretario de Desarrollo Social con Emilio
González Márquez y que recién se presenta a los medios de comunicación en estos
días. La asociación está integrada por varios panistas y ex panistas, por gente
de otros partidos y por muchos otros que no pertenecen a ningún partido, pero
el presidente dice que no tiene fines político-electorales sino de apoyo a las
organizaciones sociales de Jalisco para que se procuren fondos, estén mejor
organizadas y preparadas para la realización de su trabajo que puede ser desde
la asistencia social hasta la promoción de la democracia. Difícil de creer.
Hernández Balderas fue cuestionado sobre varios asuntos, por ejemplo, con
respecto a que si la asociación era refugio de panistas o si sus fines eran
doctrinarios. Obviamente contestó que no. Difícil de creer.
Igual se le preguntó para qué otra asociación así, si ya operan el IJAS con
las organizaciones enfocadas en la asistencia social; y Corporativa de
Fundaciones que ofrece el mismo tipo de asesoría que pretende otorgar Motor
Social; quien fuera titular de Desarrollo Social en el sexenio pasado respondió
que labores de esta naturaleza siempre eran necesarias o algo así y que además
tenían muy buena relación tanto con el IJAS como con la Corporativa.
Algunos de los integrantes de la asociación fueron relacionados en su
momento con esa agrupación o movimiento (que dice Fernando Guzmán Pérez Peláez
que es como el chupacabras: todo mundo
dice que existe pero nadie lo ha visto) conocido como el “Yunque” pero
Motor Social no tiene fines político-electorales, ni partidistas, ni de
adoctrinamiento ni nada que se le parezca. Muy bien, por lo menos sabemos los
fines que no tiene aunque sea difícil de creer.
Resulta difícil de creer, además, porque si fuera una asociación total y
absolutamente desinteresada en lo político/partidista pues trabajaría
discretamente, con humildad, apoyando a las organizaciones que lo requieren sin
publicitar la labor, pero no.
Y por último, Hernández Balderas hace hincapié en que los fines no son de
lucro, pero asociaciones de esta naturaleza, con los alcances que pretenden,
requieren recursos para operar ¿de dónde saldrán? El presidente de Motor Social
dijo que hay asociaciones y fundaciones que apoyan este tipo de iniciativas. Y
pues sí, es cierto, es cosa de aprender el caminito, cumplir con los
requisitos, recibir y justificar.
Esto de ayudar a las organizaciones sociales ¿cómo no lo hicieron antes?
Cuando desde el gobierno se disponía de recursos, de relaciones y de todo el
poder ¿Por qué no fue entonces? ¿Por qué hasta ahora? Muy difícil de creer.
Publicado en El Informador el sábado 17 de agosto de 2013.